Prometo conseguirte

18.un secuestro

Estaba medio adormilada, tirada en el suelo y con las manos atadas a la espalda.
Oigo voces, lo único que consigo escuchar son los nombres de mis padres.
Después unos golpes contra el metal, disparos y alguien que me zarandeaba gritando mi nombre.

-¡Sam, Sam!- ese olor tan limpio- ¡hey, despierta!- ya no siento el frío suelo en mi espalda, y siento que vuelvo a la inconsciencia.

Me desperté de repente hiperventilando y llena de sudor.
-Tranquila, ya ha pasado todo.- Jackson estaba sentado en la cama, que no es la mía, al lado mío.
-No ha sido un sueño.- respiro hondo unos segundos.-¿Por qué a mi? ¿por qué?- estoy desesperada me levanto de la cama.

-No es tu culpa...-

-¡Claro que no es culpa mía!- lagrimas- ¡es vuestra, de mis padres, de Carissa!- me vuelve a faltar el aire-¡ Alejaos todos de mi, ni quiero ser como vosotros, ni estar relacionados con ninguno!-

-Sam tranquilízate y déjame explicarte todo.- me paso un inhalador, supongo que mis padres le habrán contado lo de mis ataques de asma.
Me lo puse en la boca y aspire. Le devolví el inhalador.

-Por si lo necesitamos para la próxima vez.-

-¡No te enteras que no va a ver una próxima vez!- grito desesperada,¿tan difícil es de entender?- que no quiero veros, ni quiero tener relación con la
MA-FI-A.- separe por sílabas la ultima palabra.

-Yo no formo parte de la mafia- Levante una ceja incrédula- bueno, todavía. Mira déjame explixartelo por lo menos, esta noche, te invito a cenar y te lo explico todo. Así te relajas un poco, por favor.

-¿Y no me lo puedes explicar ahora?

-No- se dirigió a una silla y cogio algo de ropa y me la tendió- Ahí está la ducha.- me señalo una puerta marrón con pomos de cuarzo rosas.

-paso a buscarte a las ocho- me guiño un ojo y se fue.