¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𖤐
𝐋𝐨𝐥𝐚.
Y me desplomé... De la puta risa carajo.
―¡¡Ayúdame!! ― Gritaba desesperada, mientras mi gata pedía por piedad.
― ¿¡Que haces bañando a Canela?! ― Carcajeé. Viendo como estaba toda arañada, y con razón.
―¡¡Solo agárrala, carajo!! ― Canela estaba en shock. ―¡¡La bañé por que se revolcó en mierda!!
― ¿¡Que hiciste qué!? ― La tomé. ―¡¡AH, JODER!! ― Me araño la muy puta, rompiéndome el vestido.
―Ya, lárgala.
― ¿¡La suelto, la agarro?! ¡Decídete, vieja maniaca! ― Mi gata seguía arañándome. ― ¡Ya, al carajo! ― La dejé en el piso y salió disparada. Mi teléfono sonó, indicando un mensaje.
―Hija de puta...― Mi abuela se levantó, sacudiéndose la ropa.
¿¡Quien carajos baña a un gato de noche?!
Creí que estaba tiesa la vieja, y yo quedaría tiesa... Todos tiesos. Mi abuela con cancer y todo, aún sigue jodiendo y jodiendo. No se cansa.
― ¡Lola! ― Eh. ―Te estoy hablando...― Mi abuela ladeó una sonrisa.
―Eh, sí. Perdona. ― Sonreí, tomando alcohol etílico para ponerme en las heridas.
― ¿Cómo te fue? ― Reí. No sé porque, pero reí. ― Eso me dice que bien.
―Mh...― Asentí. ― La pase... bonito.
― ¿Ya son novios? ― Abuela, vas con nitro. Cálmate.
―Ay, si me pongo de novia tendré que quitarme lo puta. ― Me golpeó con una toalla, haciéndome reír. ― ¡Abuela! ― Sobe mi brazo.
― ¿Qué hicieron?
―Me peleé, comimos waffles y le tiramos un pedazo de ellos en el culo a un ciego.
―Ah...― Carcajeó. ― Fenomenal. Tu noche más normal. ― De hecho, sí.
―Iré a dormir...― Carraspeé mi garganta, evitando una risa.
― ¿Cuál es la gracia? ― Negué, mientras ella limpiaba la ducha. ― ¿Te gusta Tom? ¿Lo besaste? ¿Te lo cogiste? ― Ojalá, digo. No.
Me encanta. ― ¿Qué cosas dices? ― Bufé. ― Claro que no.
― ¿Y de qué te ríes? ― Carcajeé. ― ¿Estas drogada?