Estudiantes

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Desde el día cero en cual la conocí supe que seria la razón por la cual tendría muchísimos problemas.

Por que esa cara de nena buena y esos ojitos de cordero me daban un morbo y una necesidad de ella increíbles.

Era una muchacha posesiva, con los ojos te decía cuando si y cuando no, y me sentía que tenia una cadena al cuello con su nombre grabado en oro.

-Siéntate.

Me senté.

-¿No vamos a bajar a recreo?

-No.

-¿Por qué?

-Por que estoy caliente y quiero que te hagas responsable.

-¿Y por que responsable?

-Por que es tu culpa.

-¿Por qué?

-Siempre preguntas tanto?

-Si.

-Nadie te manda a jugar todo el rato con la punta de ese bolígrafo y tus labios. Me moje

-¿Aquí, ahora?

-Si.

-¿Y si nos ven?

-Que disfruten las vistas.

Y se desabrocho la correa y el botón del pantalón del uniforme.

Se sentó en el escritorio de los maestros, y abrió las piernas.
Yo me levante a cerrar la puerta del salón, y me agache delante de ella.

Entre mi cabeza en su vagina, y le hice un oral, en el instituto, con los estudiantes en recreo y los maestros almorzando.

Ella intentaba no hacer ruido, y yo intentaba hacerlo rápido y salir de eso.

Se corrió en el escritorio, lo lleno de líquido blanco, el cual tuve que limpiar yo mientras ella iba al baño cogeando escondida para limpiarse.

Me sentía esclava sexual.

Llamas de mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora