Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐

Capítulo 45. Deseos reprimidos

Jimin

No tengo la oportunidad de jadear porque en el momento en que mis labios se separa la boca de Jungkook los ha reclamado, su mano está firme en mi nuca, sosteniéndome en el lugar para que pueda saquear mi boca a voluntad. Su lengua juguetea con mis labios antes de hurgar dentro, sacando a la mía de su escondite hasta que están bailando, enredándose y masajeándose con un hambre voraz.

Mi sorpresa pasa rápidamente, y pronto estoy poniéndome de puntillas para encontrarlo. Mis entrañas se vuelven papilla cuando envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, gimiendo cuando retira sus labios de los míos y comienza a trazar un camino despiadado sobre mi mandíbula y baja por la piel sensible de mi garganta.

Ya estoy sin aliento, completamente vigorizado y perdido en el mundo que nos rodea. Mientras la talentosa lengua de Jungkook sale para sumergirse en mi clavícula. Aprovecho la oportunidad para mordisquear el lóbulo de su oreja. Él ronronea y un delicioso río de calor fluye a través de mí.

Mi cuerpo está pegado al suyo, y me he olvidado por completo de los otros bailarines. Me aprieto lo más cerca posible de él, tratando de no retorcerme. Estoy desesperado por obtener alivio en el repentino desastre que comienza a formarse en mis pantalones, pero soy demasiado tímido para buscarlo de verdad.

Por suerte, Jeon no necesita que se lo diga, parece sentir mi necesidad sin esfuerzo, y no es nada tímido a la hora de buscar sus propios deseos. Agarra mis caderas con sus poderosas manos, sosteniéndolas firmemente contra las suyas y dejándome sentir su dureza. Suavemente ondula nuestros cuerpos a través del baile, frotándome en todos los lugares correctos con el pretexto de seguir los pasos sensuales.

Esto no es como nuestros otros besos. No hay cámaras alrededor, ni cambia formas ansiosos mirando. Estoy seguro de que algunos de los otros lobos presentes nos están mirando, pero todos están tan preocupados por sus propios compañeros que dudo que tengamos una gran audiencia.

Si tuviera la capacidad de pensar con claridad en este momento, podría preguntarme por qué Jeon está siendo romántico cuando no tenemos a nadie para quien montar un espectáculo, pero todo eso no viene al caso porque no podría pensar con claridad aunque mi vida dependiera de eso.

Estoy seguro de que el tiempo se detiene, que el mundo deja de girar y todo en él deja de importar excepto este momento singular entre dos personas a pesar de que no hemos sido más diferentes aunque lo intentamos.

Los labios de Jungkook son suaves como la seda, pero su afecto es áspero y despiadado, como si estuviera tratando de grabar la sensación de su beso en mis huesos para que nunca olvide la forma en que se siente estar en sus brazos.

Ser suyo. 

Sé que me espera una angustia en el futuro porque no lo olvidaré, estoy seguro de que nunca podré besar a nadie de nuevo sin recordar esto y sintiéndome infinitamente decepcionado de que nada pueda compararse.

También se está dejando llevar muy rápido, pero no puedo encontrar la voluntad para terminarlo. Afortunadamente, Jeon lo hace, retrocediendo un momento después y mirándome con una mirada feroz que me deja hormigueando desde la cabeza hasta los dedos de los pies.

Es bueno que tenga más moderación que yo, porque estaba a punto de arrancarnos la ropa a ambos a pesar del frío. Juro que nunca he perdido el control de esa manera en toda mi vida, y aunque una parte de mí está preocupada por el poder que Jungkook obviamente tiene sobre mí, también es imposible que esté demasiado preocupado cuando estoy con él. Me hace sentir tan seguro que es asombroso, y cuando finalmente tengo el espacio para aclarar mi mente, es aterrador.

—¿Por qué hiciste eso?— me las arreglo para jadear, todavía aturdido por las réplicas de su toque.

—¿Por qué?— me ofrece una sonrisa lobuna que hace que mi corazón dé un vuelco, —¿No te gustó?