Carolina
Michael no ha dejado de buscarme, mi apartamento inundado en rosas con chocolates son la prueba de ello, «Ni siquiera me gustan las rosas rojas». A este punto estoy demasiado arrepentida de no largarme de aquí, hacerle caso a mi mejor amiga me está costado mi estabilidad emocional.
No es que tuvieras tanta, tampoco inventes.
Te juro que pareces mi enemiga más que mi aliada. Ojalá pudiera cambiarte, lástima que devoluciones de conciencias aún no existan.
Hoy es veintiséis de septiembre, mi cumpleaños. Nunca ha sido una fecha que me gusté, es todo lo contrario desde el día que perdí a mi hermana.
Tantos años juntos, desperdiciados a la basura como las rosas que he botado hasta ahora. Los chocolates han sido robados por una mujer de ojos grises —la odio y la amo en la misma medida— pero estoy agradecida por no dejarme sola ni un solo momento esta semana, es gracias a ella que aún no pierdo la cabeza, eso y que ha sido como un perro guardián, no miento... literal le ha ladrado a Michael cada vez que intenta acercarse a mí.
Me encontraba sumergida en la miseria, cuando escucho el timbre de mi apartamento. No me quedaba de otra más que arrastrarme con mi deplorable presentación, juraba dentro de mí que si eran más rosas de Michael se las aventaría al repartidor, aunque él no tuviera la culpa, pero estaba harta.
Al abrir me di cuenta de que sí era un repartidor, pero eran gerberas blancas, un bello y hermoso arreglo floral «Mis flores favoritas». La nostalgia combinada con la sorpresa me golpeo en iguales condiciones.
—Qué lindas. ¿Quién te las mando? —Pregunta Diana quitando el sobre en el proceso.
—¿No fueron ustedes? —Estoy sorprendida. —Son las únicas que saben cuáles son mis flores favoritas.
Para la señorita más hermosa del mundo
Feliz cumpleaños
CS.
Diana termina de leer el contenido de la tarjeta, pero no sé quién es CS. ¿Por qué me suena?
—Vaya... un admirador secreto. —Dice una Diana despreocupada, hasta que... —No, esto es horrible, ¿Cómo sabe tú dirección? Hay que botarlas. ¿No serían capaz de envenenarlas o sí? ¿Y si es tu ex espantoso? —habla con rapidez y desesperada.
—¿En qué momento pasamos del: que bonitas, a quererlas botar a la basura? —cuestiono divertida.
—Me exalté, lo siento. ¿Qué harás con ellas? —Pregunta y le digo que me acompañe a un lugar al que no he ido en años.
Cuando llegamos al cementerio, camino con rumbo fijo hasta la lápida de mi hermana. Diana se queda a una distancia prudente esperándome.
"Inolvidable la huella que dejaste en nuestros corazones, tus padres y hermana te aman y jamás te olvidaran. Abigail Méndez 12/01 — 26/09".
—Hola, tengo un tiempo sin venir.... —Se me comienza a quebrar la voz. —Te extraño mucho Abi. Me haces falta, no entiendo nada de la vida... una parte de mi alma murió contigo ese día. Te traje nuestras flores favoritas, he de confesar que yo no las compre. Me las han dado hoy por mi cumpleaños, espero que no te moleste que te dé esto.
Me pongo a llorar desconsoladamente. Mocos y llanto salen de mí sin cesar.
—¿No sé qué hacer Abi?, mi exnovio me engañó, me cuesta aceptarlo; No regresaría con él, eso y que Diana no me deja sola para que no se me acerque. Aunque mis mejores amigas que la vida coloco en mi camino son grandiosas, extraño a la mejor amiga que mi mamá me dio. ¿Algún día dejará de doler Abi? ¿Algún día superaré tu muerte? ¿Algún día dejaré de llorarte? ¿Algún día seré feliz?
ESTÁS LEYENDO
NO ME DEJES
RomanceUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...