Amor y Sexo

287 5 0
                                    

Una vez me enamoré de una mujer que conocía lo que era el amor, y el sexo.

Era, y sigue siendo una mujer que ha pasado por un muy largo recorrido para llegar hasta donde ha llegado.
Ha pasado por muy malos tratos, muy malas bocas. Y muy feas situaciones.

Pero aun así, jamas, pero jamás, dejo de ser una luz en medio de una gran oscuridad. Ella nunca dejó de brillar, dentro de la oscuridad.

Pero realmente nunca vi cual fue el gran problema en eso. Puesto a que nunca me dejó ver esa tiniebla. Por que a previa vista simplemente era una mujer perfecta e inteligente.

-No se que iré a hacer contigo, Megan.

Esa noche estábamos tomandonos un tequila, que me trajo de su último viaje a México.

-Cogerme lo suficiente, estoy a falta de muuucho sexo.

-Una mujer tan bella con una boquita tan sucia.

-No todo lo que brilla es oro.

-Para mi si eres oro megan.

-Y para mi tu eres una joya preciosa, niña de porcelana. Tanto así que me da miedo dañarte.

-¿Dañarme por que?

-Cuando hay una manzana podrida en una cesta, tiende a dañar las demás.

-Hipóteticamente.. pero ni tu eres una manzana, ni yo tampoco. Somos dos mujeres que disfrutan una de la otra.

-Solo, ven aquí- señaló sus piernas.

Y fui a sentarme encima de ella, la vi a los ojos y me di un beso corto, pero cargado de sentimientos.

Ella me devolvió el beso, pero ese no fue tan tranquilo. Y yo me removi encima de ella, para acomodarme y recostarme de su pecho.

Y escuche su corazón,
Ahí, vivo.
Ahí, descontrolado.

-¿Pasa algo?- le pregunte.

-Si.

-¿Que?

-Estoy muy caliente.

Y me reí.

Entonces una mano traviesa empezó a viajar por sus caderas, alando el listón de su ropa interior para soltar el elástico y que el sonido retumbara en la habitación.

Ella se quito la blusa, dejando al aire mi mayor debilidad y su mayor regocijo.

Empecé con suaves lamidas, me di vida, mordi, chupe, alé, tire.. y ella se desahia abajo de mi.
La deje caer en el sillón.
Termine de quitarle el pantalón,
Y me detuve a mirar tremendo manjar.
Pero que belleza

-Que esperas?

Y lleve mi boca allí.
Ella agarro mi cabeza, y me ahogaba en su cáliz. Mientras ella se restregaba en mi boca y empecé a sentir sus espasmos, entre y saque mi lengua, lleve tres de mis dedos, y jugando con su botón, se corrió en mi boca.

Toda sudada, con sus dos hermosos ojos dilatados hasta parecer solo negros, y su cuerpo de ensueño recostado de mi,
Me di cuenta de que no me importaba que tan oscuro fuera,
Mientras tenía mi estrella iluminando la vida.

Llamas de mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora