24.Amistad ¿vale?

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Hoy por fin volvería a ver a Abby, la he echado de menos. Aunque la culpa ha sido mía.

-Sam, me alegro de verte.- nos fundimos en un tierno abrazo.- Lo siento mucho, pero no sabia que hacer, si decirte lo de nuestras familias o no decir nada.

- olvidémoslo , ¿vale?- mejor olvidar las cosas, solo quiero volver a nuestra amistad.
-Este sábado celebró una fiesta en casa, va ha ser única, todas las persona van ha estar,¿te apetece venir?-

-No soy muy de fiestas, Abby,siempre que voy me pasa algo.

-A ver si adivino...- se quedo pensativa- ya lo se, te emborrachas.- vale, lo dijo con ironía lo de adivinar.- para eso están las fiestas, además es la de mi cumpleaños, mis dieciocho.

-¿Tenéis un año mas que yo?-

-¿Tenéis?-

-Si, Jackson y tú.-

-Jackson tiene dos más que yo.- empezó a reírse.- lo siento, pero no me imagino a mi hermano y a mi compartiendo la misma tripa.-

-¿Habéis repetido los dos curso?-

-Fue por los viajes, salíamos mucho, ya sabes...- se perfectamente a que se refiere, "negocios"

-Si, bueno.- dije torciendo la boca.- no es culpa vuestra, desde mi punto de vista.-

-Bueno, volviendo a lo de el sábado, necesito que me ayudes con un vestido. ¿Vendrás?-

-Esta bien iré a la fiesta y a buscarte un vestido.-

-¡Sii!- pego un chillido y salto de la silla a abrazarme.- Muchas gracias, enserio.- planto un beso en mi mejilla.

-Mañana después de las clases te invito a comer y buscamos.

-Esta bien.-

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Ya se notaba la bajada de temperaturas, hoy me puse un jersey gris con un corazón blanco, unos pantalones negros y mis converses grises.
Antes de salir me coloque un gorro de lana para tapar mis orejas.

Entre en el parca miento y vi a Jackson esperando en la plaza que en la que suelo aparcar. En la que mas alejada esta de la puerta.-Buenos días.- estaba muy serio, al contrario que yo.

-Hola.- un simple "hola"

-No he sido yo.- me he ganado una mirada de como si estuviese loca.- ¿Qué te pasa?

-¿Por qué dices "yo no he sido"?- pregunta con una voz chillona y aguada.

-Para empezar, yo no tengo esa voz y ¿se puede saber porque estas tan serio?-

-Nada por lo que tú debas preocuparte.- Su voz suena amable.
Se acerca y me planta un suave beso. Sus labios están fríos y eso hace que me de un escalofrío y reaccione.

-Jackson, por favor no lo vuelvas a hacer.- le suelto en un susurro.- solo somos amigos, y...- no me da tiempo a seguir porque se ha ido corriendo hecho una furia.

En todo el día he intentado hablar con Jackson unas cuatro veces y todas a respondido lo mismo, "ahora no tengo tiempo"
Ha la salido me dirijo al sitio donde he quedado con Abby, en el restaurante donde trabaja Ian.

-¡Sam, ya estoy aquí!-Me gire y vi a Abby gritando desde la otra calle.
La salude de vuelta,alzando mi brazo.
-Pasemos dentro.- su voz suena sofocada, seguramente ha venido corriendo o andando muy rápido.

-¡Mis princesas favoritas,por fin han llegado!- Nos tiende unos batidos, los dos de coco y cereza.- a estos invito yo.- guiña un ojo a Abby, que no puede estar mas roja.

-Muchas gracias.- susurra Abby de vuelta.-

-Os he reservado una mesa al fondo donde llega mejor la luz.- este chico es muy atento.-Enseguida os tomo nota.-Se va a atender una mesa, fijándome bien, me resulta alguien familiar ese pelo castaño con mechas rojas.
Cuando Ian se marcha me deja ver al acompañante de la chica... Jackson.
Este me ve y vuelve a llamar a Ian, le dice algo y este asiente. Jackson le da unas llaves a la chica y esta se levanta, se gira, pero no me da tiempo a ver su cara porque Ian se ha puesto en medio.
Genial.

-¿Que va a pedir mi princesa?- Abby no se da por aludida y yo le pego una pequeña patada.

-Ops, pues una ensalada cesar y un Rollini de pollo a la parrilla.-
Observo como Jackson se levanta y va hacia el baño. Es mi oportunidad de explicarme por lo de esta mañana.

-Yo unos nachos con queso y un bocadillo Italiano. Voy un momento al servicio.- me levanto y voy corriendo hasta los baños.
No me creo que valla a entrar ahí. La puerta se abre y me deja ver a la persona que busco. Le empujo por el pecho y le meto otra vez dentro.
Me pongo de espaldas a la puerta para no dejarle ir.

-Vale, no entiendo por que te enfadas.- suelta una carcajada irónica.

-¿Enserio? Después de lo que he hecho por ti y...

-No me puedo creer que por todo lo que has hecho por mi quieras a cambio mi cuerpo, quiera o no quiera yo.- esto es increíble.- porque es eso lo que quieres y ya te deje muy claro que yo no soy así.

-Yo seguiré por mi lado con mi trabajo y tu por el tuyo metiéndote en problemas ya esta, todo arreglado.-

-No tengo la peste para que salgas huyendo de cada sitio donde estoy yo, como antes por ejemplo.- le digo recordando a la chica.- además no se por que te molestas, si ya veo que estas con otra.-

-Me voy de aquí por tú bien, ¿enserio no sabes quien es la chica?- me pregunta.- mejor así.-

-Jackson, no te rechazo por que seas feo, enserio, eres todo lo contrario.- no me creo que lo haya dicho en voz alta.- pero tus intenciones, no son las misma que las tuyas.-

-Vale, seremos amigos, arreglado ¿me dejas salir? Me están esperando.- me aparto y le dejo que salga.
Yo salgo detrás de él, pero yo en cambio me meto al baño de mujeres y me refresco el cuello.

-Ya estoy aquí.-Abby se me queda mirando y levanta una ceja.-¿Qué?- no se porque me mira así.

-¿Qué te traes con mi hermano?-

-Nada.- le digo tajante.- No soy su tipo de chica.

- Espero que se lo dejes muy claro.-

-Como el agua.-

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Cuando acabamos de comer, vamos a la calle donde solo hay tiendas.
Llevamos como cinco tiendas y Abby se estaba deprimiendo porque no encontraba nada para su fiesta. Y es mañana.
Entramos en una tienda donde todo era colorido, la ropa con estampado de flores o dibujos mayas.

El vestido que llevo en las manos, le quedaría perfecto a Abby.

-Abby, lo he encontrado.- corre hacia mi y se lleva las manos a la boca.

-Es perfecto.- se lanza sobre mi u me da un abrazo.
El vestido es con un estampado de flores rosas en tonos rosa y marrones. Es elegante pero informal.

-Ahora solo quedan los zapatos, que ya se cuales.- paga y sale rápido de la tienda, entrando en la zapatería de al lado.

Coge unos tacones rosas pálido con dos tiras que cruzan su empeine. Levantó los pulgares en señal de aprobación.

Llego a casa con los pies destrozados, lo único que quiero es una ducha e irme a la cama.
Ha sido un día agotador.

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