El Regreso de la Secta del Monte Hua (Novela)

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– No te ofendas si algo sale mal (5)

Hwang Jongi no pudo contener su decepción.

«Entonces, ¿dices que no se puede evitar?»

Hwang Mun-Yak era el líder prominente del Gremio de Comerciantes de Eunha y el padre de Hwang Jongi. Con cada día que pasaba, la salud de Hwang Mun-Yak continuaba deteriorándose. Hasta hace poco, al menos estaba consciente, pero hace un par de días, dejó incluso de despertarse al aumentar la gravedad de sus síntomas.

Un hombre inconsciente ni siquiera podía ingerir alimentos para nutrir su cuerpo.

Si esto continuaba, estaba claro que su respiración terminaría en pocos días.

A toda prisa, Hwang Jongi había invitado a personas influyentes de todo el mundo. Incluso había empezado a pedir ayuda a destacados taoístas, con los que tenía relación, pero aún no había recibido ni una sola respuesta.

Hoy, tuvo un rayo de esperanza cuando un miembro de la familia Tang de Sichuan, que presume de sus conocimientos en venenos, se acercó a él. Sin embargo, lo sucedido había dejado a Hwang Jongi sumido en la decepción.

— Es difícil —.

Como era de esperar, Hwang Jongi suspiró ante el comentario negativo que escuchó.

— ¿Estás diciendo que incluso la secta conocida como la 'maestra de los venenos' es incapaz de ayudar a mi padre? —

— Es cierto que nos enorgullecemos de ser los principales expertos en venenos de este mundo. Podemos ayudar en asuntos relacionados con cualquier veneno —.

— ¿Pero? —

— Pero, la enfermedad de su padre no es causada por el veneno —.

Hwang Jongi entrecerró los ojos ante esta afirmación.

— Incluso después de ver estos síntomas, ¿dice eso? —

Tang Myung, el anciano de la Secta Tang, negó con la cabeza.

— Aunque los síntomas son similares, esto no ha sido hecho por veneno. Parece que hay una causa fundamentalmente diferente —.

— Ugh —.

La tez de Hwang Jongi se oscureció hasta el punto de que no podía oscurecerse mucho más.

A pesar de que invitó a los mejores y más influyentes en sus campos, y ejerció su poder financiero para prometer la mayor compensación que pudo, todavía no pudo encontrar a alguien que curará la enfermedad de su padre.

— ¿Está seguro de que esto no es simplemente que su edad le está afectando? —

— Estos síntomas no son naturales —.

— Entonces, ¿qué demonios está pasando? —

Tang Myung bajó ligeramente la mirada, visiblemente preocupado.

Al ver eso, Hwang Jongi suspiró.

— Lo siento. Sé que hizo lo mejor que pudo, sólo estoy un poco frustrado —.

— Siento no haber podido ayudar —.

— No, en absoluto. Perdóneme por no despedirlo —.

Tang Myung se levantó y salió con una expresión amarga.

— ¿Qué se supone que debo hacer? —