14. Fuera de la lista

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Stacy vio a Liam salir del piso de Lía y los celos se le subieron a la cabeza. –William. –Se acercó con voz melosa mientras caminaba deprisa. –Te vi. ¿Vas a negarme que te has estado revolcando con ella?

—Stacy, por Dios, estábamos trabajando. –Dijo completamente enojado. – ¿No tienes otra cosa mejor que hacer que estarme siguiendo? —Realmente se le estaba haciendo pesado ver a Stacy por todos lados. —¿Y qué si así fuera? Tú y yo no somos nada.

Stacy trató de mantener la conversación al ver que se alejaba, y como ya había leído las notas de prensa decidió hablar sobre la banda. —Lamento lo de la banda, mucho. No sabía que quisieran separarse. –Liam se detuvo y se volteó a verla. –Pero como solista te irá bien, eres muy talentoso.

Hubo una corazonada, Liam comenzó a creer que tal vez Stacy dio la noticia para vengarse, pero rápidamente la descartó. Había aprendido desde muy joven junto a su padre que por más que no confias en alguien necesitas pruebas para poder hacer una acusación y hasta ahora no tenía ni una sola prueba contra Stacy. Hizo una mueca y negó. —Es una noticia falsa. No nos separamos, ya lo hablamos, y eso fue un rumor falso que alguien inició luego de la fiesta. –Llamó al ascensor y esperó. –Aún no sabemos quién fue.

—Xander, eso decían las notas. ¡Él lo hizo! O quizá su peli teñida hermanita. –Liam subió al ascensor en cuanto las puertas se abrieron ignorando por completo a la pelirroja. –William, aléjate de ellos, no te convienen.

—Tú no me convienes, por favor ya déjame en paz. –Presionó el botón de planta baja y para su suerte, las puertas se cerraron.

Stacy fue hasta el piso de Lía y tocó la puerta, la pelinegra abrió y al ver a la pelirroja soltó un bufido de fastidio. –Y ¿A qué debo el placer? —Preguntó con sarcasmo. —Sea lo que sea, no me interesa. Puedes irte. —Estuvo a nada de cerrar la puerta cuando Stacy la detuvo.

—Quiero que te alejes de Liam. —Tenía la mano firme en la puerta y a Lía la miraba con cierto escepticismo.

—Escúchame con mucha atención, también quiero alejarme de ese idiota, pero resulta que no me graduaré si no paso Teoría de la Música y el profesor nos puso juntos en todos los proyectos. Por lo cual, yo tengo que sobrevivir todo el maldito semestre soportando sus malos chistes. Así que ¿Por qué no te vas de mi puerta y dejas de gastar mi aire, cerillo? ¿Puedes irte? Ya estoy con una jaqueca terrible por culpa de tu noviecito.

—Ah. –Stacy miró a Lía con la boca hecha una "o". La pelinegra terminó por empujar y cerrar la puerta en su cara. – ¡Me las vas a pagar, zorrita! ¡Eres una perra! ¡Finges indiferencia pero en realidad te gusta!

Lía ignoró los gritos de la chica y fue hasta su cuarto encendiendo su computadora. Abrió su correo y revisó sus mails, había uno que le llamaba sumamente la atención pues tenía el sello del Royal. – ¿Qué es esto? –Dio "click" sobre el mensaje y comenzó a leerlo.

Para: Magnolia Bethlem (mag.bethlem@gmail.com)

De: Royal College of Music

Estimada Señorita Bethlem:

Le escribimos para informarle que debe pagar 17.000 libras de su semestre actual, así como 2.000 más del alquiler de su piso, si no contamos con su pago nos veremos obligados a negar su plaza en nuestra universidad.

Atentamente.

Flynn Pluckrose

Servicio de admisiones y ayuda socioeconómica

— ¿Qué? –Releyó varias veces el correo. Estaba segura de que había sido becada, aunque recordando cómo había sido hacía dos meses antes, ella no había confirmado su beca como tal. –Oh por todos los cielos. No, no, no. ¿Y ahora? –Comenzó a desesperarse, llamar a su familia en Italia para que le prestaran el dinero no creía que fuera buena idea. Había peleado con su madre antes de irse, regresar al Sapienza antes de culminar el semestre tampoco era opción, tendría todo ese tiempo perdido. Quizá podría hablar con el decano de la facultad para conseguir al menos media beca.

Aquella noche no durmió pensando en aquel mensaje que había recibido. ¿Qué iba a hacer si no podía obtener la ayuda académica y no encontraba el dinero para pagar? –Respira Magnolia. Respira. –Dio nuevamente vueltas en su cama. –Ya habrá forma.

***

Al día siguiente, se hizo una cola de caballo, tras ponerse sus medias y sus botines, se vistió con una falda azul y una camisa de botones. Se veía como una estudiante aplicada y ella lo era. –Bueno, lo resolverás. –Salió con el mensaje impreso, así como varias copias de sus notas en el Sapienza, su pedido de beca y la confirmación de su traslado. Fue hasta la oficina del decano de la facultad, pero como no tenía una cita, tuvo que esperar en la sala hasta que se desocupara. Pasaron dos horas casi y sus esperanzas estaban arrastrándose. Cuando la secretaria del decano salió y le indicó que podía entrar, pegó un salto y pasó a la oficina con rapidez. –Buenas tardes señor, soy Magnolia Bethlem. Recibí este correo el día de ayer. –Sacó la hoja impresa de su carpeta y la extendió. –Yo, quiero saber ¿Por qué? Cuando pedí el traslado aquí, hice una solicitud para una beca completa.

—Señorita Bethlem. –Revisó la hoja el decano, Magnolia apretaba los labios mientras miraba al hombre sin perderse ni uno solo de sus movimientos. El silencio reinaba en la sala y para Lía no era nada cómodo. Un par de llamadas que a duras penas entendió por nerviosismo, y otros veinte minutos de silencio.

— ¿Señor Carr? –Rompió el silencio sintiéndose aún más nerviosa de cuando había entrado. —¿Tiene una respuesta para mí?

—La cosa parece, señorita Bethlem, que no está en el sistema como una estudiante becada, entró como alumna regular desde el Sapienza. Al menos eso es lo que nos dice el sistema.

— ¿Hay algo que pueda hacerse? No tengo el dinero que piden, por eso solicité la beca antes de venir aquí. Puedo pedir alguna carta de referencia en el Sapienza, o lo que sea. –El decano le extendió un vaso con agua y ella lo bebió de forma lenta. Era evidente que todo lo que vendrían serían malas noticias y era mejor estar preparada.

—Me temo que no, señorita Bethlem. Los de administración tienen llena la lista de los estudiantes con becas completas y también los que se les otorga la mitad. Puede hacer la solicitud para el siguiente semestre, pero este deberá pagarlo si quiere que sus evaluaciones no sean anuladas. Lamentamos esto, tiene excelentes notas y referencias que vienen con usted de la academia Sapienza en Italia.

— ¿Al menos tengo tiempo para pagar? –Preguntó mordiendo un poco su labio inferior para evitar llorar.

—Hasta el último día del semestre en menos de cuatro meses.

—Entiendo, entonces ¿Tengo hasta el 30 de marzo para pagar?

—Efectivamente. Pronto son las vacaciones por navidad y tendrá varias semanas de libertad, si fuera un semestre sin una festividad en medio, sería un poco más costoso, pero supongo que ha tenido suerte.

—Suerte. –Dijo sintiendo el sarcasmo subirle por la garganta. –Claro que suerte. Bueno. –Se levantó de la silla tomando sus cosas. –Gracias por el tiempo. –Salió y en cuanto pisó el exterior del edificio sintió las lágrimas salir de los ojos. ¿Qué iba a hacer?

***

NOTAS DEL FINAL: Y llegó un capítulo problema. ¡Y VAYA PROBLEMA! Lía la tiene fea, pero ignorando ese hecho ¿Qué opinan de su tatuaje de magnolias? 😍❤❤ Yo lo amo

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