Capítulo 1

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Emiliano

El día de hoy es el cumpleaños de ella.

La chica "rarita" y solitaria que conocí hace cuatro años atrás, aquella que la miraba a los ojos y se sonrojaba inmediatamente.

—Oye, te noto muy distraído. Deberías estar más enfocado en vivir cada momento y no estar con la mente en las nubes todo el tiempo.

Su voz suena tranquila, en un tono leve y eso permite que mi cerebro se consentre en ella.

Valeria transmite calma, sus ojos color verde me miran en busca de alguna otra reacción, sus labios pintados de un ligero color rosa, su cabello largo y castaño.

Sería un estúpido si negara la belleza que ella posee.

Y tal vez, si sea un idiota por no poder amarla.

Ella al igual que yo no ha olvidado a su primer amor y no se trata de la primera pareja, sino del sentimiento que surge por alguien que te encuentra sin siquiera haberte buscado.

—Lo siento, es verdad que yo debería estar disfrutando de estar aquí.

Hoy como cada semana estamos en una clase de reunión, pasamos tiempo platicando e intentando interactuar entre nosotros, realizamos alguna actividad y vivimos un agradable momento.

—Chico, has hecho tanto por los demás que tienes el derecho de tomar un descanso y así poder relajarte.

Vuelve a hablarme y sinceramente no me siento de la mejor manera.

—Sé que tienes tiempo sin probar nada —refiriéndose a las bebidas alcohólicas y otras cosas— y que has decidido dejarlas permanentemente, pero tal vez...

La tuve que interrumpir.

—Valeria... Mantendré al menos esa promesa.

Como siempre me sentí incomprendido, necesitaba tomar un poco de aire para poder regresar y así poder fingir que todo va bien.

A estas horas el cielo se observaba con un tinte azul y negro, pero también se notaba un rastro de violeta.

La luna y las estrellas empezaban a lucir de a poco. El aire pegaba fuerte, se sentía algo de frío pero era algo agradable.

—¿Aún piensas en esa chica?

Podría hacerme el loco y preguntarle de quién hablaba, pero hasta alturas de la situación no tenía caso.

—Es imposible no hacerlo.

Sin observarlo sé que esta negándo con la cabeza.

Una sonrisa amarga se planta en mi rostro, mis ojos no dejan de ver un punto fijo, incluso percibo cada latido que da mi corazón.

Él se va, dejándome con un incomodo silencio. Y pensar que antes eso para mí era lo mejor: guardar silencio y evitar.

Tengo el deber de irme, mis amigos se pondrían pesados por saber el motivo por el cual me retiré de aquel lugar.

>>>

No sé ni como llegue anoche, mi mente estaba nublada y mis pasos se daban solos, dirigiéndome a algún lugar.

Al amanecer ya me encontraba aquí, en mi departamento; el lugar que con tanto esfuerzo conseguí.

Me había ido de la casa de mis padres al cumplir la mayoría de edad.

Estaba cansado de tener que lidiar con sus peleas diarias, con su falta de respeto y amor hacia mi persona.

En ese lugar me sentía aun más perdido, estar a su lado me hacia tanto daño y no permitiría que eso ocurriera por más tiempo.

Incluso tenía mala relación con mis hermanos.

Desde que decidí cambiar mi forma de ser una persona solitaria a alguien totalmente amistoso, todo se ha vuelto inverso.

Ahora estoy rodeado de tantas personas, pero me sigo sintiendo solo.

Pero cuando me encuentro sin nadie a mi lado me siento mejor.

Es contradictorio, ya que juzgue a una persona por preferir su soledad antes de permitir que alguien más forme parte de su vida.

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