A Través De Tu Mirada

Capítulo 13

"Había un mar de profundidad entre nosotros, yo intentaba llegar hasta ti pero por alguna razón desaparecías delante de mi.

Me quedaba helada mientras trataba de buscarte, sentir que te había perdido era un profundo dolor en el corazón y más cuando observaba que ya habías encontrado lo que tanto anhelabas."

Estaba delante de mis ojos, se veía tan sonriente, tan feliz, en paz y bien acompañado.

Lo veo y no puede asimilar que él fue la persona en la que más confiaba, quien hizo que yo lo amara y me adaptará a su presencia en mi vida.

El tiempo en el que lo observo de nuevo ya no es el mismo, ni los sentimiento y mucho menos la forma en que lo hago, ya no lo conozco, él no me conoce, somos solo dos extraños que alguna vez lo fueron todo.

Aun recuerdo todos los planes que teníamos a futuro, supongo que todo fue solo una ilusión más que mi mente diseño y lastimosamente yo creí que por fin había encontrado mi lugar seguro, alguien que sería el hombro en el cual podría recargarme, la mano que me ayudaría a levantarme y la curita de mi roto corazón.

—Hola, Camila.

Me saluda muy entusiasmada, Celeste.

—Hola.

—¿Cómo has estado, Cam?—Me dice el chico del que creí haberme enamorado hace ya mucho tiempo atrás.

—He estado muy bien, mejor que cuando me conociste, Santiago...

Y por primera vez lo veo directamente a los ojos, aquellos que anhelaba ver, pero que en aquel entonces provocarían otro tipo de sentimientos.

—Me alegro de ello.

Esquiva mi mirada, se aleja y sigue con su vida, como en aquel momento en el que lo conocí.

—¿Quién eres tú?—Me pregunta la chica que se encuentra a lado del chico desconocido.

—Mi nombre es Camila Soto, tengo 17 años y soy un intento de escritora. ¿Y tú?

—Soy Elena Castro, tengo 18 años y mi vocación es cuidar la salud de los demás. Es un gusto conocerte.

Me sonríe y yo le devuelvo el gesto.

—Ella es mis ojitos tristes, mi pequeño ángel y mi escritora favorita. Un rayito de luz en la oscuridad.

Dice alegremente, Celeste.

Yo por mi parte, solo puedo revivir los recuerdos que había jurado mantener en secreto en mi ser.

Siento una intensa mirada que recae ante mí, inesperadamente mi cuerpo reacciona ante ello.

***
{Cuando te vi sentí algo raro por dentro
Una mezcla de miedo con locura
Y tu mirada, me juro que si te pierdo
Habré perdido la más grande fortuna
No sé nada de tu historia
Ni de tu filosofía
Hoy te escribo sin pensar
Y sin ortografía
Para aprender a quererte
Voy a estudiar cómo se cumplen tus sueños
Voy a leerte siempre muy lentamente
Quiero entenderte.}

—Has cambiado mucho, ya no eres la niña que conocí.—Dice mi madrina, la mujer perfecta existente en este mundo.

—No he cambiado realmente, simplemente usted nunca me conoció de verdad.

Se queda sin palabras, me observa detalladamente y luego dice:

—Creo que tienes razón en eso, nunca me permitiste conocerte realmente.

—Que yo recuerde, usted nunca se acerco a mi para poder conocerme.

Solo nos vemos, sin decir palabra alguna y con una incomodidad presente entre nosotras.

* * * * *
Me he dado cuenta de que realmente he cambiado, ahora puedo sonreir más a menudo, sin esforzarme tanto por hacerlo y muchas personas se han dado cuenta de ello.

Me ven diferente, con otros ojos.

Me siento igual que ellos, no comprendo en que momento ocurrió este suceso.

He tenido el valor de enfrentar lo que ha llegado a mi vida, ya no lo esquivo o lo ignoro, con mucho esfuerzo he logrado lo que tanto había deseado.

Por fin, después de años sumergida en la melancolía, en esa oscuridad que me consumía, puedo decir en voz alta que, he logrado silenciar la voz que tanto me atormentaba.

He aprendido a quererme por lo que soy, a vivir el día de hoy sin pensar en el día anterior, sin esperar ansiosamente lo que esta por llegar, las personas que están y se quieren marchar.

Estoy dispuesta a dar todo de mí, por lo que quiero y por lo que no deseo, no tendré la necesidad de mantener a mi lado a alguien más para poder luchar para seguir viviendo.