CAPITULO 1-5

112 21 1
                                    


Era inútil.

De todos modos, incapaz de rendirse ante su fatídica suerte, irrumpió en el recinto atropellando guardias, público y entrenadores hasta llegar a la misma pista. Se detuvo jadeando al divisar la larga mesa de los jueces, y entre ellos, hablando tranquilamente, a Jeong Yunho...

Tomó tres bocanadas de aire intentando serenar su corazón al borde de la explosión, y se acercó a ellos, pensando por primera vez en el terrible aspecto que seguramente tendría.

En cuanto lo vio, Yunho detuvo su discurso bruscamente, su gesto pugnando por permanecer inexpresivo ante el inesperado visitante.

–¡Señor Choi Jongho! –exclamó uno de los jueces que había seguido la línea de mirada de aquellos ojos celestes– Dios Santo, ¿se encuentra usted bien?

Los demás miembros del staff se volvieron de inmediato a él, repitiendo exclamaciones de preocupación y alivio al verlo llegar.

–Justo estábamos hablando con el señor Jeong de su inexplicable ausencia.

–¿Sí? ¿Y qué les dijo el señor Jeong de mi ausencia? –preguntó Jongho incapaz de disimular su ira contra Yunho, que permanecía en silencio y con la inexpresiva calma de siempre.

–Nos contaba de su lesión –respondió una de las mujeres, recorriéndolo discretamente con la mirada, como si quisiera comprobarlo por ella misma–. Que usted le había comentado acerca un dolor en su pierna, causa de los fallos de sus dos últimas presentaciones. Comentábamos si sería eso lo que le habría impedido venir hoy, pero nos desconcertaba que su padre estuviera aquí buscándolo igual que nosotros.

–¿Mi padre está aquí?

–Estaba. Se retiró cuando dimos por concluida la última exhibición. Ha de estar preocupado por usted, buscándolo, ya sabe cómo somos los padres cuando no sabemos de nuestros hijos...

Los comentarios comenzaron a distenderse y a derivar en otros, como si nada fuera de suma importancia.

–¿Puedo hacer mi exhibición?

–¿Cómo dice?

–Quiero patinar, quiero hacer mi presentación.

–Lo sentimos, pero todo ha terminado, como verá la gente ya comenzó a retirarse hace algunos minutos.

–Estoy aquí, puedo usar cualquier patín, yo...

–Señor Choi Jongho, entendemos su preocupación por querer cumplir, pero ya es demasiado tarde, ha terminado y hace bastante, mire las gradas, están vaciándose. No se preocupe, aunque aquí el señor Jeong ha sido nuevamente el elegido –dijo uno de los hombres, señalando a Yunho que continuaba sumido en su mutismo–, esta no es una ocasión en que se gane o se pierda nada en su carrera. Fue una pena no tener el placer de verlo en la pista, pero no faltarán oportunidades.

–Nos alegra saber que no le ha pasado nada grave –dijo otro de los hombres, palmeándole la espalda.

–Ah, y nos comunicaremos a la brevedad con usted para hablar acerca de esa lesión. De todos modos su padre ya fue notificado para una cita con la junta médica de evaluación.

–No podré patinar... –repitió Jongho como si no hubiera escuchado nada de lo que le decían, aún sin poder creer lo que le estaba pasando.

–No señor Choi. No hoy. Buenos días.

Era tarde... demasiado tarde...

Fue como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, y luego poco a poco todo volviera a tomar su ritmo, a encontrar su rumbo. Los jueces volvieron la mirada a sus papeles y comenzaron a levantarse de sus asientos, intercambiando opiniones unos con otros sobre las coreografías y presentaciones, riendo relajadamente, discutiendo sobre los planes que tenían para aquella tarde.

Sangre sobre hielo - 2ho / YunjongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora