Semana santa no tan santa

566 9 2
                                    

En República Dominicana, y en Europa, España, la semana santa era algo totalmente diferente. Mientras que en RD la mitad de la población celebraba a Dios y recapacitaba de su resurrección, la otra mitad se emborrachaba hasta más no poder.

Era del último grupo.

Nunca me tome enserió la religión, realmente lo poco que sabía era por qué me obligaban a ir a la iglesia de niña.

Era lunes santo, el primer día de diez sin laborar. Que bendición. Alabao se Dios.

Pero por otro lado..

Llamada entrante: Vanessa

- Alo parce..

- Hey, buen día Vane.

- Para preguntarle si se pega mañana para la playa.

- Claro, con los muchachos?

- Si, en eso de las diez, pasamos por usted.

- Perfecto, gracias Vanessa, nos hablamos mañana.

- Chaito pues!

-Bye!- y colgó.

Maldita Colombiana.

A ver, yo ERA heterosexual. Pero el destino está en mi contra y tuve que cursar una materia en la universidad agropecuaria con esta mujer, y pues, me jodi.

Vanessa, una mujer que no pasa de sapercivida, que sabe de donde viene y para donde va, que no todo el mundo conoce pero todos hablan de ella. Bien, o mal, pero lo hacen.

Tenia un solo problema.. era demasiado expontanea. Todo lo de ella era así, "de ahora para ahorita" y no me daba tiempo ni de pensar bien las cosas. Pero así es el amor? No?

♧♧♧♧

El día empezaba, me desperté, desyune, me cambié, shorts, bikini, todo sencillo. Mis chinos rubios bajaban por mi espalda, los ate con una liga.

Los chicos me habían avisado de venir por mi a las 9:30, 10:00 Am. Eran las diez. Oí la bocina del carro de Mauricio fuera. Salí.

-¡Dios mio que ven mis ojos!- ese acento..

-Haha, buen día Vanessa- le di dos besos- buen día chicos.

-Para mi no hay beso mi amor?- prefiero Kevin.

-Para ti no, para Melissa si- entre al auto- ¿Que tal esta ella?- pregunte por su mejor amiga.

-¿La meli? Ps, bien enamorada la muy pendeja- río para si mismo.

Sentí como la colombiana al lado mío me miraba con el ceño fruncido.

-¡Ah! Que suerte la mía, ¿De quien o que?

-¿Conoces a Makenzie Louie?- pregunto Ernesto.

-Obvio, la mujer negra más trending topping- ahí seguía la mirada.

Íbamos solo ella y yo atrás, el grupo hoy era reducido, los demás estaban o ocupados o fuera de la ciudad.

Estaba solo jodiendo a la colombiana, Melissa y yo eramos buenas amigas. Sabia todo el drama de Makenzie.
Pero me mataba saber que la mujer al lado mío se moría de celos.

Todo el camino se lo paso enojada viendo tiktoks. Y sabía que podría arreglar eso.

Al llegar, bajamos todos, sali a abrirle la puerta.

-Tengo manos- dijo.

-Y me puedes ayudar con solo una de ellas.

-Hoy no te pongo una mano encima.

-¿Me retas Castillo?

-Es un reto.

Tomamos una mesa en la playa, yo tire una toalla en la arena.
Vanessa entro al agua, yo la vi desde lejos nadar.

-¿No vas a ir a buscar a tu sirena?- pregunto Ernesto.

-Debería- me pare para entrar a nadar con ella.

Para nuestra suerte, la playa privada hoy no había más nadie que nosotros. Mera paz.

Entre, el agua estaba cálida, me acerque a ella desde atrás, ya estaba en el mismo medio del mar, me daba el agua por debajo de los pechos.

-Ya te sentí, estoy enojada contigo, no vengas.

-Puede que estés enojada conmigo..- segui acercandoce- pero sabes que queremos lo mismo.

Ella sin titubear me aló del cuello, pego mi oído de su boca, y me dijo entre dientes: Voy a darte tan duro que olvidarás la existencia de cualquier otra mujer en el mundo.

Me volteo, me puso de espaldas a uno de los soportes de un mirador que había al mar. Me quito la parte baja del bañador, y sin previo aviso me metió dos dedos.

Sentí sus uñas largas rasgar algo, pero el dolor no hizo más que ponerme.
Entro y saco dos dedos, haciendome dar leves brincos en el agua. Mis pechos por los movimientos se estaban por salir.

Vi de reojo para donde los muchachos, ninguno estaba.

Volví mi atención a ella, a nosotras.
Entraba y sacaba dos dedos, mientras con con pulgar acariciaban mi clitoris.
Yo buscaba más profundidad, daba saltos en su mano.
Ella sacó un pecho y se lo llevó a la boca, y con el placer inundando mi cuerpo, sentí como me venía en su mano y mía flujos se mezclaban con el mar.

Dejo mordiscos en mis pechos, roja mi vagina, puede que uno que otro aruñon en la espalda, pero yo solo quería más de ella.

Más, y más.

-¿Que paso parce, que también olvido como caminar? ¿O nadar?

-Que me duelen las putas piernas, cargueme.



Andaaa, nuevos personajes?

Llamas de mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora