treinta y tres

25.4K 1K 2.1K
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𖤐




♫₊.🎧 𝗖𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 | 𝗰𝗿𝘆 𝗯𝘆 𝗰𝗶𝗴𝗮𝗿𝗲𝘁𝘁𝗲𝘀 𝗮𝗳𝘁𝗲𝗿 𝘀𝗲𝘅

𝐋𝐨𝐥𝐚.

-No se dice "suchi" -cerré mis ojos, recostando mi cabeza en su pecho mientras sentía como una de sus manos paseaba por mi espalda, delicadamente.

-¿No? -Tom preguntó burlón, a lo que negué aun con los ojos cerrados -, ¿y como se dice, inteligente? -rodé los ojos por el tono de su voz, sobrándome.

-Sushi -le corregí.

-¿Cómo? - su voz aún seguía ronca y me volvía loca tan solo escucharlo hablar de tal manera.

-Su-shi -repetí algo harta, abriendo lentamente mis ojos cuando su mano se acercó a mi rostro, específicamente a mi mejilla que fue acariciada por él.

-Es lo mismo -bufó y no podía verle la cara, pero podía sentir su sonrisa tan burlona.

-No, porque lo has pronunciado ma-

No logré terminar mi frase ya que Tom me tomó por el cuello, obligando a verle a los ojos. Cafés oscuros, pupilas dilatadas y tan brillantes como encantadoras. Una mirada que hipnotizaría a cualquier persona en cuestión de segundos.

Una mirada que juré evitar, que me obligué a ignorar cuando me lastimó.

Mis labios se entreabrieron para soltar algún balbuceo absurdo, pero al notarlo Tom simplemente se acercó rápidamente, posicionando los suyos sobre los míos. Callándome con un beso.

Suave se sentían sus movimientos, cálidos por sobre todo. Jamás había sentido esa sensación tan extraña de no querer alejar a alguien de mi físico. Al contrario, le quería tener aun mas cerca. Casi fusionándome por completo a su pálida y perfecta piel; como si mis curvas encajaran perfecto con sus manos, como si mis labios fueran la pieza perfecta que le faltaba en su imperfecto rompecabezas.

El uno para el otro, y no solo físicamente. Al menos yo en algún momento creí que con Tom teníamos una conexión bonita y única que nuevamente sentí al escuchar su patética risa cuando hago alguna estupidez o cuando él me hace reír con sus idioteces.

Sin más, me dejé llevar cerrando los ojos nuevamente sintiendo como sus dedos se hundían en mi piel, necesitando más de mí y yo de él; mis manos se movieron hasta quedar al lado de su cabeza, subiéndome encima de Tom nuevamente.

Era un beso que no llevaba a lo sexual, aunque en cuestión de segundos podría follármelo nuevamente si sigue con sus caricias, específicamente su entrepierna endurecida en mi feminidad, rozándose.

𝗟𝗢𝗟𝗔 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora