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𖤐
𝐋𝐨𝐥𝐚.
Bufé y camine con algo de rapidez, sabiendo que el estúpido este me seguiría.
-¡Ven aquí! - Me tomó del brazo y me empujo contra la pared. -¡Deja de escaparte de mí!
-Ay, ya cállate. - Rodee los ojos.
-Bésame.
-Quítate.
-¡Bésame! - Sonrió, acercándose.
-¡Suéltame! - Le di un gran cabezazo. - Oh, ahora quedaras más retrasado de lo que ya eres.
-¿Sabes? - Me agarro mis muñecas con una sola de sus manos, muy fuerte de hecho. - No iba a hacer esto, pero no me dejas opción...
-Espera, ¿Qué...? - Vi como sacaba algo metálico de su bolsillo, ¿Acaso me matara? Ojalá. -¿¡Que haces?! - Eran esposas.
-Nada. - Sonrió, terminando de cerrarlas, una en su muñeca y otra en la mía. - Serás mía por un día.
No lo podía creer, simplemente, no podía. -¡Quítame esto! - Comencé a moverlo. -¡Ahora!
El solo se reía como si hubiese fumado un porro gigante.
-No lo haré. - Me tomó de la cintura.
-¿¡De donde sacaste esto?! - Lo empujé, lastimando mi muñeca. -¡No es gracioso, es enfermo, como tú!
-Adam es fácil de comprar...- ¡Hijo de la gran puta! - ¿Qué haremos hoy?
Sin pensarlo, le di un gran golpe en su estómago. -¡Quítame esto, ya Kaulitz! - Él negó. -¿¡Sabes que!? - Lo tome de la remera, acorralándolo. Al igual que hizo conmigo.
Me acerqué a su rostro y el me apretó la mano, sonriente. Vamos a ver si sigues con esa estúpida sonrisa, luego de que te golpee todo el putísimo día.
-¿Qué? - Preguntó.
-Tu perderás, te golpearé todo el día.
-Puedo soportarlo.
-¡Ya, suéltame, Tom!
-¿Chicos? - Bill apareció. -Pero... ¿Qué? - Señaló nuestras muñecas.
-¡El esquizofrénico de tu hermano! ¡Dile algo! - Lo señalé, mientras Tom me burlaba.
-Eso ya no es normal, Tom. - Bill frunció el ceño. - Es como cuando me revoleaste la taza.
-¡Yo te arrancaré los huevos y te los revolearé, quítame esto! -