Capítulo 17

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Emiliano

Es mi turno de contar esta historia.

Lo sé, suena un poco raro pero creo que esa es la realidad.

Me enamore de la chica que siempre mantenía su vista abajo, observando el cielo o simplemente cerrando sus hermosos ojos.

Lo sé, suena demasiado cursi como para que un tipo lo diga, pero es que ni ella comprende todo lo que yo siento.

No soy normal, nunca lo he sido y eso logro que me alejara de las personas, por ello cuando admiro a Camila, siento que debo protegerla, que quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

Yo logre salir adelante, me convertí en lo que la gente esperaba de mí y eso provocó que pudiera convivir normalmente con las demás personas, pero ella no logra hacerlo.

Yo soy una persona que a pesar de toda la mier*a que me han hecho, sigo apoyando a los demás, pero cuando conocí a mi chica lunática, todo cambio.

Todos mi fantasmas, mi pasado, mis tormentos, arrepentimientos, mi forma de ser, de convivir y de pasar, todo cambio con su llegada.

Sus labios se volvieron mi mayor vicio (el alcohol se fue al cara*o), ella calmo mi alma y mi mente, estar a su lado era lo mejor para mi.

Aún tenía otros vicios, pero nada se comparaba con tenerla a mi lado, con hablar con ella, con verla sonreír, con escucharla, con verla enojada e incluso estando cuando ella lloraba.

Juro por Dios que, sonreía más y sinceramente por haber coincidido con ella, por ser parte de su vida y por haber obtenido su amor.

Jo*er, todo era tan bueno como para durar por toda la eternidad.

Cuando ella se fue de mi vida y yo deje que así fuera, todo volvió a mi normalidad. Mi alma vivió a sentirse vacía, mi corazón dolía y mi mente ya no daba para más.

Aun así, tuve que vivir mi vida sin ella.

Lo sé, cometí un grave error. Salí con una chica, jugué con sus sentimientos e intenté olvidar a la persona que amo.

Sé que ella se enteró, que Camila se dio cuenta de que ya me encontraba con alguien más, sé que la lastime y sé que la perdí.

Me odio a mí mismo por ello, por haber perdido a la persona que lo era todo para mí, mi mundo entero, mi novia, mi amiga y la que sería mi futura esposa, la madre de mis hijos.

Lo sé, suena un poco exagerado pero siempre he sabido lo que quiero y confío en Dios, en que él me la puso en mi camino para poder encontrar el sentido a mi vida.

* * * * *
3 años atrás

—Hoy se han integrado dos chicas nuevas con nosotros.

Y es verdad, hay dos caras nuevas.

—Ella es Camila y ella es Celeste.

La primera chica a penas si sonríe y asiente, en cambio, la segunda chica empieza a platicar con todos los presentes.

A los días Celeste y Camila se vuelven amigas, yo he podido hablar con, Celeste pero no con la otra chica.

Parece que se lleva muy bien con Santiago y eso es un problema, él tiene novia y ya conozco su forma de ser.

El tiempo pasa y logro observar a la chica callada, llorando mientras esta con mi amigo. Siempre están juntos, necesito estar cerca para saber el tipo de relación que tienen.

—¿Por qué no has salido aún?

Le pregunto, él a penas si me mira, esta concentrado abrazando a Camila.

—Estoy ocupado, no quiero dejarla sola y ahora no se encuentra muy bien, podrías irte.

En ese momento llega Helen, nuestra mejor amiga y al parecer está enojada.

—¿Por qué estás con esta tipa?

Ni siquiera observa a Camila.

—Por favor, váyanse. Después hablo con ustedes, siempre estamos juntos y ahora alguien más necesita de mi compañia.

Pasaron los días y ellos se alejaron.

Empecé a ver algo diferente en ella y por esa razón conseguí su número, nos volvimos amigos y me sentía tan bien, realmente lo hacía y eso era extraño.

Me sentía en paz, con alguien que en tan poco tiempo se había vuelto en alguien indispensable para mi.

Y sin saber había encontrado a la persona adecuada, pero no era el momento y por ello todo se acabó.

Tal vez mi corazón se equivoco y mi mente me traicionó, pero no me arrepiento de haberla conocido y mucho menos de seguir amándola con toda mi alma.

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