Carolina.
Los rayos del sol chocan contra mi rostro a través del ventanal de la habitación. Empuño mis ojos debido a la sensación de luz que me despertó de golpe, los abro buscando a Conan, pero el lado de su cama está vacío. Muevo mi cuerpo de un lado a otro bostezando en el proceso. He de admitir que tenía días sin dormir de manera maravillosa.
Sigo con la ropa de ayer, pego un brinco y voy al cuarto de baño para darme una ducha, se suponía que aún estaríamos en Las Vegas, por lo consiguiente no tengo pendientes en mi agenda, será interesante pasar este fin de semana solo él y yo.
Una vez aseada, busco ropa que ponerme, un conjunto deportivo es mi mejor opción, también, porque deseo ejercitarme y Conan tiene un gimnasio que desde que estoy aquí no he usado.
Me encuentro descendiendo las escaleras cuando oigo más voces en el piso inferior. Cuando llego al último escalón, miré a mi futuro marido con mis ¿padres?
Aclaro mi garganta.
—Cariño, ¿Cómo estás? —pregunta mi papá.
—Bien... ¿Qué hacen aquí? —No quiero ser grosera, solo es curiosidad.
—Nos enteramos de que regresaron antes y tu madre te extrañaba mucho. —Examino a mi madre, quien tiene una sonrisa tensa en su rostro.
—Esto se termina ahora. —espeto. —¿Qué paso?
Mi mamá le dice que es momento que lo vea.
—¿Ver qué? —pregunto.
Mi padre me tiende un sobre de tonalidad amarilla y mi cuerpo se tensa. Un escalofrío se intensifica en toda mi columna vertebral. La última ocasión en que abrí un sobre de esta índole me encontré en una situación de vulnerable. Rasgo el sobre con manos temblorosas y como me lo imaginaba el contenido no es de mi agrado. Conan se acerca a mi lado y talla su mano en mi espalda en una forma silenciosa de tranquilizarme.
—No permitiremos que suceda nada malo. —Me notifica Conan. Pero estoy temblando.
—Estas son fotografías de mi mamá y mías corriendo el otro día por central Park, como me dices que no me ocurrirá nada o ella. —señalo a mi madre. —Tengo personal de seguridad que me sigue a todos los lugares, pero incluso así, pueden capturar fotografías, ¿cómo es posible?
—Estás frustrada, lo comprendo. —expresa mamá. —pero confió en ellos. —señala a su esposo y a mi prometido.
—¿Por qué no lo han encontrado? —le pregunto a Conan.
—Dado que son fotografías enviadas en papel, no es tan sencillo seguirles el rastro, ya que no se encuentran en ninguna nube digital. Son cuidadosos. No se hallan huellas dactilares en el interior o fuera del sobre. —explica y suspira. —Cinan intenta hacer todo lo posible, sin embargo, no han cometido ni un solo error.
>>Cuando se equivoquen, los atraparemos, puedes estar segura. No permitiré que se aproximen a ti. ¿Está bien? —toma mi rostro en sus manos, se agacha y deja un pequeño beso en la punta de mi nariz. —En este lugar estás segura. Poseo un equipo de profesionales encargado de la custodia de toda la zona.
Retomo mi vista a mis padres, mi mamá tiene una sonrisa en su rostro y mi papá una mueca. Las mejillas se me tiñen de rosa, porque han visto la interacción con mi prometido.
La señora Aurora —alias mi mamá— cambia el tema y me arrastra al sofá para hablar cosas de la boda. Mientras que los hombres se van a la oficina de Conan.
—¿Sigues enamorada de Conan?
—Qué sutil —le respondo a mi mamá y pongo los ojos en blanco. —No lo sé.
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NO ME DEJES
RomanceUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...