Ella

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Una vez me dio una gran necesidad de escribir poesía. Y recordé aquella cosa que siempre me daba unas ganas similares.

Ella.

Un montón de personas en la misma habitación. Dos almas conectadas.
Ganas de mirarse, miedo de encontrarse.
Se encontraron, los ojos.
Sus ojos me sonrieron, y me tembló hasta el alma. Ella y su manía de hacerme temblar hasta el alma.

El calor me mataba.
El alma me alaba, hasta la suya.
Una mirada, una señal, a la puerta.
Y como siempre, no lo dude.

Por que si se trataba de ella, jamás dudaría nada.

Por que era lo unico que tenia seguro en ese momento, que le amaba.

Ella salió, espere unos segundos, salí yo también.

Entro a los baños, le seguí.

Entre al último, el de siempre.

Ella sonrió al verme.

-Usted es la excepción de eso que dije que nunca haría- y la bese.

Me senté en su regazo, ella sentada en el inodoro.

Sus ojos se volvieron a conectar con los míos. Esta vez sentí una corriente pasar por mi espina dorsal, y mis pelos ponerse de punta. Ella debajo, baje mi cara lo suficiente para atrapar sus labios en un beso lento.

Nuestros labios, que parecian haberse hecho a justa medida. Tenían un compás que ni las letras de beethoven.

Una de sus manos se poso en mi cadera, y la mía en su nuca. El beso se corto por la falta de aire. Maldito aire, nunca lo había odiado tanto.

Una de sus manos entró por mi camisa, haciendo de lado mi sostén, para entrar en busca de mis pechos.

No quiero si no,
El combate de tus pechos.
Tus claveles huracanados,
Tus espinas en línea recta.

Tus ojos mirándome fijo,
Tus manos en mi cuerpo,
Tu corazón en compás del mio,
Y nuestras almas danzando.

Su otra mano, abandono mi cadera, para adentrarse en la aventura de mis piernas. Entro por mi ropa interior, y encontrándose con el río de nácar que había incendiado.

Un suspiro salio de mis labios al sentir sus dedos en mis otros labios.

Sin previo aviso entro dos dedos en mi, por la sensación repentina, un gemido más agudo, pero más bajo, salió de mi boca.

Con dos entraba y salía, y con el pulgar ayudaba a mi clitoris.

Yo me las ingeniaba entre las sensaciones para moverme y generarme más placer.

Todo iba en orden.. hasta que llevo su boca a mi cuello, y mis alarmas se incendiaron, y alma salió de mi cuerpo, y me decise en un orgasmo.

Hellooo, nothing to say.
Bay bayy

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