49. Es la verdad

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— ¡Te estoy pidiendo un favor! Please, Brotheeeeeer. Anda hermano, necesito que con tu teléfono le hables a Stacy para que Magda y Sunny puedan pillar su contraseña, que la invites a salir y en el lugar donde estén podamos llevarnos su bolso. Es con carácter de urgencia. -Perseguía a su hermano por toda la casa y lo jalaba de la camisa. —Vamos, tú puedes ayudarme.

— ¿Para qué? –Dijo con fastidio Xander. –No me cae Stacy. ¿Qué gano yo?

—Lavaré toda tu ropa por tres meses, debes ayudarnos, por favor. Hermano, limpiaré tu piso. –Suspiró. –Creo que ella tuvo algo que ver para que Liam y Lía se dejaran. Xander, si te importa Liam...

—Sabes que sí me importa mi amigo. Tú ganas. –Dijo sonriente. – ¿Quién te soporta si te digo que no?

—Nadie, entonces, mañana en el almuerzo Magda y Sunny pillarán la contraseña cuando yo las vea tan cerca de Stacy como para robarla...

—O... o me dejas hacer mi trabajo. Tú solo quítale lo que le vayas a quitar. Esto es como cuando éramos niños y nos aliamos para robar galletas.

—Ésta es nuestra gran galleta. Hay que hacerlo Xander. –Se mordió el labio sonriente. –Si todo sale bien, y consigo lo que necesito, Liam y Lía van a volver.

***

Xander Trainor.

Era como de esos chicos malos que leías en las novelas de Wattpad y que mueres porque te tire los libros para vivir una romántica historia de amor.

Solo que él no se enamoraría jamás porque era un experto jugador. Si le preguntaban a cualquiera diría que era un fuck boy selectivo porque sabía con quién se metería y con quien no.

Y por petición de su hermana, debía enfrentarse a un titán.

Stacy Lyons.

Una mujer que conocía su mundo y era tan jugadora como él.

Se acercó con paso firme mientras echaba miraditas y sonrisas a su alrededor. La pelirroja estaba sentada sola aquel lunes. Casi podía sentir "Rock n' Roll star" sonar en su cabeza. –Hola preciosa. –Se sentó al lado de Stacy y ella de inmediato sonrió. –Dime ¿Por qué estás tan sola? ¿Liam y Trek te rebotaron ya?

— ¿Por qué la pregunta, Xander? –Se mordió ella el labio en un gesto coqueto. –Dime ¿Interesado? –Él le echó un vistazo pasando su mirada por el escote que llevaba ella.

—Puede. Ya no pierdas tiempo con niños cómo Liam y más aún como Trek.

— ¿Quieres decir que tú no eres un niño? –Xander chasqueó su lengua y posó su mano en el muslo de Stacy apretándolo un poco, ella siguió el mismo gesto e hizo lo mismo. –Ya veo que vas en serio.

—Siempre voy en serio. Tú y yo podríamos ganar mucho si tenemos este pequeño arreglito.

— ¿Cómo qué? –Xander se acercó a la chica y echó su cabello atrás dejando a su vista el cuello blanco de Stacy. –Eres muy indecente.

—Porque tú eres excesivamente decente ¿Cierto? –Sonrió. –Si quieres adrenalina de verdad, vendrás conmigo. Tú sabes que quieres. –Terminó por susurrar en el oído de la chica. –Nos divertiremos tanto.

— ¿Cuándo y dónde? –contestó. –Pronto, o perderé el interés.

— ¿Ansiosa? Noto ansiedad. Hoy, en el patio principal. Dialogamos, luego vamos por unos tragos...

— ¿Y luego?

—A donde nos lleve el rock y el alcohol. Te daré mi número nuevo. –Lanzó su anzuelo esperando que Stacy picara. La pelirroja se lamió los labios. –Para que me hables.

—Claro. –Le dio su número y Xander lo guardó. No dejaba de mirar a la mujer mientras le daba llamar. Sonrió cuando escuchó el bolsillo de Stacy sonar con una canción de Katy Perry. La chica sacó su celular y desbloqueó con el patrón. Xander no perdió ni un momento como ella marcaba la figura. –No entiendo para qué lo hiciste.

—Para saber si no me mentías con tu número. Hasta la una, dulzura. –Se levantó y rápido le escribió a su hermana, la contraseña era bastante complicada. "Mejor sácale la tarjeta de memoria, es más inteligente", le dijo a Kat en un mensaje. Su hermana le iba a deber bastante.

***

La vio frotarse las sienes al menos unas seis veces. Magnolia lucía muy cansada, como si no durmiera más de unas horas. No pudo levantarse de su silla y acercarse a hablarle.

Ella volteó a verlo antes de dejar el salón. –No seas cobarde. Anda. –Terminó obligándose a levantarse de la silla y salir tras ella. la vio caminar por el pasillo y corrió hasta alcanzarla. –Lía...

—William. –Dijo mirándolo, mientras apretaba una de sus carpetas contra su pecho. – ¿Qué quieres? Supongo que los apuntes, faltaste la última clase.

—No, tengo que hablar contigo... Lía yo no cobré los noventa mil. Te lo había dicho, tienes que creerme. –Ella solo desvió la mirada y dio un paso atrás, se giró y retomó su camino. Liam suspiró y la siguió. –No me crees ¿Cierto?

—No, no te creo en lo absoluto.

—Los dos la estamos pasando mal. Te propongo un trato. –Soltó haciendo que ella se detuviera. Se miraron, el ambiente se cargaba de tensión. Lía soltó el aire. –Estás enferma, voy a cuidarte.

—No estoy enferma. –Dijo a secas. –Tampoco acepto, tú solo quieres tenerme cerca porque sientes remordimiento. Así que solo déjame en paz. Tú lo dijiste, el trato se terminó. –Se dio media vuelta y solo siguió su camino dejándolo ahí plantado. Casi la veía correr.

—Diablos. –Murmuró. —Magnolia, espera. ¡Magnolia!

***

Se merecía el premio al mejor amigo y hermano del mundo. Había aceptado estar con una chica que odiaba solo para que su hermana consiguiera las pruebas que quería. Y ahí, sentado al lado de Stacy mientras la distraía con besos, pudo ver a su rubia hermana junto a sus dos amigas llevarse el bolso de la pelirroja, tenía que distraer a Stacy lo suficiente como para que ellas pudieran sacarle el chip a su celular. –Es asombroso que luego de tanto tiempo por fin me hagas caso.

—No te ofendas, pero los amigos van antes que las chicas. –Dijo Xander atrayendo a la pelirroja de la cintura. –Pero a ti eso no te importa. Un poco más y cierras tu colección con Paul.

—Es como si no te importara que estuviera con tu hermanita. –Xander alzó los hombros. –O sea que no te importa.

—Pocas cosas lo hacen realmente.

—No puedo creerlo, el gran Xander Trainor se pasa por los pies la felicidad de su querida hermana.

—No necesitas de una relación para ser feliz ¿O sí? Tú eres muy, muy feliz sin una solo destrozando cosas ¿No es cierto, Stacy? –Sonrió de lado, aunque en el fondo, solo quería acabar con aquella pantomima. Al ver a Sunny acercarse con el anaranjado bolso de Stacy, la acercó y la besó, era rudo, posesivo e intenso con la pelirroja. En el momento que la rubia dejó el bolso al lado de ambos, volvió a irse en carreras. –A ti no te importa nada.

—No, tienes razón ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? –Xander no aguantaría ni quince minutos más con aquella arpía. Sonrió y se levantó de su silla y metió las manos en los bolsillos.

—Me divertí, pero no tanto como para ir a otro lado contigo. –La dejó plantada con la boca en una expresión sorpresiva. Se fue caminando lo más rápido que pudo. –Ufff, las cosas que hago por amor.

***

El TratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora