Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐

Capítulo 28. Visita

Escucho los pasos de Jeon subiendo las escaleras poco después de las cinco, y me doy cuenta de que debe haber salido del trabajo en la primera oportunidad disponible. No me quejo, he estado tan ansioso por preguntarle sobre Yoongi desde que la policía me llamó, y por increíble que parezca, me doy cuenta de que lo echo de menos cuando más tiempo pasamos separados. 

Creo que debe ser el anhelo del cachorro de estar cerca de su padre en lugar de mi propio interés, porque la mayoría de las veces estoy nervioso cuando estamos juntos. La única excepción es cuando voy a su habitación a la hora de acostarme; No he tenido una sola pesadilla desde que insistió en que empezáramos a dormir juntos, y espero con ansias quedarme dormido en sus fuertes brazos todas las noches.

Entra en mis habitaciones sin llamar, ofreciéndome una amplia sonrisa cuando me ve acurrucado en la cama. El médico me dio órdenes estrictas de descansar hoy, y después de la terrible experiencia en el hospital, en realidad no me importó. 

—Hola, ¿Problemas?— Jungkook me saluda con cariño, tomando asiento en el borde de la cama, —¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, no más manchas. 

Me sonrojo, pero creo que tenemos que acostumbrarnos a hablar en términos tan familiares sobre mi cuerpo. El embarazo no hace más que robar el sentido del pudor, ya que las funciones corporales más personales deben ser discutidas para evaluar la salud del bebé.

—Me alegro.— Jungkook suspira con visible alivio, —¿Has revisado tu presión?

—No, he estado distraído, lo siento.

Niega con la cabeza, una sonrisa se asoma en su rostro. Toma el dispositivo de vigilancia de uno de los estantes. 

—Vamos, dame tu brazo cariño.

Espero mientras coloca el brazalete alrededor de mi bíceps y presiona el botón de inicio de la máquina. Una vez que comienza a inflarse y aumenta la presión en mi brazo, digo.

—Hoy recibí una llamada de la policía.

Jeon mantiene una cara perfectamente seria, como si no tuviera idea de lo que estoy a punto de decir. 

—Parece que Yoongi se entregó esta tarde.— comparto, observándolo de cerca, —Regresó de la costa y firmó una confesión completa. Va a ser juzgado.

Jungkook está ocupado mirando los números en la máquina, pero se le escapa una sonrisa distraída.

—Eso es maravilloso, Jimin.

Espero a que diga más, pero permanece en silencio, ávidamente concentrado en tomar mis signos vitales. 

—¿De verdad vas a fingir que no tuviste nada que ver con eso?— finalmente le digo.

La máquina emite un pitido y Jungkook frunce el ceño, aflojando el brazalete. 

—Aún demasiado alto.— murmura, mirándome de nuevo. Escanea mis rasgos, tomando mi mejilla en su mano. 

—¿Todavía te sientes estresado?

—Estoy tratando de hablar contigo sobre algo.

—Jimin no fue nada. Lo hubiera hecho por cualquiera.— él afirma simplemente.

Por supuesto. Pienso con amargura, mejor no te adelantes, Jimin. No cometas el error de pensar que eres especial cuando eres cualquier cosa menos eso. 

—Eso podría ser cierto, pero es un gran problema para mí. No sé cómo agradecértelo.

—Eso no es necesario.— responde, como si eso resolviera el asunto, —Estaba feliz de poder hacerlo. Esa rata merecía algo mucho peor que una celda en la cárcel si me lo preguntas.