Carolina
—Diana, apenas acaba de amanecer. Tranquila.
—Por eso, deberías estarme divorciando.
—Te has casado el jueves pasado. No es tan sencillo. —explico.
—¡Eh! ¿Cómo qué no? —la imagino frunciendo el ceño — solo debo estampar mi linda firma y listo, ¿cierto?
—Además, ¿qué haces despierta las siete de la mañana? —la ignoro.
—No me cambies el tema Leonela. —¡Oh que la chingada!
—Te odio —mascullo. —Callum hará el papeleo, en cuanto esté, te hablará para que firmes —Eso espero o seré un lindo cadáver.
Me suelta un sinfín de palabras en español, muchas de ellas solo son obscenidades. Necesito ponerme en contacto con Callum; espero que en cuanto esté en su oficina pueda comenzar a realizar los trámites necesarios para finalizar este matrimonio, estoy convencida de que ninguno de los dos desea. Si no lo hace él, tendré que hacerlo o mi amiga sería capaz de asesinarme. Colgamos luego de que descarga su ira.
Me tomo un café y aviso que partiremos al edificio donde trabaja Conan, me pidió que fuese hasta allá para darme algo.
Ojalá sea un orgasmo.
Te voy a ignorar por qué no somos ninfómanas, es decir, sí, pero no.
Al llegar al lugar, camino hacia los ascensores.
—Usted no puede pasar. —informa un hombre de vigilancia.
—¿Perdone? —pregunto intentando pasar.
Se coloca nuevamente adelante a mí, pidiéndome con la mano que me detenga.
—Usted no puede pasar, Señorita, por favor retírese. —Me informa un chico detrás de recepción. Frunzo el ceño, ¿qué les pasa a estas personas?
—¿Por qué no? —cuestiono cruzándome de brazos.
Me señala a la pared de un costado, abro mucho la boca, cuando veo una imagen de mi rostro pegado en la pared. ¡No puede ser! Es una maldita locura. Estoy aturdida, hasta que la comprensión me golpea sin previo aviso.
Asumo que no me han perdonado por subir a gritarle a su jefe. Le doy una mala mirada al señor frente a mí, no quiero abusar de mi poder... pero la situación lo amerita.
—Soy la prometida del dueño de todo esto. —señalo con mi dedo todo alrededor. El señor solo bufa.
—Y yo soy hijo del presidente de los estados unidos. —se escuchan unas risitas.
Se me desencaja la mandíbula y la humillación que siento es abrumadora. Saco de mi bolso mi móvil.
—Si desea hablar, retir... —indica señalándome la salida.
Le indico con el dedo que se calle.
—Tu guardia de seguridad no me deja subir, hay una maldita imagen de mi rostro en la pared. —escupo en cuanto mi prometido me responde el teléfono.
—Voy para allá, amor.
Me cruzo de brazos y repiqueteo la suela de mis zapatillas en el piso de mármol, mientras espero a Conan.
—Me explican ¿por qué mi mujer está aquí y no en mi oficina? —ladra mi lindo prometido en cuanto sale del ascensor.
El señor y los de recepción se han puesto pálidos, ellos creían que bromeaba.
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NO ME DEJES
Roman d'amourUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...