Un matrimonio arreglado.
Un crush de la infancia.
Siete años de diferencia.
De este acuerdo... ¿Que podría salir mal?
✨Este libro es un slow burn✨
⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...
Ahora sí, disfruten los capítulos del lunes, miércoles y hoy.
He saldado mi deuda con ustedes. ¡Nos vemos el lunes!
con amor DLSM
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Carolina
Siete días han pasado desde esa noche catastrófica.
No seas dramática.
Fue espantoso, ¿Cómo pensar lo contrario? Mi mejor amiga no me ha llamado para nada. La ley de hielo es lo que ha sucedido. He tratado localizarla durante toda esta semana, sin éxito alguno. Mil mensajes, mil llamadas y no serían suficientes para arrepentirme por lo que dijo mi novio.
¡Estoy tan avergonzada! ¿Cómo se le ocurre a ese imbécil, decir semejante idiotez?
Demente.
En eso estamos de acuerdo. Michael ha decidido que él es el ofendido y agraviado —nada se aleja más de la realidad—. Nuestra relación ahora pende de un hilo.
Mira que sentirse guapo e inalcanzable, cuando claro que no lo es.
Fue demasiado.
A ver... Michael es guapo a mis ojos. Pero nada más.
Me enamoré por lo que es, por cómo era conmigo «puesto en palabras es amargo» no por su físico. Si hablamos de su físico, es delgado, alto, 1.78 centímetros, poco músculo, ojos y cabello color chocolate, para finalizar: nariz de águila.
Como dije, para mí lo es, pero de eso... a que sea guapo a la vista de otra persona y que esa persona sea mi amiga, nop —agrego una "P"— Eso es una locura.
Completa y absoluta locura.
He pasado mi semana en modo automático activado, para ser honesta, no sé ni cómo llegue al día hoy. Pero, no todo fue malo.
Gané mi caso. Me pone de buen humor cada que logro quitarle la mitad algún bastardo infiel. Es como música para mis odios, después de ser idiotas con sus esposas, salgan llorando como bebes después de que ellas consiguen lo que les corresponde. Bravo.
Evito pensar a toda costa sobre Conan. Esa noche en su auto, fue, fue... ni siquiera puedo poner en palabras lo que fue. Lo único que sé con certeza que no quiero que repita. Parezco desquiciada deseando no verlo nunca más y otra parte de mí queriendo verlo de nuevo. No me entiendo. ¿Qué demonios me hizo ese hombre? ¿Por qué carajos nos hemos visto más, después de años? —me rio— hasta creo que el destino me está jugando una mala pasada.
Odio sus ojos, todo él, lo odio.
Amas sus ojos. ¿A quién engañas mujer?
A mí, déjame.
Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos, y me concentro en el ahora, en mi modo depresión. Es domingo una de mis mejores amigas no me habla, la otra está desaparecida, desde hace unas semanas, Michael está enojado conmigo y tampoco me dirige la palabra. No tengo a quién contarle sobre mi día, mi novio jamás se interesó como tal en mi trabajo pero de repente preguntaba cosas.