43. My Way

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En su examen final de Violoncello III, ella tocó un cover de Frank Sinatra, My way. Liam miró por la ventanilla de la puerta y se fue antes de que ella lo viera.

Llevaba una semana sin hablar con ella, menos con sus amigos. Volvió a fumar al menos cinco cigarrillos al día. Era poco, pero no podía excederse más.

Toda la semana en el departamento la vio recoger sus cosas en cajas, no tenía demasiadas, pero iba organizándolas una a una y colocando con un marcador lo que contenían. No se sentía culpable por sacarla de su vida. Incluso cuando tenía esperanza de que aquella nota fuera mentira, veía a la pelinegra junto a Katrina y Trek y la ira volvía a consumirlo.

Pasó el resto de cuarenta y cinco mil de la apuesta a Lía. Ya no le debía nada.

***

Consiguió un nuevo piso mucho más cerca del campus, al ver que en su cuenta había 22.500 más, llegó a la conclusión de que Liam si tenía los otros 45.000 y solo le daba lo que le correspondía para quedar mitad y mitad. Viviría de alquiler mientras conseguía la beca o irse a otra universidad.

Aquella semana debía ir a pagar el semestre, así que se alistó para ir a la oficina de admisión y administración. Cuando preguntó por su matrícula la secretaría la sorprendió diciendo que su matrícula estaba pagada. —Pero yo no he dado nada.

—Tú no, pero una chica vino a pagar. Una tal... -buscó entre los papeles y le dió la información a Magnolia. —Lena Lancaster. Vino a pagar dos matrículas de hecho, la tuya y la de su hermano, William.

—¿William? -No quería escuchar más, se fue de regreso a su apartamento mientras se sentía desolada.

Las primeras en visitarlas fueron Kat, Sunny y Magda. –Nos enteramos, tu ruptura con Liam está hecha pública en varios blogs de chismes.

—No quiero hablar de William, Sunny. –Se acurrucó al lado del sofá mientras comía su arroz chino. No había leído las notas, las estuvo evitando lo más que podía, al igual que las groupies y los K—Vengers. –En serio, no quiero saber más nada sobre William Lancaster. Aunque no sé que hacer ahora, porque fui a pagar el semestre y resulta que lo pagó por mí. ¿Deberé devolver el dinero? ¿Tengo que preguntar?

—Lo siento tanto Lía. –Dijo Katrina suspirando. –Siento que te empujé a esto porque no paraba de decirte que eran guapos y...

—No Kat, yo me empujé sola. Yo hice el trato, tú me advertiste. Aunque el día que te conocí sacaste una referencia a Cincuenta Sombras y quise golpearte.

Magda rió a carcajadas y sacó los botes de helado de la pequeña neverita que tenía en el piso. –Bueno, no sé, pero para ser medio hipster y no andar de esnob como la mayoría te sabes muchas referencias. ¿Ahora me dirás que lo hicieron con la música de los Guardianes de la Galaxia? –Lía rió, su vida era una constante ironía que parecía un libro creado para divertir a algún espectador.

— ¿Y si te digo que lo más importante es el amor, el amor heterosexual? –Sunny rió y se dejó caer sobre el sofá con uno de los botes de helado. –Eso pasó.

—Esa canción. –Magda se carcajeaba junto a Sunny y Kat solo permanecía seria.

— ¿Qué tienes? –preguntó Lía mirando a la rubia. Katrina negó con la cabeza y comió uno de los helados de fresa. –Kat.

—Solo te veo muy... solo lo aceptas ¿No lo amas? Es que Paul me dijo que Liam está enamorado de ti.

—Kat. –Lía se levantó del suelo dejando su plato de arroz chino. Esa pregunta no quería contestar.

— ¡Solo digo lo que veo! Deberías hablarle, a lo mejor él se arrepiente. Podrían hacer las paces. –Magda y Sunny no quisieron meterse en la discusión, Lía solo negó. Ya había tenido bastante.

—No. Quedó claro que esto era solo un trato beneficioso para él, así como he sobrevivido antes a otros voy a sobrevivir a él.

—No podrás evitarlo en el Royal. –Dijo la rubia. –Ni él a ti. Los dos estudian juntos.

—Estoy en el Royal para estudiar música, para demostrar mi talento y ser lo que yo siempre he querido... Me importa una mierda lo que haga William, estoy aquí por mí.

— ¿Y si salimos? –Sugirió Magda. –Vayamos a embriagarnos. –A Lía le pareció mala idea, estaba evitando cualquier lugar donde pudiera estar Liam, pero al final asintió. –Lía, eres la mujer con más ovarios que conozco.

—Saldremos, el encierro no le hace bien a nadie. Aprovechemos las dos semanas de vacaciones antes de que comience el siguiente semestre. –Katrina no estaba de acuerdo, pero no pudo detener a la pelinegra. Vio a Sunny, Magda y Lía subirse a un taxi mientras ella elegía irse a casa.

***

No tenía ganas de beber, la música estaba al máximo. Por suerte, Sunny las llevó a un antro, que aseguraba ser latino. –Aunque no tenía pinta. –y tenía la música más intensa que alguna vez hubiera escuchado. Por lo poco que sabía de español medio entendía la letra de R.I.P. Para la canción número once ya se sentía mucho más libre. –I'm sweatin' from head to toe. I'm wet through all my clothes. I'm fully charged, nipples are hard. Ready to go.

—Esto está genial ¿No crees? –Magda bailaba al lado de Lía y Sunny traía en sus manos dos vasitos de tequila. –Wuuu. –La morena tomó uno de los vasos y tomó el trago. –Solo hazlo Lía.

—Prefiero que no. –Dijo riendo. Se alejó un poco de las chicas buscando los baños, apoyándose de una de las paredes se quitó los tacones. Puede que hubiera aprendido a estar con ellos, pero los pies seguían matándola. Pero ni siquiera en el baño consiguió un minuto de paz.

— ¿Qué no eras la novia de Liam, el de King's Revenge? –Una chica desconocida se acercó y la miró negando la cabeza. –Tienes merecido que te termine, no puedo creer que le hayas hecho eso.

—Disculpa ¿Qué? –La muchacha solo salió y dejó a Lía sola, la pelinegra comenzó a sentirse nauseabunda, quería ir a casa. Dejó el baño y fue en busca de las dos chicas que habían ido con ella, las encontró bailando en medio de la pista.

—Volviste. –Sunny habló por encima del ruido de la música. Bebió un nuevo trago que traía Magda. –Vamos, bebe un trago.

—No chicas, me quiero ir. –Dijo casi en gritos. –Ya no me siento bien, creo que la comida china me cayó mal.

—Ooh... Yo quería quedarme más tiempo. –Soltó Magda haciendo un puchero. Lía alzó los hombros.

—Pueden quedarse, pero yo me voy. –Sonaba Sucker, Sunny y Magda cantaban la canción de los Jonas Brothers y ella solo sujetaba los zapatos por el tacón mientras esquivaba a las personas para dirigirse a la salida.

A pesar de no haber bebido nada se sentía mareada, las ganas de vomitar iban y venían. Suspiró y paró el primer taxi que pasó. Mientras más antes llegara a casa, mejor.

***

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