Capítulo 1

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Camila

Mi nombre es una incógnita.

Mi presencia es una desgracia.
Y yo solo pienso en refugiarme en unas cuantas palabras.

Esta soy yo, la persona que siempre tiene la mirada fija en cualquier otro lugar, excepto en los ojos de alguien más.

Sigo sin entender en qué momento me convertí en esto que soy hoy en día.

No me arrepiento de nada. Fue mi decisión ser tal y como soy.
Pero ¿por qué?

¿Por qué hacerme daño a mí misma?

¿Por qué dejar que las personas me hagan tanto daño?

-¿Por qué eres tan callada?- Esa voz, alguien me dirige la palabra.

Es un chico. Volteo a ver su rostro, esta sonriente y esta mirando a mi dirección.

-¿Y tú por qué hablas mucho?- Le respondo con una pregunta para él.

Él solo sigue sonriendo.

Nos encontramos caminando junto con un grupo de personas.

No sé a donde nos dirigimos pero ya estoy aquí.

Ese chico se aparta, camina unos metros lejos de mí. Las demás personas van detrás de él.

Una chica me habla, no le presto tanta atención. Estoy en mi mundo, pensando miles de cosas y nada al mismo tiempo.

-¿Cuál es tu nombre?- Me dice ella.

-Me llamo, Camila. ¿Y tú?

-Soy Celeste-Ella es más bajita que yo, su cabello es rizado y compartimos el mismo tono de piel.

Ninguna de las dos dice nada más.

Pasan las horas, me encuentro en un lugar con bastantes personas, todos están bailando unos con otros, hay personas que se alejan un poco de los demás para estar solos y besar a su pareja.

Yo me siento fuera de lugar, no se bailar, no me gusta socializar y prefiero estar en mi casa.

Ya es de noche, no tan tarde pero a estas horas ya estaría a punto de dormir, tal vez estaría llorando por estar escuchando música en inglés que no entiendo pero su letra es triste. Que deprimente suena mi vida, pero así es.

Estamos en noviembre, son sus primeros días. ¿Año? Desconocido. ¿Hora? Prefiero no hablar de ello, ya no lo recuerdo.

La chica que me había hablado anteriormente, me jala para ir junto a las personas con las que venimos a este lugar.

Ese chico, otra vez él. Ve que estoy sentada y me invita a bailar, técnicamente me lleva arrastrando, es por decir de alguna forma.

Lo miro al rostro nuevamente, veo que intenta tomarme de la cintura y lo hace con una mano, yo dirigo mis manos a sus hombros y él hace lo mismo con su mano sobrante.

Él intenta guiarme para poder bailar. Repito, soy mala para bailar y más cuando intento hacerlo acompañada de alguien más.

Es irónico, ya que amo bailar. Pero no quiero que los demás lo sepan, solo que este tipo de música no es mi agrado. Es una canción romántica, para bailar con tu pareja tal vez, no con una desconocida, pero ya estamos aquí.

De todos los escenarios posible, juro que esto no lo habría imaginado nunca, me sentía fatal al bailar con un chico y ni siquiera estoy bailando, lo estoy pisando y mi mentón topa siempre con su hombro.

Es tan incómodo, afortunadamente todo ya acabo. Me voy a un asiento, veo a una pareja dándose un beso en la comisura de sus labios. Eso también fue algo incómodo.

De un momento a otro, las personas a mi alrededor están haciendo un caos con espuma y bueno, yo hago lo mismo.

Juego con el chico nuevo. Mi vida es tan caótica, que en otros instantes ya me encuentro sola llorando en una esquina, sentada en una jardinera.

¿Por qué me encuero así? Eso es algo sencillo, "discutí" con ese chico.

Ahora todos están haciendo ruido alrededor de mi espacio personal, ese chico se da cuenta de que algo me pasa y le dice a los demás que nos dejen solo, ellos se alejan un poco y él empieza:

-¿Qué te sucede?- Él se pone en cuclillas e intenta hacer que yo diriga mi mirada a su rostro.

Pero no puedo hacerlo.

Yo solo veo mis manos que se encuentran apoyadas en mis piernas, intento parar de llorar, intento hablar sin que mi voz suene tan mal, pero fallo en el intento.

-Todo está bien, no me pasa nada- Le digo como si nada.

A Través De Tu Mirada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora