El Regreso de la Secta del Monte Hua (Novela)

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- El Monte Hua gana una fortuna (1)

El lugar era más estrecho de lo esperado.

Era natural. Habría dejado un gran agujero en las finanzas del Monte Hua si hubieran creado un enorme almacén de metal eterno; nunca habrían durado tanto.

— ...seguía quejándose todos los días de que no tenía dinero. Sin embargo, seguía gastándolo para hacer cosas como esta —.

Chung Myung sintió una oleada de ira, pero ¿qué podía hacer? No podía hacer nada a una persona muerta.

Chung Myung entró y miró a su alrededor.

Había muchas cosas almacenadas aquí. ¿Qué debía buscar primero?

— ¡Dinero! —

Chung Myung parpadeó sus ojos y escaneó la habitación.

«¡Tenían que estar aquí! ¡Los fondos que Sahyung estaba ahorrando! ¡Una brillante pieza de oro! ¡La riqueza brillando en mis manos...!»

— Tiene que estar aquí —.

Chung Myung continuó examinando la habitación.

¿Por qué? ¿Por qué no podía verlo?

Chung Myung recorrió una vez más el interior del almacén. Sin embargo, no importaba cuántas veces se frotara los ojos, no podía encontrar nada brillante, y mucho menos tesoros.

No debería ser así.

— N-No —.

Con lo sencillo que era su Sahyung, ¡debía haber acumulado mucho más dinero que cualquier otro líder de secta!

Sería de sentido común para él, planear y guardar una cierta cantidad de dinero para preparar el Monte Hua para cualquier escenario inesperado.

— ¡Pero no hay dinero! —

Una gran sensación de derrota lo invadió.

«Haaa, maldito bastardo.» ¿No guardaba ningún fondo de reserva?

Chung Myung se frotó la cara.

Si hubiera habido una reserva de dinero de emergencia, podría haberla utilizado para cualquier número de planes.

Para el renacimiento del Monte Hua, para comprar bebidas, y para comprar más bebidas...

— ¡Ah no! ¡Debo concentrarme puramente en el renacimiento del Monte Hua! —

— ¡Ehh! —

Chung Myung abandonó sus persistentes deseos y giró la cabeza. Había cosas más importantes que la riqueza.

— ¡Eso es! —

Los libros se alineaban uno tras otro en una estantería de una pared.

Chung Myung tragó saliva y se acercó a ella.

— Tiene que ser éste —.

Sacó un libro del centro y escaneó su contenido. Mientras leía cada línea, una brillante sonrisa apareció lentamente.

— ¡Sí! —

¡No puede ser de otra manera!

Como era de esperar, los libros expuestos en el primer estante eran libros del Monte Hua, que Sahyung guardaba. Se suponía que estos documentos se guardaban generalmente en la casa del líder de la secta, pero parecía que se hacían copias y se guardaban aquí en caso de emergencia.