Michael
—Entonces Forks... ¿Qué otra parte de tu cuerpo deseas que corte? —El chillido que suelta me hace soltar una carcajada — Por favor, se supone que eres hombre. —el tipo amarrado frente a mí solo llora como niña.
—Por favor Michael —suplica y llora. —t-te prometo huir y no decir nada. —tartamudea.
—¡Oh, vamos amigo!, te creía más inteligente, pero fuiste un topo todo este tiempo. Y sabes lo que les sucede a las personas que nos traicionan.
—Y-y-yo solo quería— sigue con su tartamudeo y lo callo de un golpe.
Estoy harto de esta mierda.
—No, no, no. —niego con la cabeza. —Querías morir. Pero no llores, falta poco. Ya me dijiste todo lo que quería saber —me encojo de hombros — ahora solo me estoy divirtiendo un poco.
Tomo su mano izquierda y corto de un tirón los últimos dos dedos que le quedan en la mano. El aullido que suelta es nada más que música para mis oídos. Es una lástima, él me agradaba, pero ni modo... el que las hace, las paga.
—Quisiera quedarme toda la noche contigo, sin embargo, tengo otras cosas que hacer. Saco mi beretta 9 mm de entre mi pantalón, le apunto entre las cejas y ¡pum! El disparo resuena en el almacén abandonado. Justo en el blanco —Pienso—.
El olor a sangre y pólvora se mezclan en el aire, me da una sensación de satisfacción, control y relajación. Torturar a un hombre que se cree rudo y que termina llorando como niñita es lo mejor del mundo.
Tomo mi teléfono para hacer una llamada.
—Señor, quedo listo.
—Asegúrate de que nunca salga a flote del East River.
Le digo que jamás sabrán de él, corto la llamada y miro al traidor que acabo de matar. La bala en su cráneo me hace sonreír.
El maldito Forks nos engañó, pero sobre todo a mí.
Que se involucrara tanto fue mi maldita culpa. Cuando me di cuenta de que era un agente infiltrado del FBI enloquecí, quería matarlo en cuanto me enteré. Pero tenía que informarle al jefe primero, y no estaba contento. Esta situación me hizo perder un poco de su confianza. Maldita sea, no era lo que necesitaba ahora.
Retroceder unos pasos no era opción, por fin era el segundo al mando, no estaba dispuesto a soltar mi lugar, uno que había ganado con mucho sudor, pero sobre todo sangre, aunque no fuera mía.
Le indico a Roman que limpie el desastre y que se deshaga del cuerpo. Y pobre de él que aparezca, o será el siguiente.
Me retiro del sitio, tomo un cigarrillo de mi chaqueta y lo enciendo. La nicotina entra en mi sistema como un calmante. Hoy iremos Emmanuel, Roman y Carlos a "The Ónix" Es un nuevo bar, donde el ingreso es elevado, pero que se supone están las mejores putas.
Subo a mi motocicleta para poder largarme a mi casa y cambiarme. No me importa andar con sangre en la ropa, pero a las chicas no les gustaría, y hoy necesito una. La "novia" que tengo me satisface, pero... le faltan tetas. Además, no estoy con ella, por su cuerpo, estoy por venganza.
Desde hace tres años me acerqué a ella, la muy ingenua imagina que fue por casualidad que nos conocimos, nada se aleja más de la realidad. ¿Por qué las mujeres son tan estúpidas? Creo que nunca lo sabré.
Carolina es mi juguete, y pretendo que siga así por mucho más tiempo. Hasta que llegue el momento.
La muy perra ha sido renuente, pero cuando me desafía, cuando se niega, es un golpe a mi orgullo, me dan ganas de matarla y acabar con esto de una vez.
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NO ME DEJES
RomanceUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...