La francesa II

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La hermosa francesa y yo, terminamos tomandonos un vino viejo que tenía guardado para una "ocasión especial".
Tiradas en la grama al frente del lago, al yo no tomar alcohol me pego bien fuerte y la cabeza me daba vueltas.

Me quedé fija mirando las estrellas encima mío, y por un momento me voltee a verla, y ella me miraba.

Y el reflejo de la luna estaba en sus ojos..
En sus hermosos ojos.

Me daba mucha curiosidad que pasaba por su mente. Ya que siempre, pero siempre, se le notaba que pensaba.
Ya sea estando ocupada, o ya sea mirando a la nada. En sus ojos siempre se veía que entablaba una conversación consigo misma.

-À quel point pensez-vous toujours ? (¿Que tanto siempre piensas?)

-Si je te dis la vérité, tu commenceras toujours à penser (Si te digo la verdad, empezarás siempre a pensar tú)- me respondió la ojiazul.

Y si se lo preguntan, si, tuvimos sexo.
Y fue el mejor sexo que jamás tuve.

Luego de eso, bajamos nuevamente para el patio, y al verla tan cerca mío no me pude contener.

Solte la copa de vino, sin antes darme un sorbo, me senté encima de ella, acerque su cabeza a la mía y deje caer caer cáliz de él vino de mi boca a la suya.

-Acostumbras a acostarte con compañeras de trabajo?- le pregunte.

-Pero es la primera vez que conozco una tan segura de si misma.

-Y es la primera vez que yo conozco una francesa tan sincera.

Ella volvió a besarme.

Y yo baje a su cuello, donde descansaba una ligera cadenita brillante, con su inicial grabada en una plaquita de oro.
Tan humilde la francesa

Mordí su cuello, y ella entró una de sus manos por mis nalgas.

-comme j'aime les Latinas (como me encantan las latinas)

Baje de su cuello a sus pechos, y ella se dejó caer en la hierva del patio.
Ella creía sería su turno,
Pero me deshice de mi ropa, y lleve mi vagina a su boca, estando acostada en el suelo.

Ella empezó a degustar, con una lengua poderosa. Yo trataba de mantenerme recta para no caer boca abajo en el río. Que a esta hora debía estar friisimo.

Me restregaba en su cara, mientras ella entraba al mismo tiempo dos dedos, con dos más junto a su lengua en mi clitoris.
Yo masajeaba mis pechos, que brindaban junto conmigo.

No me faltaba mucho para venir..

-No pares..

Y sentí como bajaba la rapidez.

-Maldita sea NO PARES..- Y mis palabras se quedaron ahogadas en un orgasmo.

-Boa noite, Luz de Luna.

Me dijo acostada al lado mío en su cama.

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