Capítulo 6

391 38 9
                                    

Carolina

Con un demonio.

¿No me pudiste escuchar Dios? El hombre al que no le he quitado los ojos de encima, no es en nada al que conocía. Esos ojos azules me queman la piel, la intensidad con la que me mira es... ni siquiera puedo describirlo en palabras. Un pelo rebelde de su cabello rojizo cae sobre su frente. Su cuerpo parece tallado a mano.

Demonios es... es, tan malditamente sexi, el traje sastre color azul marino, qué odio admitir, le sienta como un guante, se le amolda de manera perfecta al cuerpo, puedo notar sus bíceps tensionados, y maldita mi cabeza que me hace pensar con curiosidad si es que hay un paquete de seis, debajo de la ropa.

Lo veo saludar a su papá, por lo tanto, resulta el momento perfecto para bajar la mirada de manera rápida y disimulada para poder apreciarlo más.

Me estoy odiando a lo grande.

Demonios, se nota algo... «No vayas por ahí, Carolina», vuelvo a alzar mi cabeza, no quiero que se dé cuenta de que ando observándolo demasiado.

Se sienta a mi lado, en el único maldito lugar vacío, ¿Por qué Dios?, ¿Por qué?

Mi papá le pregunta si se acuerda de mí y murmuro un: me acuerdo de él. No tengo ganas de hacer el siguiente movimiento que, soy consciente que debo realizar. Le tiendo la mano, no soy una persona grosera.

Abro un poco mi boca, la respiración se me corta cuando veo que lleva mi mano hasta su boca, dejando un casto beso en mi dorso.

¿Por qué tiene que ser así?. ¿Por qué no un simple idiota y ya?.

Me sonroso, lo odio tanto en este momento. Estoy tan avergonzada. No puedo creer que hiciera eso, pero su padre hizo la misma acción, seguramente ser caballerosos es de familia.

—Me acuerdo de ella. Es un placer verla de nuevo, Señorita Anderson.

Un escalofrío recorre en mi columna vertebral, cuando él dice mi apellido, sonó demasiado sexi. Necesito volver a la realidad, porque siento que me atrapa en una burbuja y mi cuerpo traicionero, está teniendo estimulaciones que no debería.

«Tengo novio, tengo novio, tengo novio, si así es, muy bien Carolina, repítelo sin parar».

Me obligo a mantenerme en serenidad. No necesito que él note, que mis vellos están erizados, que su voz y verlo de nuevo han logrado, regresarme un poco al pasado.

—Igualmente

Agarro la copa frente a mí, llevándola a mis labios y dar un sorbo a la bebida. Necesito demasiado alcohol en sistema para sobrevivir a esta noche.

Para mi buena fortuna, el presentador de la subasta, informa que daremos inicio.

Observo a la gente pujar por un sinfín de cosas, el hombre a mi lado ha estado inerte, pero su imponente presencia resaltaría en cualquier lado, tampoco es que soy idiota, observo a las dos chicas frente a nosotros, que no dejan de tocarse el cabello y sonreírle; lo cual me hace poner los ojos blancos.

Ni que estuviera tan guapo.

¿Qué? Lo que le sigue, no te mientas.

Ya fue, el momento de debilidad ya paso.

Y jamás lo reconoceré en voz alta, primero me mato.

El cuadro que suben a continuación para rifarlo, fue realizado por algún niño de un orfanato, muevo mi cabeza con cierta curiosidad, por alguna extraña razón veo belleza en él, me siento atraída a esa pintura. Tengo que pujar por él.

NO ME DEJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora