El Regreso de la Secta del Monte Hua (Novela)

🌸003🌸

¿Qué demonios es esta situación? (3)

{Guía de símbolos}

— Texto — = Diálogo

«Texto» = Pensamiento

[Texto] = Habilidad / Objeto

[Texto] = Término Importante

Texto = SFX

"Texto" = Término común / Relevante

Ku Chil estaba muy preocupado. Chung Myung salió de la tienda gritando a todo pulmón y luego volvió a entrar en ella diciendo más tonterías.

— Me voy al monte Hua —.

Ku Chil se quedó mirándolo.

— Esto puede parecer absurdo, pero escúchame —.

Ku Chil realmente quería escuchar lo absurdo que sería. Sin embargo, eso se esfumó con las siguientes palabras de Cho Sam.

— Simplemente podría haberme ido sin decir nada, pero he vuelto para informarte porque sé que he recibido información valiosa de ti —.

Qué desastre.

Realmente no había ninguna razón para que Ku Chill escuchara las tonterías de un loco, pero se quedó porque Cho Sam parecía muy serio, y sintió pena por él.

— La amabilidad se devuelve dos veces y el resentimiento diez veces. Llegará un día en el que devolveré el favor, así que recuerda el nombre de Chung Myung de la Secta del Monte Hua. Nos encontraremos de nuevo, y te devolveré el favor que te debo —.

Sus palabras sonaban bien, al menos. Hubiera sido realmente genial si Cho Sam no estuviera amoratado y vestido como un mendigo.

— Estás hablando como un loco... —.

La cara de Chung Myung cayó.

— Sé que suena extraño, pero recuerda mis palabras. Un día, cambiarán tu destino... —

— Wang Cho te está buscando. Estás muerto si te atrapa —.

— ¿En serio? — Se miraron a los ojos.

— Jejejeje —. El mundo estaba lleno de todo tipo de personas. Que alguien alcanzara de repente nuevas cotas no era tan grande ni extraño en el gran esquema de las cosas. Por supuesto, que sucediera de la noche a la mañana era bastante extraño y aterrador.

— ¡Bueno, tengo que irme! —

— Vuelve pronto... O realmente te matará a golpes —.

— ¡Ya me voy! De todos modos, sólo recuerda: 'Chung Myung del Monte Hua'. ¡Recuerda ese nombre! — Con eso, Chung Myung se alejó audazmente.

Ku Chil sacudió la cabeza. La vida estaba llena de giros, a veces buenos y a veces malos. Pero si Cho Sam era atrapado, realmente iba a morir.

— ¿Qué debo decirle a Wang Cho...? —

De repente, la solapa de la tienda se abrió de golpe y Chung Myung volvió a entrar.

«¿Qué? ¿Por qué había vuelto otra vez?» Pero Ku Chil no tuvo la oportunidad de preguntar.

— ¡Yah! —

— ¿Eh? —

— ¿Cuál era el nombre de ese bastardo? —