29. Girls support girls

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Llegó luego de tomar el bus y le costó llegar, no estaba acostumbrada a la fama y ese sí que era uno de sus peores problemas. A donde fuera que iba las fanáticas de King's Revenge, las famosas "K—Vengers" la reconocían como la novia del guitarrista principal y vocalista de la banda, algunas la insultaban y otras le pedían fotos o autógrafos. Su vida falsa se estaba colando demasiado rápido a su realidad. Y también le pasaba a Katrina desde que salía con Paul, y sabía que su amiga lo entendería pues, aunque la relación de ella no fuera falsa, entendía el precio de la fama o de salir con un famoso. Entró en el campus y era extraño, solo llevaba un mes fuera de los edificios residenciales y ya se sentía como si fuera una nueva, otra vez. Caminó hasta dónde vivía Kat, subió en el ascensor y tocó la puerta de Katrina. La rubia abrió casi de inmediato y la abrazó sonriente. –Viniste. Gracias a Dios viniste. ¿Todo bien afuera? La ola de fans ¿No te acosaron?

—Claro, necesitaba un respiro. –Sonrió y pasó cerrando la puerta. —Dios, si es lo que me pasa siempre que salgo, aparecen todas esas fans y me empiezo a preguntar ¿Qué pasará cuando sean más famosos? Apenas intentan conseguir disquera y ya tienen muchísimo nivel, el suficiente como para tener fans aquí en Londres y salir en revistas por pequeña que sea la nota. Son estrellas nacientes. ¿Cómo harás en el futuro?

—Bueno, mi perfil es perfecto para las fotos. —Dijo poniendo pose de modelo antes de mirar bien a su amiga y sonrió. —Wow. Te ves asombrosa, casi como Liam en mujer, tienen el mismo estilo. Cualquiera que te mirase desde afuera, no pensaría que están juntos por una apuesta sino porque tienen mucho en común. –Sirvió dos tazas de té y las puso en su mesita. –Tengo algo loco que contarte, pero no se lo dirás a nadie.

— ¿Y a quién le contaría? –Rió tomando una de las tazas para beber un poco de té. – ¿A Stacy? —Ambas comenzaron a reír y Lía se sintió mucho más relajada. —De hecho es bueno que me hayas pedido venir, siento que no hemos hablado en siglos, y tranquila, lo que me cuentes no se lo diré a nadie, prometido. —Alzó la mano y extendió su meñique jurando a la rubia en una "pinkie promise". Las dos sonrieron y Katrina se sintió más libre de hablar.

—Bueno. –La rubia soltó el aire con una sonrisa. –Lo hice con Paul. Me refiero a que tuvimos sexo, y santo Dios, fue increíble. –Lía miró a Katrina con una expresión de sorpresa. –Por favor no creas que estoy loca.

—Eso lo creo desde que te conozco. –Contestó. –Wow ¿Lo hicieron? Seré honesta, estoy fingiendo sorpresa, porque eso lo veía venir. —Comenzó a reír y luego la miró. —¿Estás bien? ¿Todo está bien contigo? No te juzgo, para nada.

—Sí, anoche. –Se mordió el labio. –Lía se portó asombroso. Fue tan gentil, y lindo, y... es un dulce. –Sonrió sonrojándose. –Me trató como si fuera una muñequita de porcelana. Fue mejor de lo que había imaginado que sería. Estaba lista para ese paso, y eso sí te puedo decir, cuando estás lista lo sabes.

— ¿Se... protegieron? –preguntó preocupada la pelinegra. —Es que tú tienes tendencia a ser un tanto loca. Es lo que me preocupa de ti.

—Sí, si... Usamos condón. –Dijo suspirando. –Y en la mañana no paraba de preguntarme si estaba bien, si no me había dolido, si no tenía molestias. Lía, ¿Cómo no enamorarse de un hombre así? –La punzada de los celos atacó a Magnolia. Su amiga había tenido una buena experiencia y ella sentía deseo por alguien con quien solo tenía un trato. Agachó la cabeza y se acomodó un mechón de cabello. Desear a William no era bueno para ella cuando aquel trato tenía fecha de caducidad. Sabía que si daba más de sí misma terminaría con el corazón roto. –Lía ¿Qué tienes?

—Estoy feliz por ti. Espero que Paul te siga cuidando. –Suspiró y bebió su té hasta acabarlo. —En serio, estoy feliz por ti. Me alegra mucho que el amor para ti sea perfecto, no mereces menos, Kat. Eres una persona asombrosa, loca, sí, pero asombrosa.

— ¿Qué tienes? No pareces contenta en lo absoluto. –Magnolia alzó los hombros y dejó a un lado la taza vacía, se quitó sus botas y subió los pies al sofá. –Lía. Tú dijiste que también tenías algo que contarme, así que vamos, suéltalo. Las chicas son el apoyo de las chicas.

Magnolia rodó los ojos y comenzó a reír. Echó la cabeza para atrás y luego se pasó las manos por el cabello y lo alborotó un poco. Katrina alzó una ceja notando que esos gestos eran de Liam, pero no se lo diría. Que se diera cuenta sola. —Últimamente peleo mucho más con William. Él no deja de hacer bromas sobre sexo y yo estoy muy sensible. Desearía que fuera diferente. Es que creo que comienza a gustarme. –Sus ojos estaban cargándose de lágrimas, pero mantenía a raya las ganas de llorar. –Cuando iniciamos este trato nunca pensé que yo iba a querer estar con él... Y... es lindo cuando quiere, pero la mayoría del tiempo es un idiota. Pero es muy atento, en ocasiones.

—Auch. Lía ¿Te estás enamorando de Liam? –Preguntó la rubia. –No es posible. Tú dijiste que no pasaría. ¿Qué cambió?

—Lo conocí. Eso pasó, debajo de ese traje de pendejo está un chico distinto. Lo sé, yo lo vi. No es totalmente idiota, solo que pasó por muchas cosas y eso lo hizo ser reservado. Bueno, no sé, le tengo empatía.

—Ooouh, Lía. –La rubia miraba con pena a su pelinegra amiga. –Lo siento mucho. ¿Y si cedes a más? A lo mejor lo que tienes que hacer es arriesgarte. Si es lo que sientes, tal vez deberías decirle. Yo pienso que hacen bonita pareja.

—No quiero hacerlo, ¿Qué pasa si cedo y luego acabo con el corazón roto? Él no es la clase de chico que se quede prendado a una mujer con la que mantenga relaciones. Y es lo que quiere ahora, sé que es lo que quiere. Y no sé lo que siente por mí, es un excelente actor.

—No creo que sea buena idea, pero es algo que tú decides. —dijo Katrina terminando su té. —Sea lo que sea que decidas, aquí estoy para ti, y aunque conozco a Liam desde hace años, soy capaz de dejarle mi mano marcada en la cara por ti.

—No lo voy a hacer. Pero me resulta duro. Y sus labios... Besa muy bien. –Sonrió recordando su paseo a Bibury y cómo sus cuerpos se habían casi fundido en uno solo. –De verdad puede ser encantador cuando quiere.

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