36.Meses después

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-Hola Trevor.- me coloco al lado de la persona que me ha estado enseñando todo lo que no he aprendido en estos años, Trevor, mi coach.

-Llegas tarde, como siempre...- y se puede decir que no nos llevamos bien.
No hago caso a su comentario y sigo a lo mio, entrando en la sala donde practicamos la lucha cuerpo a cuerpo.
Nos colocamos uno enfrente del otro en posición de ataque-defensa.
Es él quien primero ataca y cuando veo que a dejado un espacio entre sus brazos le doy un golpe en la tráquea dejándolo sin respiración.

-Creo que la clase ha acabado.- recojo mi toalla y mi botella de agua y salgo de la sala.

Ya no soy la persona que era antes ahora soy mas segura de mi misma y he aprendido a no confiar en nadie, en seguir mi instinto y sobre todo a no dejarme llevar por las emociones.

Cuando salgo del baño, Trevor me esta esperando.-Tu entrenamiento ha llegado a su fin.- se pone delante de mí con los brazos cruzados.

-Bien, por fin dejare de ver tu horrible cara.-

Hay que admitir que Travis no es feo, pero tiene un ego mas grande que su cerebro... Bueno es mal ejemplo, cualquier cosa es mas grande que su cerebro.
Es moreno con ojos de color miel, y tiene rasgos coreanos, ya que su padre viene de allí. Tiene un brazo todo tatuado, y muy bien musculado, pero no excesivamente.

-Por lo menos con la parte física.- hago un mohín con mi cara, que no pasa desapercibido por Trevor, ya que este rueda los ojos.-Ya te mandare las indicaciones de lo próximo, solecito.-

En cuanto oigo ese estúpido mote que me ha puesto le ataco, pero sabia mis intenciones con lo que se defiende y me noquea haciéndome chocar contra s espalda

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En cuanto oigo ese estúpido mote que me ha puesto le ataco, pero sabia mis intenciones con lo que se defiende y me noquea haciéndome chocar contra s espalda. Los dos respiramos rápidamente, hinchando nuestros pechos casi a la vez.

-A lo mejor necesitas unas clases mas...- dicho esto me suelta y se va, no antes de que su espalda vea mi bonito dedo corazón.

Antes de volver a casa decido pasar por el centro comercial y darme algún capricho, que me lo merezco y ya de paso comer algo. Primero creo que voy a ver algún conjunto para la cena que tenemos dentro de dos días en casa de unos conocidos de mis padres. No quiero nada elegante, busco algo que me pueda poner día a día. Tras mirar en más de la mitad de las tiendas me decanto por una falda suelta azul oscura y una camisa blanca, a parte de algún que otro capricho más.

Voy a dejar las bolsas en el coche antes de buscar algún sitio para comer, pero la verdad, no tengo ganas de volver al centro comercial para volver a dar vueltas para elegir, por lo tanto vuelvo a casa

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Voy a dejar las bolsas en el coche antes de buscar algún sitio para comer, pero la verdad, no tengo ganas de volver al centro comercial para volver a dar vueltas para elegir, por lo tanto vuelvo a casa.

Cuando entro en casa mi madre es la primera a la que veo, se asoma desde el salón y me inspecciona de arriba a bajo levantando una ceja.

-¿Què?- le pregunto el motivo de esa mirada.

-¿De donde vienes?

-Del centro comercial.- levanto las manos enseñándole las bolsas, ¿no es obvio?

-¿Porque no has ido al entrenamiento?

-¿Y quien dice que no he ido?

-¿Pues quien va a ser? Trevor.- mi mandíbula se abre hasta casi tocar el suelo, no me la ha podido jugar, me la va a pagar.

- Si que he ido, lo que pasa que hemos acabado mucho antes de lo norma.l He acabado la parte física y me ha dicho Trevor que empezaremos la parte sicológica, que por cierto ¿De que de trata?- mi madre mueve la boca un par de veces sin decir nada.

- No lo se no soy yo la que te entrena.- eso ha sonado muy falso.- tu padre y yo saldremos esta noche.-

Después de informarme vuelve a lo que estuviese haciendo y yo me quedo ahí sin creerme que no sabe de lo que va la cosa. Subo a mi habitación y coloco todo lo que he comprado.

En la comida ya se ha olvidado el tema del entrenamiento y prosigue con conversaciones banales entre mis padres,que no me importan. Se que hablan de alguna joya de un museo de los amigos con los que cenan esta noche.

La tarde pasa aburrida y calurosa, me la paso tumbada en la cama con el móvil o con el ordenador viendo series o películas. Estos momentos que tengo de soledad son los peores, ya que me pongo a pensar, y no quiero pensar en el, por lo que decido salir un rato a pasear por la playa.
Antes de salir me planteo si avisar a mis padres, pero si necestan algo ya me llamaran...

La playa a estas horas ya esta casi vacía, solo algún que otro grupo jugando al voleibol y con el atardecer también llega el aire frío. Saco de la bolsa un pareo y lo estiendo sobre la arena y me siento sobre ella, también me quito las sandalias plateadas y dejo que la arena se cuele entre mis dedos haciéndome cosquillas, todavía se aprecia el calor, pero ya no quema.

Recuerdo cuando mi abuela me llevaba a la playa y se reía porque iba dando saltitos por la arena porque quemaba y acababa siempre llorando en sus brazos, de esto hace mas de 10 años, tendría unos 8 años. Desde que fui al hospital con Jackson, no la he vuelto a ver , pero se que esta bien y que salió del hospital. Joder, otra vez el vuelve a mi mente...

Prometo conseguirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora