Capitulo 11

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Maggie Rider.

Caminé cuidadosamente mirando el suelo, no quería tropezar y caer en la tierra.

Con la manada teníamos planeado juntarnos en la cabaña.

Me atrasé un poco y dije que los alcanzaría luego.

Y aquí estaba, otra vez sola en el bosque, como aquella vez, donde puede presenciar un asesinato.

Intenté recordar el camino para no perderme, el bosque era enorme.

No importa de donde lo mires, cada lado parece idéntico al otro.

Es un lugar donde la gente se pierde fácilmente.

Caminé un par de pasos hasta que escuché unas ramas romperse, frené y me puse alerta para intentar descifrar de donde provenía.

Sigilosamente me escondí tras unos troncos.

Unos minutos después los arbustos comenzaron a moverse, pude escuchar como se rompían ramas al ser pisadas.

Mi corazón se aceleró. Me quedé sumamente quieta esperando a que aquella persona se asomé y poder ver de quien se trataba.

La persona que estaba tras el arbusto dio un par de pasos y con sus manos corrió algunas ramas para poder pasar.

-Arbusto de mierda arruinas mi ropa- ese quejido sonó como alguien que yo conocía.

Suspiré y salí de mi escondite.

-Poe? ¿Qué haces aquí? pensé que estabas en la cabaña- dije con algo de confusión.

Poe, que se encontraba de espaldas a mi, se dio vuelta rápidamente y su cuerpo se tensó.

-Por dios caramelo, casi logras que escupa el corazón- sonó algo asustado pero a la vez sorprendido.

-No logré escucharte, y eso que puedo percibir hasta los latidos de tu corazón a gran distancia- dijo algo sorprendido con una pequeña sonrisa de lado en su rostro.

Poe era diferente a los demás novenos, cada vez que lo veía a los ojos podía notar algo de orgullo, grandeza y una pizca de lujuria en ellos.

Poe me recordaba al gato Cheshire, sus ojos grises tenían un brillo característico, su sonrisa era ancha y macabra, digna de un psicópata, su nariz era recta pero parecía esculpida por los dioses, sus labios eran dos finas líneas con un tono rojizo y con un círculo en medio.

El gato de Cheshire también tenia una gran sonrisa que dejaba ver sus dientes, pero lo que lo hace diferente es que él podía pasar desapercibido, en cambio Poe era todo lo contrario.

Su energía se concentraba en cada habitación que él este, era imposible ignorar que él estuviera allí.

Él lograba llenar espacios con su presencia, cualquiera que quisiera ignorarlo se le haría imposible.

Él ladeó un poco su cabeza y me miró con cierta confusión, como si intentara descifrarme.

-Lo siento, no quise asustarte o algo parecido- dije mirando a Poe.

-Como es que no te escuche?- hundió un poco sus cejas.

-No lo sé, solo me agaché detrás de un árbol para poder ver de quien se trataba- dije con algo de indiferencia.

-Y tu que haces en el bosque?- le pregunté a Poe.

-Tuve que hacer unas cosas y le dije a Damián que llegaría algo tarde, al parecer no soy el único- dijo mirándome.

-Debemos ir o llegaremos aún más tarde- ignoré su comentario y caminé en dirección a la cabaña.

Ya estábamos dentro. Caminé un par de pasos entre la gente hasta que pude ver a la manada sentada en una de las mesas.

Me acerqué y tomé asiento junto a Tatiana y Archie.

-Al fin llegan- dijo Archie suspirando viendo como nos sentábamos.

-Llegaron juntos?- dijo Damián al ver como Poe y yo llegamos a la vez.

-Me lo encontré camino a la cabaña- dije con algo de indiferencia.

-Casi logra que se me salga el corazón- dijo Poe bebiendo un líquido servido en una de las copas.

-Que sucedió?- preguntó Tatiana.

-Solo me escondí detrás de un árbol para ver de quien se trataba y logré asustarlo-

-No la escuche en ningún momento, eso me pareció... raro- dijo Poe algo confundido.

Todos hicieron una cara de confusión pero volvieron a hacer lo que estaban haciendo.

Obsession; Damian Fox. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora