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-¿¡Y quien carajos es Lola?! - su hermano casi que grito.
-¡Tengo que seguirla! ¡Dame las llaves del auto! - Tom aun sonreía, quería alcanzarla.
-¡Pero claro que no! ¡Entraras, firmaras el acta y nos vamos al hotel! - Su hermano menor indico. - ¡Vamos!
-¡Por favor, Bill, solo tardare un segundo! - El chico de pelo negro, lo miraba extrañado. Tom jamás perseguiría a una chica. Aún seguía son su mano tendida, en espera de las llaves.
-¡No!
-¡Carajo, Bill! ¡Entonces será por las malas! - El chico de rastas rápidamente le quito las llaves a su gemelo.
-¡Tom! ¡Ven aquí! - Bill comenzó a perseguirlo, pero no lo alcanzo.
-¡Volveré por ti, firma mi acta! - Le grito cuando bajo la ventana del automóvil, marchando a toda velocidad. Mientras veía por el espejo retrovisor como su hermano torpemente quiso aventarle una piedra, maldiciendo. Se lo merecía.
Comenzó a buscarla entre las calles, no podría haber llegado muy lejos, había bastantes semáforos.
Su corazón latía fuertemente, y tenía una estúpida sonrisa en su rostro. Necesitaba conseguir su número de teléfono.
Apretó el acelerador con fuerza al notar una sudadera blanca entre dos automóviles, era ella. Se impresiono al ver como la chica maniobraba tal vehículo. Haciendo fuertes sonidos con ella.
Comenzó a esquivar los autos para poder quedar a su lado, o al menos algo más cerca.
Una vez que ella quedo enfrente de él, prosiguió a tocarle la bocina varias veces. Ella como de costumbre lo ignoro. No había volteado a verlo.
-Carajo...- Susurro Tom, sonriendo. Una vez más toco la bocina, extendidamente.
Ella volteo a verlo, Tom le lanzo un beso y la respuesta de ella fue mostrarle el dedo del medio, haciéndolo reír. Parando en un semáforo, él se posiciono al lado de ella.
-Bonito nombre, Lola. - Tom sonreía, ella aun mantenía su cabeza hacia delante. No lo veía. -¡Oye!
-¡Joder! - Levanto el pequeño vidrio del casco. -¿Qué quieres? ¿Es tu sudadera? - El negó con la cabeza, observando cómo se veían sus piernas. Jugando con su piercing del labio inferior.
-Te quiero a ti. - Se acerco hacia una de sus piernas, enredando sus dedos en las medias de red que ella portaba.
-¡¿Qué haces?! - Ella dio un golpe en la mano de él. -¡Joder, que pésima manera de querer llamar mi atención! - El semáforo cambio a verde, ella acelero con rapidez, y el claramente, la siguió.