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A la mañana siguiente, ambos hermanos despertaron abrazados, sumidos en la calidez y la seguridad que los brazos del otro les brindaban. Jungkook fue el primero en despertar y al ver a Jimin descansando con tanta calma, decidió dejarlo dormir un poco más. Sabía que su hermano solía madrugar para salir temprano de casa, pero después de la noche tumultuosa que había tenido, seguramente necesitaba dormir un poco más.

Sin embargo, no contaba con que en ese momento sonaría su alarma, lo que hizo que Jimin despertara inmediatamente.

— Buenos días, Kook —musitó con una pequeña sonrisa que iluminó su rostro.

Jungkook le devolvió la sonrisa, notando que los ojos de Jimin estaban algo hinchados e irritados por las lágrimas que había derramado durante la noche, pero eso no disminuía lo bonito que era.

— Buen día, Minnie. Deberías descansar un rato más, casi no dormiste nada— señaló, acariciando con suavidad el rostro ajeno.— Yo podría llevarlos hoy a la universidad.

La sonrisa de Jimin se desvaneció gradualmente, y comenzó a jugar nerviosamente con sus manos.

— Gracias, Kook, pero podemos ir por nuestra cuenta.

Reconociendo que era demasiado esperar un cambio instantáneo en la actitud de Jimin después de su confrontación del día anterior, Jungkook decidió no presionarlo. Sabía que el proceso de sanar y dejar atrás sus inseguridades llevaría tiempo y paciencia.

Acarició suavemente la mejilla de su hermano, transmitiéndole amor y comprensión a través de su contacto.

— Está bien, Minnie. Si eso es lo que prefieres, no te presionaré —dijo con calma, dejando en claro que respetaba su decisión.

Él entendía que había ciertos aspectos de su personalidad y comportamiento que Jimin necesitaba abordar y superar a su propio ritmo. No podía reprocharle por ello, especialmente porque él mismo le había recordado que estaba bien ser como era.

Jungkook era plenamente consciente de dos cosas en cuanto a su persona. En primer lugar, sabía que poseía una enorme cantidad de paciencia, especialmente gracias a su relación con Taehyung. A lo largo de los años, había aprendido a cultivarla en un nivel extremo. En segundo lugar, destacaba su gran capacidad para ser comprensivo, algo que había desarrollado principalmente a través de su relación con su hermano.

En esta ocasión, Jungkook sabía que necesitaría ambas cualidades. Estaba decidido a estar allí para su hermano menor, brindándole apoyo incondicional, una escucha activa y una comprensión genuina.

Se levantó de la cama, listo para salir de la habitación y darle privacidad para que se preparara. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de irse, la voz de Jimin lo detuvo.

— Kookie... — llamó nerviosamente. Jungkook se giró hacia él y levantó las cejas, indicando que estaba escuchando. — ¿E-estamos bien? — preguntó con un ligero temor en su voz.

Al ver la inseguridad en los ojos de su hermano, Jungkook le sonrió ampliamente, buscando calmar todas sus dudas. Asintió con calma y dijo: — Estamos bien, bebé. No te preocupes. Ahora alístate o llegarás tarde.

Jimin miró a Jungkook, sintiéndose aliviado por sus palabras. Asintió lentamente y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. — Vale.

Después de eso, Jungkook salió finalmente de la habitación, encontrándose con su madre en el camino.

— Buenos días, cariño— saludó con una sonrisa—. Despertaste antes, estaba por bajar y prepararles el desayuno.

— Hola mamá. Si, dormí con Jimin y su alarma me despertó.

・⁺ 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔《𝙺𝚘𝚘𝚔𝚅》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora