Prometo conseguirte

25.¿Fiesta?

Dejo la ropa que me voy a poner para la fiesta encima de la cama estirada.
Se basa en una camiseta negra ajustada, una falda de flores y una chaqueta roja.
De calzado unos tacones cerrados negros.
Me meto al baño para alisarme el pelo, pero no sin antes poner música en mi móvil. Le doy a aleatorio y empieza a sonar Hung Up de Madonna, es mi ídolo.

Ya estoy lista para irme, pero antes reviso mi móvil para ver si Jackson a respondido a todas mis llamadas y mensajes, pero no hay suerte.
Decido ir andando hasta la casa de Abby, seguramente que beba y no podría coger el coche. Soy adolescente, a las fiestas que voy siempre bebo, no soy ese tipo de personas que se emborrachan todos los viernes y sábados. En el aspecto de las fiestas en casa de la gente, si suelo beber y bastante, eso solo puede ocurrir como mucho tres veces al año.

Cuando llego a la casa, me abre una Abby muy nerviosa.

-Qué sepas que esto no estaba planeado.- habla con voz temblorosa, y también puedo observar que suda y tiene calor.

-¿Planeado el qué? Abby, ¿donde esta la gente?-

-Pasa.- se aparta a un lado y yo entro.- en la cocina.- voy andando lentamente hasta la cocina. A
Lo primero que veo es la espalda de una mujer, y su pelo castaño recogido en un elegante moño desordenado, y a su lado un hombre con el pelo castaño con reflejos rubios sonriendo a la mujer mientras esta prepara té y café.

-Mamá, papá.- donde me he metido.- Esta es Sam.- los dos dejan de hacer lo que estaban haciendo y se giran para mirarme. Tienen un gesto serio, de no agradarles mi compañía.
-Tú eres la niña que tantos problemas ha creado.- me reprocha la mujer.

-Sam, no niña.-
-Lo que sea. Nosotros solo queremos ayudarte, pero veo que eres igual de cabezota que tu madre...

-No necesito vuestra ayuda. Si os alejas de mi no tendré problemas.- me di la vuelta y salí de la cocina en dirección a la puerta.
-¡Sam espera!- Abby viene detrás de mi

-No quiero sepárame de ti otra vez, pero no necesito niñera.- esto último lo dije mirando hacia Jackson.-Lo siento Abby, pero yo no quiero ser como nuestras familias.- dicho esto salí por la puerta.

Llegando ya a mi casa alguien tiro de mi brazo haciéndome girar.

-¡No puedes dejar de ser una cabezota?.- era Jackson.-Solo queremos ayudarte, mejor dicho protegerte.- ¿De que? Es lo primero que puedo pensar.-te contare todo, te lo prometo.

-¿Qué más hay que contar?-

-El porque hay que protegerte.-

-¿Me contaras también lo de las notas?

-Eso es otra historia, no tiene nada que ver con eso.- resople y me di la vuelta.

-Que te jodan Jackson.- subí las escaleras de mi casa, él me volvió a girar.

-Sam, ¿no lo entiendes?-

-¡No, no lo entiendo!- disparos empezaron a resonar por la calle. Jackson me coge las llaves y en cuanto abrió la puerta nos empuja dentro.

-Dios mío.- es lo único que pude decir. Me he quedado en shock.

-Eso el peligro en el que estas.-
Jackson, que se había quedado encima mío se levanto y se sentó en el suelo. Yo hice lo mismo pero le rodeé con mis brazos. Es lo único que necesitaba en ese momento.
-Lo siento, debería haberos hecho caso.- empiezo a llorar levantándome de el suelo.
Pego un grito, odio toda mi vida, me odio a mi misma, a mi familia.
Pongo mi mano en un puño y me dirijo al espejo de la entrada. Antes de que mi puño lo toque Jackson me empuja.
Me ha estado gritando todo el rato, pero no me he dado cuenta estoy demasiado sumergida en mis pensamientos.
No quiero seguir con esta vida.