treinta y seis

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𝐋𝐎𝐋𝐀'𝐒 𝐏𝐎𝐕




—¡¡Suéltame carajo!! —empujé a Tom lejos.

—¡Súbete las bragas! —señaló mientras ambos nos ocultábamos de la linterna que era al parecer de un vecino chismoso. Quienes comenzaron a gritar en su idioma cuando pude acomodar mi ropa —. Oye oye, ven aquí.

—¡Déjame! —abofeteé su cara en cuanto trató de jalarme el brazo —. ¡Basta de seguirme, basta de esto! —nos señalé a ambos —. ¡Para de una vez con tu juego absurdo!

—¡Pero tú me besaste! —amagué con hablar, pero... me quedé en silencio.

En realidad y aunque me golpeé el ego, él tenía razón.

—¡Igual es tu culpa! —bufé —. Solo lárgate de aquí...

—¿Lo? —una voz femenina llamó mi atención por lo que volteé en dirección a la puerta negra donde antes había salido yo; se trataba de Yaz —. Creí que te había pasado algo... —llevó una de sus manos a su pecho y al parecer se relajó en cuanto me vio sana y salva.

¿Qué se le habrá cruzado por la cabeza al verme con Tom?

Aprovecho para verlo de reojo y él aun mantenía su mirada en mi... como si no tuviese nada a su alrededor más que mi presencia.

Yazlín se acercó y mi tomó de la cintura. Algo incomoda carraspeé mi garganta y Tom ahora llevó su mirada al agarre de ella... luego ambos nos miramos desafiantes. 

Estábamos molestos el uno con el otro... no es novedad, claro.

Pero este tipo de molestia... es aun mas densa y pesada. Su energía era completamente negativa al igual que la mía al saber que la rubia que sostiene mi cintura le parece atractiva y no puedo evitar este sentimiento extraño en mi pecho.

—¿Nos vamos? —pregunta en mi oído y yo solo mantengo mi vista en Tom.

—Ella se va conmigo, tú puedes buscarte un taxi —demandó Tom amagando para jalarme del brazo lo cual no permití.

—¿Disculpa? —Yaz se cruzó de brazos —. ¿Quién te crees que eres?

—¿Quién te crees tú? ¿Acaso te crees su mejor amiga o qué? —Tom se acercó y por inercia lo empujé leve llevando una de mis manos a su pecho —. Eres una jodida extraña y tampoco puedes tomarla de esa manera —tragué en seco al ver la expresión en su rostro.

𝗟𝗢𝗟𝗔 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora