Capitulo 31

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Damián Fox.

Desperté con la luz tenue de la tarde filtrándose por las cortinas de mi habitación, y por un golpe en la puerta.

Después de cambiarme, noté un pequeño sobre dorado junto a un traje en la mesa.

La nota indicaba que debía presentarme en el comedor para dar inicio a la cena.

Ya había llegado el día de La Cacería y eso me tenia ansioso.

Al salir de mi habitación, decidí ir a hablar con Poe para crear una estrategia para cuando llegue la hora de La Cacería, la estrategia debía ser precisa.

Al llegar toque su puerta y unos segundos después me encontraba hablando con él.

-¿Cómo planeamos continuar?-

Poe ajustó su corbata antes de responder. -Necesitamos asegurarnos de que nadie descubra que Maggie y Padme no son novenas. ¿Algún plan en mente?-

Discutimos estrategias y puntos claves hasta que llegamos a un plan, luego de que quedo todo más que claro, me despedí de Poe y salí de su habitación.

Al salir me encontré con grandes hombres con traje, parecían algo así como escoltas.

-Señor Damián?- uno de ellos se dio vuelta primero.

-Que sucede?- observé a los hombres.

-Veo que aún no esta listo-

-Quienes son?- pregunté, algo confundido.

-Seremos sus escoltas esta noche, lo acompañaremos en la cena- dijo otro de ellos acercándose.

-Le pediremos que se aliste para la cena- el primer hombre dejó un espacio para que pueda ir a mi habitación.

Al regresar, me cambie rápidamente y al salir, me percaté de que toda la manada esta ahí, como si estuvieran esperándome.

Había tres escoltas con cada uno.

Mire a todos los presentes pero faltaba Mag.

Me acerqué a Poe- ¿Y Maggie? No la he visto desde ayer después de la merienda-

Poe frunció el ceño -No lo se. No la he visto desde entonces-

-A esto se refería con raro- murmuré por lo bajo antes de entrar al gran salón.

El salón era muy amplio. Las paredes, eran de color blanco, se adornaban con detalles de mármol, eso le daba algo de elegancia al salón.

El techo era muy alto, era de vidrio por lo que la luz natural inundaba toda la habitación. En el centro del salón, había una mesa muy amplia. Había muchas plantas colgadas sobre las paredes de forma decorativa.

Todo lo que yo odiaba se encontraba en un solo lugar.

Me di cuenta que algo andaba mal cuando vi la cara de Tatiana.

-Por favor, tomen asiento- dijo Aspen sentado en la punta de la mesa mirandonos con una amplia sonrisa. -Sean bienvenidos-

Miré para todos lados pero no encontré a Maggie por ningún lado, esto no me gusta. Intenté volver a las habitaciones pero los escoltas se pararon frente a la puerta como si fueran un muro.

Tomé asiento junto a Archie y me di cuenta que ni siquiera había silla para ella.

-¿Y Maggie?- preguntó esta vez Archie a Aspen -¿Por que no hay silla para ella?-

-Ella vendrá luego. Mientras tanto, demos comienzo a la cena-

-¿La dirigente no estará con nosotros?- preguntó Poe, confundido.

-Ah, la dirigente- dijo como si no recordara quien es -No, ella no estará presente con nosotros, no esta enterada de esta cena, y aunque se entere, no podría hacer nada al respecto-

Esto esta mal, muy mal.

Miré a Poe, el tenia la misma sensación que yo.

-Gea solo es una de las muchas personas que trabajan para mi- explicó Aspen al ver la cara de confusión de Poe -Permíteme explicarte, entiendo que no me conozcan, todos estos últimos años estuve algo desaparecido, viajando buscando algo muy... importante para mi- añadió.

-Sin embargo, nunca he dejado de ser la voz principal. Por años, los miembros de mi familia han sido los verdaderos dirigentes, ahora el puesto es mío por herencia. Siempre ha sido una herencia-

-Y lo ocultan de la misma forma que los novenos?- preguntó Padme, automáticamente Tatiana, Archie, Poe y yo la miramos.

-Y sabes acaso por que se oculta esa verdad?- Preguntó Aspen, Padme no contestó- Hace unos sesenta años estuvimos a punto de extinguirnos, eramos ratas de laboratorio para los cientificos, solo por ser diferentes a los demas.- explicó- No teniamos las reglas que tenemos hoy en dia, por eso precisamente eramos tan vulnerables. Ahora eso cambio, llevo mas de veinte años luchando para que los novenos puedan vivir como hoy en dia lo hacen-

-Usted luchó para preservar la especie?- preguntó Padme.

-Así es- asintió- Mi padre creo las reglas, yo las impulsé y ahora vivimos en libertad. Estoy más que dispuesto a proteger a nuestra especie-

-Brown tuvo algo que ver con la casi extinción de los novenos?- el rostro de Aspen cambió rotundamente.

Todos mirabamos a Padme, queria decirle que cerrara la boca de una vez pero las palabras simplemente no salían.

-Probablemente, pero no fue solo Brown y sus articulos, sino que nosotros mismos. Los novenos que revelan nuestro secreto por alguna razón que desconozco - él se inclinó hacia delante, bebió un poco de vino y apoyó sus brazos sobre la mesa mirándonos- Y por esa razon decidimos crear la regla de que si algun noveno revela el secreto debia morir, al ser muchos novenos era dificil controlas que alguno de ellos no rompiera la regla asi que tuvimos que monitorearlos, una de las mejores formas fue teniendo ojos en todos lados, es decir, aliados-

Él se inclinó un poco más -No es asi, Tatiana?-

Automaticamente todos dejamos de mirar a Aspen para poner nuestra vista sobre Tatiana.

Tatiana tenia sus manos sobre su regazo y la mirada puesta en el piso, ni siquiera podia levantar la cabeza por el miedo que le tenia a Aspen y la vergüenza que tenia.

Tatiana nos habia traicionado, nos habia fallado, no solo a mi, a toda la manada.

Obsession; Damian Fox. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora