treinta y siete (parte 1)

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.


Cinco años atrás...


🎧⊹ ♡ 𝖼𝖺𝗇𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝖽𝖾𝗅 𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 | 𝗉𝗅𝖾𝗀𝖺𝗋𝗂𝖺𝗌 𝖻𝗒 𝗇𝗂𝖼𝗄𝗂 𝗇𝗂𝖼𝗈𝗅𝖾.


—Carajo...—Lola suspiró relajada una vez en el baño de la gran fiesta donde sus amigas la arrastraron por su cumpleaños.

Sin duda, rodearse de adolescentes dos o tres años más grande que ella... no siempre era una buena idea. Sobre todo, cuando cumplía quince años y una de sus mejores amigas estaba por terminar la preparatoria.

Mientras cerraba la puerta con seguro trataba de olvidar la gran pelea que había tenido con su padre antes de lograr escapar de su casa y cubrir el gran moretón que lastimosamente adornaba poco más por encima de su ceja.

Con una mueca de tristeza y dolor tocó sobre la lastimadura, de inmediato sus ojos comenzaron a aguarse y dio un respiro hondo tratando de evadir toda angustia que sentía dentro.

—Feliz cumpleaños—se susurró a ella misma, viéndose al espejo. Dolorida, no solo por el moretón.

Sin más, subió su falda y bajó sus bragas tratando de orinar en el retrete que estaba rodeado de condones, cigarros y otras cosas desagradables que solo se ven en fiestas como esas.

Lola a penas se acostumbraba a aquellas salidas, hacia poco amigó con las muchachas que ahora había perdido de vista y rogaba encontrar en el tumulto de gente que estaba fuera del baño, disfrutando de la fiesta.

El ruido de la orina hacía eco en el lugar, y Lola se sostenía de la pared para no apoyar el culo en la tapa, aun que anteriormente había cubierto todo con papel.

—Joder—siseó al terminar—, sería más fácil si tuviera pito... solo sacar y sacudir—renegó mientras terminaba de limpiarse.

Acomodaba su ropa frente al espejo, acomodando su cabello que horas atrás su abuela pintó de color azul. Algo polémico, pero hermoso para alguien como Lola.

—¿¡Oye cuanto más vas a tardar ahí adentro?! —rodó los ojos cuando golpearon fuertemente la puerta—, ¡¡Algunos de aquí vinimos a follar, no a cagar!! —río bajo ante el ultimo comentario.

Solo tiró de la cadena con malicia y abrió la puerta con una sonrisa.

—Oh, de verdad estabas cagando—sonríe él.

—Pues, sí—mintió con gracia, provocando una risa suave de aquél extraño—, adelante, puedes follar tranquilo ahora—se hizo a un lado cuando una rubia lo tomó por la mano.

𝗟𝗢𝗟𝗔 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora