CAN
Quería congelar ese momento cuando me regaló su sonrisa sincera después de agradecerme por el trabajo, fue lo más hermoso que me ha pasado en estos días desde que puse distancia entre nosotros.
Cuando se iba sentí la necesidad de estar más tiempo con ella, por inercia y como una sensación de quien se lanza al vació le pregunté;
_¿Me dejas llevarte? _ Inmediatamente ví como todas las miradas de los presentes estaban puestas sobre ella, incluyendo la mia a la espera de su respuesta. En el mismo instante que mis palabras salieron de mi boca vi como sus ojos se iluminaron, pareciendo dos faroles en la oscuridad.
_¡Si!_ esa simple frase fue como la fuente que sació la sed que tenía de su presencia.La tomé de su mano haciendo que ambas se entrelazaran, sentía el calor acogedor que emanaban nuestros cuerpos a través de su mano, es tan agradable sentir su piel con la mía, mi mano toda rústica y grande ante su manita pequeña y delicada, pero las dos se fusionaban y combinaban a la perfección.
Sin hablar caminamos hasta el auto, le abrí la puerta de copiloto, dejé que subiera, cierro la puerta a su paso. Entré al auto, nos miramos por unos segundos y puse la marcha rumbo a su casa. Los dos estábamos en completo silencio, hasta que le pregunté ¿está bien si paramos a tomar un té? Ella me miró ante la sorpresa, luego asintió con su cabeza y con una leve sonrisa.
Fuimos al malecón, estacioné, bajamos del auto, la vuelvo a tomar de su mano que no quisiera soltar nunca más, las brillantes estrellas adornaban la noche, caminamos unos metros hasta que entramos a un lugar de esos antiguos de té, abrí la silla para ella, tomé asiento, el lugar era acogedor, muy familiar y tranquilo, con una historia increíble, la cual nos maravillamos al conocerla de la boca de su dueño, quien resumió para nosotros parte de ella, mientras tomábamos aquel sabroso y auténtico té turco. Sanem parecía una niña cuando le cuentas una historia, su rostro se maravillaba de una forma tan genuina que era un completo deleite.
Ella añadió algunos datos que yo desconocía, ésta chica es una enciclopedia andante, su memoria fotográfica era poderosa y habla con tanta pasión que es imposible aburrirse con ella porque es graciosa, inteligente, espontánea y muy genuina.Le propuse dar un paseo, la seguí tomando de la mano mientras caminabamos, un señor que vendía rosas me dice; _cómprele una a su linda novia; _¡mi linda novia! pensé_ sonreí ante aquellas palabras, le compré una y giré para dársela, ella agradeció con una suave sonrisa y por instinto la olfateó cerrando los ojos, aquello era una delicia para mis ojos que me hizo morder levemente mi labio inferior.
Pasamos cerca de un vendedor ambulante de kebab, ella se quedó mirando. _¡eso huele rico!_ exclama, _¿Quieres uno?_ le pregunté; _¡sí!_ por favor, eso me sorprendió, ninguna mujer con la que he salido come a menos que sea ensaladas y aún qué hacía rato que habíamos cenado ella deseaba comer kebab.
Me miró y como adivinando lo que estoy pensando, repuso; _¿Qué?_ ¡Si estoy despierta como y un kebab no puede pasar desapercibido ante mis ojos!_ Yo río ante tanta espontaneidad y terminamos comiendo los dos. Compartimos muchos datos triviales, reíamos de vez en cuando, aveces quería acercarme a ella, besarla y abrazarla pero me contuve, no dejaba de estudiarla y sentirme fascinado, parecía que éramos sólo ella y yo a pesar de haber otras personas a nuestro alrededor, parecía que todo lo malo que habíamos vivido nunca existió. Haciendo memoria, ni en mis mejores citas, la estaba pasando tan bien con una mujer que no fuera en una cama o con un componente sexual.
Era mágico, me sentí subido en una nube, hasta que como cual cenicienta lista para salir corriendo y botar la zapatilla antes de que acabe el hechizo, dijo; _¡debo irme ya es tarde!_ No, gritaba en mi mente, quería más de ella. ¿Por que los momentos buenos son tan cortos?
Durante todo el camino a su casa el silencio entre ambos reinaba, sólo la música del estéreo se hacía oír, de pronto la escucho cantar suavemente la canción que sonaba, volteo a mirarla y ambos sonreimos.No mucho después ya estabamos frente a su casa por más lento que conduje para alargar su compañía, se preparaba para abandonar el auto, yo hago el intento de bajarme para abrirle la puerta y ella toca mi mano que reposa en el freno de manos, _tranquilo no es necesario_ yo tomé esa mano rápidamente antes que la retirara y la entrelacé en la mía e instintivamente la lleve a mis labios y la besé con mucha ternura, quería besar más que su mano pero mi autocontrol se hizo presente por mi temor a arruinar todo; _Gracias_ le dije sin querer soltarla, _gracias a ti_ me dijo abriendo la puerta y sonriendo, no quería soltarla pero el tiempo se había acabado.
_Descansa, te veo mañana_ ella asintió, solté su mano cerró la puerta, caminó frente al auto, avanzó unos pasos al umbral y se devolvió _¡Azul!_ exclama, la miro contrariado, _azul, es mi color favorito_ sonreímos a la vez, se despidió con la mano, le guiñé un ojo y esperé que entrara a su casa.
SANEM
Cerré la puerta detrás de mi y me quedé de espaldas a ella, estaba tan feliz que por un momento pensé que mi mente había imaginado todo, con desespero tome la mano que Can me besó y la llevé a mi nariz y mejilla, cerré los ojos para percibir el aroma que había dejado. No lo podía creer, fue maravilloso, era un Can que nunca imaginé conocer, gentil, caballeroso, amable, gracioso, me hizo sentir relajada, tranquila, todo fue tan espontáneo y natural que si lo hubiésemos planificado no habría sido tan perfecto. hablamos de tantas cosas, es tan inteligente y se veía más guapo que nunca está noche. No sólo su físico me tenía cautivada, si no ese misterio que lo envuelve y que él devela cuando desea.
De las sombras sale Leyla que logró asustarme, me vió emocionada y quería detalles, fue detrás de mi hasta mi habitación, le hice un corto resumen; me escuchó hablar tan apasionada que abrió sus ojos como platos y llevó sus dos manos a su boca mientras exclama; ¡Sanem! te enamoraste de Can_ dice con sorpresa en su voz.
_Hermana solo te pido tengas cuidado, no quiero que sufras por ese imbécil_ Ese hombre es un seductor y mujeriego sin remedio_ no te confíes por favor_ ¿y como no sufrir si ya estaba sufriendo? Pienso, pero no quiero pensar, en este momento quiero anular todo pensamiento de raciocinio, sólo quiero recordar ésta noche una y otra vez, atesorarla en mi mente y añorarla.
No quise ducharme para no mojar mi mano, como cual chiquilla enamorada, me recosté en mi cama sonreía al recordar cada momento con él, nuestras pláticas relajadas, amenas, graciosas, de pronto recibo un mensaje; Eres una chica increible, gracias por regalarme el placer de tu compañia. Me emocionó sobremanera ese mensaje, lo que necesitaba para terminar ésta noche, Gracias a ti por hacer de ésta una noche increible. Deseaba decirle muchas cosas pero no quería parecer desesperada. Esta noche había algo más claro en mi mente y era que amaba a ese hombre, y con ese pensamiento caí en el más profundo y acogedor sueño.
***
Cinco minutos antes que sonara mi alarma, mis ojos ya se habían abierto, con la incertidumbre y los nervios invadiéndome de saber que pasaría al llegar al trabajo y verlo.
Me levanté y una sonrisa digna de un chispazo de una extraña felicidad se apoderó de mis labios y estaba negada a abandonarla, sentada en la esquina de mi cama, batallé contra mi misma para no pensar demasiado y así no arruinar lo bien que la pasé al lado de Can la noche anterior, hoy quería no ser tan analítica, interrumpiendo esa voz interna que cree saberlo todo. Por primera vez no sentí miedo de mi futuro inmediato al lado de Can.
CAN
Sanem es una mujer extraordinaria, algunas veces se veía irreverente pero otras tantas parecía una niña descubriendo el mundo y eso me tenia cautivado, me sentía tan atraído por ella, no había nada en ella que no me gustara, disfrutaba tenerla cerca y su compañía es un verdadero placer.
Si antes con su obstinación me atraía ahora me atraía más, no quería que mi razón y conciencia hablarán, las tenía silenciadas, sólo quería revivir el momento una y otra vez, compartir ese tiempo con ella me dejó una sensación de plenitud, de tranquilidad y completa satisfacción, su presencia era como una luz que arrazaba con la oscuridad predominante de mi alma. _¿La Amaba? por su puesto que no, pero estaba completamente seguro de que la quería a mi lado y no me importaba nada más.
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DESDE TU ODIO HASTA MI AMOR
RomantiekUna unión obligada, una venganza latente, una promesa que no se apaga y un pacto con fecha de caducidad Sumergete en esta historia de Can Divit y Sanem Aidym luchando contra ellos mismos para reconocerse y amarse