50. Música en la sangre

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A pesar de jurar que no quería saber nada de Lía, Liam siempre preguntaba por ella a sus amigos y ellos siempre le contaban en que nuevas actividades estaba ella. Lo último que supo es que había audicionado para la orquesta del Royal y había quedado entre los nuevos integrantes. Eso no le sorprendió tanto pues sabía lo talentosa que era Magnolia cuando tocaba el cello. —Se presentará en la orquesta. No viste su audición pero tocó una... yo la grabé. –Dijo Trek a Liam, su voz estaba de un sentimiento que gritaba "Sé que quieres verla". –Como cellista, pero ya sabes que es una excelente cellista. Puedo enviarte el vídeo. —Trek ni siquiera esperó la respuesta de Liam y solo le envió el archivo a su chat con una sonrisa. —Me agradeces luego.

El castaño rodó los ojos y sacó su celular cuando escuchó el sonido de que había recibido algo. —Lo veré. —Suspiró y asintió. —Sé que es una cellista espectacular, pero solista. Ella no tiene por qué ser opacada por la multitud. No me la imagino tocando con todo un conjunto. Aunque fue capaz de tocar conmigo y lo que hacíamos era mágico, solo una vez la escuché tocar en un solo, sé que es una solista. Nació para brillar en el escenario. —Abrió el archivo y subió el volumen. Dos minutos con treinta y cuatro segundos de éxtasis puro. Veía los dedos de Magnolia moverse con rapidez por el cuello del instrumento y su arco vibrar. "Vivaldi Storm". Música clásica en su máximo esplendor. —Por Dios. Nunca la había visto tocar así.

Incluso se notaba como respiraba con dificultad al terminar la pieza y había salido del trance. Los de la Orquesta sin duda no iban a dejarla perder. —Los ensayos son esta tarde, en el salón principal. Por si te interesa. Según oí, harán una presentación en un mes y sabes que dejan entrar en el auditorio a ver el ensayo porque así los integrantes se acostumbran al público, sobre todo los que hacen solos.

—¿Estás diciéndome que sabes que ella hará un solo? –Trek recogió su bajo luego de alzar sus hombros y dejó a Liam solo en el salón con sus pensamientos. No, ella no quería verlo. ¿Qué iba a hacer yendo? Pero él quería verla. Se alistó y con la compañía de Xander fueron bastante incógnitos al auditorio, se quedaron en un lugar apartado escuchando el ensayo. —Gracias por acompañarme, bro.

—Ni que lo digas, sabes que disfruto la música clásica de vez en cuando. Es buena. —Le prestaron atención al director, al parecer lo primero era una sonata para piano y les sorprendió ver ahí a Sunny. La chica "gótica" según Xander, no llevaba su maquillaje oscuro, su cabello estaba recogido y usaba ropa mucho más normal, pantalones negros, un sweter y botas. —Okay, esto no me lo esperaba, es bonita sin todo ese maquillaje que se pone.

—Sonata No. 7, ¿Sunny? ¿Lista? Recuerda que tú abres el concierto con una sonata y luego entra toda la orquesta. Es una presentación de grandes maestros, inicia Mozart.

—Sí, maestro Shapiro. Estoy lista. —La rubia se sentó al piano y comenzó a tocar sin ver la partitura y Xander quedó totalmente sorprendido de lo talentosa que era.

—Es Mozart, una pieza complicada por la cantidad de semicorcheas y ella la está dominando.

—Sí, ¿Quién lo diría? La chica gótica es más la chica clásica. ¿Estás bien?

—No. Wow. Estoy impresionado. Sunny es muy buena.

—Impresionado estoy yo que le estás poniendo toda tu atención a una pianista. —Dijo Liam con una risita viendo a su amigo ver a Sunny tocar. Luego de Mozart siguió Vivaldi. Era la presentación de "Invierno" y está vez quien puso toda su atención fue Liam. El allegro lo presentaba Lía con un violinista del grupo. Estaba muy concentrada en tocar cada nota a la perfección. —Ella es realmente asombrosa.

—Las dos. Sunny no se ha equivocado en ninguna nota. El piano se escucha muy suave, muy leve, pero está ahí, de forma imperceptible. Es mágico, y el tipo del violín tampoco se ha equivocado ni una sola vez. —Los dos prestaron atención cuando la armonía de la orquesta por completo se fundió en un solo sonido mágico y los hizo transportarse a otro lugar. Cerraron con la quinta sinfonía de Beethoven y ambos jóvenes de la banda debían admitir que la experiencia había sido magistral. —Ya debemos irnos. Xander...

—Espera. —Ambos se quedaron sentados, ocultos mientras las chicas se quedaban en el auditorio. —Creo que seguirán practicando. Quiero seguir escuchando.

***

—¿Me acompañas? Aún debo ensayar para mi clase.

—Claro. ¿Qué tocarás? —Lía se sentó y dejó a Sunny en la banqueta del piano. —Tocas espectacular. No sabía que fueras tan condenadamente buena. Eres talentosa.

—Toco el piano desde los seis años, esto es mi vida, tú lo entiendes. Es mi verdadero amor. Y debo ensayar "Claro de luna" para Ejecución de Instrumento III. —La vio estirar los dedos, pasar la partitura en su carpeta hasta comenzar la tonada. Los acordes menores llenaron el ambiente, la rubia estaba concentrada en la pieza y no notaba que tenían compañía. Lía sonrió y sacó el cello de su estuche y tomando el arco decidió acompañar a su amiga. Los graves de su instrumento daban un matiz más oscuro a la interpretación de su amiga. —Wow, me encanta.

—Shhh... Déjate envolver por la magia. —Ninguna de las dos se daba cuenta de que tenían público.

—Estoy encantado, Liam. Bro, es mejor que salgamos o caeré enamorado de una pianista.

—Eso no sería tan malo. —Ambos salieron y Liam comenzó a reír. —Tú quedaste hechizado ahí dentro.

—La música se lleva en la sangre, así es como es. La tienes que sentir, la tienes que vivir, y esas dos chicas de ahí dentro lo hacen. Lía te hizo sentir música a ti. Ahora entiendo porqué la extrañas. No la pierdas. —Los dos se fueron a sus pisos. Liam intentó estudiar cuando llegó a su apartamento, pero la música del auditorio seguía envolviendo sus sentidos. "Déjate envolver".

Intentó concentrarse en sus libros frente a él, pero por más que leyera de teorías, sonidos, composición, partituras y otras cosas, su mente se llenaba y espaciaba en Lía. Ella tocando el cello era magia pura. Se sentía como cuando él tenía un solo de guitarra y sus dedos volaban por las cuerdas. –Joder. Si estoy mal. –Sacó su teléfono, pasó por los contactos, se detuvo brevemente en el que marcaba como "Magnolia", estuvo a punto de abrirlo, pero se negó y deslizó el dedo hasta el contacto debajo de ella. "Matthew". Le dio al llamar y lo acercó a su oreja.

— ¿William? –Escuchó la voz de su padre al otro lado de la línea un poco entrecortado. Recordó que apenas había señal para teléfonos fijos en Bibury. Suspiró. –William. ¿Estás bien?

—No. –Dijo. –Lo siento papá, no sabía con quien hablar.

— ¿Dónde estás? –preguntó Matthew. –Iré a verte, y hablaremos. ¿Quieres?

—Papá, no tienes que conducir dos horas para venir a verme. –Dijo sintiéndose un poco culpable. –Es un viaje largo.

—Tonterías William. Voy a ir a tu piso en la universidad y hablaremos.

—No vivo ya en el piso... yo... regresé al departamento. –Confesó.

—Entonces te veré allí. Iré a prepararme...

—Papá... no... yo... es un viaje largo. No es necesaria tanta molestia.

—No es molestia. Yo quiero ir. Te quiero, hijo.

—Yo a ti, pa'. –Colgó y volvió a intentar concentrarse. Nada de lo que leía le quedaba en la cabeza. Tenía la música de un cello en su alma, a su alrededor, y sobre todo en su corazón.

***

NOTA:  Sé que son un chico y una chica los del vídeo, pero es que así se escucharon Magnolia y Sunny en ORQUESTA. Disfruten :3

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