Girlfriend material

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Una vez estaba en un restaurante de esos que costaban un sueldo mínimo a los cuales me llevaba mi papá.

El me hablaba sobre algo de su trabajo y de ponerme a trabajar a mi para que dejara de trabajar en "mi apestoso gimnasio"

Y no le estaba prestando atención por que no me importaba.

-Voy al baño- dije.

-Petra, siempre lo mismo.

Y me fui al baño.

Al volver a la mesa, ya habían recogido los platos de la cena, y había una chica en la mesa.
Una hermosa rubia de ojos azules y piel de porcelana. Con un vestido rosa de cuero pegado al cuerpo y unas uñas delicadisimas y en formas de avellana.

-Ah por fin, hija, ella es Elena, es hija de un amigo empresario del golf.
Su papá me dejó unos papeles en su casa de trabajo, para que lo ayudase con ellos. Pero tengo que irme a casa tengo una reunión importantisima.
¿Me haces el favor de buscarlos y mañana me los llevas a la oficina?

-Mañana tengo que estar en el gimnasio hasta las 6, pero haré el intento.

-Perfecto hija, te amo. Y piensa lo que te dije por favor.

Y se fue, así como vino. Se fue.

-Así que.. Petra?

-Esa misma, un placer.

-El placer es mío- y sonrió, con su línea perfecta de dientes- nos tomamos unas copas antes de irnos.. o llegamos directamente a mi casa?

-El orden no altera el resultado, no?

Y si que lo altero.

¿Saben que pasa cuando dos mujeres se sienten atraídas una por la otra fuertemente en una misma noche fría de diciembre?

El alcohol hacia que mi cabeza diera vueltas, pero de alguna forma llegamos a su casa.
Una asquerosamente enorme casa.
Subimos unas escaleras blancas hueso con terminados dorados hasta una habitación, entramos, y una cama kingsize nos recibió con las manos abiertas.

Ella no tardo en quitarse su vestido, y yo me quite mi oversize con snoopdoog, y quede en mi bra deportivo.
Dejando al aire mi abdomen perfectamente trabajado.
Y ella ya me esperaba desnuda en la cama.
Que rápida.

Me senté encima de ella, y nos comimos la boca. Tenía una proporción perfecta en el cuerpo, sus pechos ni muy pequeños ni muy grandes, si no de el tamaño indicado para caber en mis manos. Agarre uno de ellos y empecé a jugar con el.
Ella se restregaba de uno de mis pies, gestionando por su propia parte su placer. Mientras yo le dedicaba tiempo a sus pechos.

Termine de desnudarme, y deje sus pechos para bajar una de mis manos a su entrada que estaba toda mojada ya.
Solo tuve que pasar mis dedos dos veces para que un orgasmo llegase, por que ella misma ya estaba ayudándose.

La noche fue muy larga, nunca creí una cena con mi papá terminaría así.

Y que acabaría en la casa barbie con una muñeca de porcelana.

Al otro día, mi mente me levanto a las seis como cada mañana.
Solo que esta vez estaba en una cama ajena, con una rubia a mi lado.
Su espalda desnuda me dio los buenos días. Así que me acerque a darle unos besos. Me tentó.

Ella se restrego en la cama, dio la vuelta y me sonrió con esos grandes ojos azules que tiene.

-Creí fue un sueño- dijo.

-Pero las marcas en tu cuerpo son reales. Y yo también.

-Esto es un sueño real. Uno de esos de los que no quieres despertar.

Un sueño de esos que no quieres despertar..

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