1. Agua y Aceite

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"INDEPENDENCIA". Magnolia por fin estaba logrando sus sueños. Había dejado Italia para estudiar en un prestigioso conservatorio en Londres. Sus padres no querían que se alejara tanto de casa, y, sin embargo, no lograron hacer que ella se quedara. Solo le faltaban dos años para graduarse con una licenciatura en música y había tenido suerte de obtener una plaza en el Royal College of Music en Inglaterra. Viajó luego de discutir con su madre presionando para que no fuera. Era su sueño. Debía desobedecer.

El vuelo estuvo ligero, llegó al aeropuerto internacional y se dirigió al campus a terminar de tramitar su papeleo. Sus planes iban viento en popa. La vida era perfecta.

Quedó impresionada con lo enorme que era la universidad, los edificios seguían un diseño arquitectónico muy peculiar, bastante parecido al palacio de Kensington, por fuera, todo era imponente, y por dentro, aún más. Elegancia y realeza se gritaban a los cuatro vientos por lo costoso del mobiliario, los pisos de madera, los candelabros y las luces. Soltó el aire mientras caminaba por los pasillos, adaptarse a lo impetuoso de su nuevo ambiente iba a ser bastante difícil. Buscó la literatura básica del curso, y mientras caminaba en rumbo a su piso de alojamiento, un par de gritos la aturdieron. –Diablos. –Chicas de todas las edades, con características distintas, rubias, morenas, pelirrojas, estaban alrededor de cuatro muchachos entre risitas y estruendosos chillidos. Tendría que pasar en medio de la multitud de hormonas y continuar su camino.

— ¡AAAAAH!

—Autografíen una de mis boobies.

—Pics, pics, pics. –Las chicas gritaban cada vez más cuando aquel grupo de hombres les daba su autógrafo, se tomaban una foto con ellas o simplemente les daban un beso en los labios.

—Oh por Dios. –Susurró mientras por causa de una de las mujeres alocadas sus nuevos libros habían acabado en el suelo. Rápidamente, el castaño del grupo se acercó y la ayudó a levantar todo lo que había tirado.

—Hola, ¿Cómo es que no te he visto antes?

—Soy nueva. –Se levantó tomando todos los libros en sus brazos. –Si fueras tan amable de decirle a tus alocadas fans que me dejen pasar me sentiría muy agradecida.

—Eres todo un rayo de sol. –Dijo con una sonrisa acercándose un poco más y provocando los gritos de las chicas a su alrededor. –Soy Liam.

—Y yo ya me voy. –Rodó los ojos notando el coqueteo del chico hacía ella, y sin pensarlo, se alejó. –Adiós, disfruta tu mar de hormonas. –Caminó atravesando las chicas que solo se aferraban más a las chaquetas de los cuatro chicos, gritos y más gritos aturdían los oídos de la muchacha.

— ¿Y esa quién es? –preguntó Xander, uno de los compañeros de Liam. –No parecía muy contenta contigo.

—No sé. Nueva. –Sonrió al verla alejarse casi a toda prisa. –Es hermosa.

—Ya le echó el ojo, caminen. –Trek terminó por jalar a sus amigos dentro de uno de los edificios del campus. –Suerte. Bro, estos últimos semestres nos la veremos apretados, tenemos la agenda llena, apenas vamos a ver clases.

—Sí, ya me di cuenta. –Los cuatro fueron lo más rápido posible a su departamento dentro del campus. Liam comenzó a pensar como hacía ya dos años su fama comenzó a crecer.

King's Revenge.

Desde las prácticas en un garaje, hasta las primeras presentaciones en un bar, aquel pintoresco grupo se había mantenido unido. Su líder, guitarrista y voz principal, William los había impulsado para siempre arriesgarse y encontrar más. Juntos los cuatro, Trek, Xander, Paul y William, habían logrado obtener mucho más prestigio al lograr entrar al Royal College of Music. Su estilo, su música, todo en conjunto los llevó a ser uno de los grupos de estrellas nacientes más populares en todo el campus. Ellos sobresalían en cada evento, gracias a su reputación, alcanzaron ser teloneros de varios artistas famosos cuando les tocaba dar conciertos en Londres.

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