Capitulo 36

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Narra Maggie.

Al despertar y mirar por la ventana me di cuenta de que tomamos una carretera.

El día estaba totalmente nublado, de un momento a otro un trueno resonó haciendo que me despierte por completo.

Mire a mi alrededor.

En el interior del auto todavía había un ambiente tenso y algo de nerviosismo. El olor metálico y agrio de la sangre se percibía en el ambiente.

Me incline hacia adelante poniendo mis manos sobre el asiento del piloto para mirar a Nicolás.

-Hacia donde estamos yendo?- rompí el silencio haciendo que todos me miren.

-Por ahora solo estamos andando- contestó Nicolás luego de unos segundos en silencio, mirándonos a todos por el retrovisor -No pueden regresar a Asfil. Deberían ocultarse-

-Tengo algunas casas en otros pueblos, pero podrían buscarnos- dijo Poe algo preocupado con la vista fija en algún lugar del piso.

-Yo puedo ayudarlos...- se ofreció Nicolás, serio- Tengo...-dudo si decirnos o no - Bueno, tengo un par de propiedades a mi nombre fuera de la ciudad, son como una especie de refugios-

-Refugios para que?- pregunto Poe, frunciendo el ceño.

-Son refugios para gente que no es Novena- confeso Nicolás.

Todos en el auto quedamos sorprendidos, hasta los que no estaban escuchando pusieron cara de confusión.

-Escondes presas?- soltó Poe, confundido pero en shock a la vez -Pero no que tus padres son par?-

-Padres par?- pregunte con algo de confusión.

-Si, ambos padres nacidos el nueve del noveno mes- aclaro Poe.

Nicolás apretó el volando y serio respondió.

- No voy a dar explicaciones de porque lo hago, les estoy brindando ayuda, si no la quieren bien. los dejare en pueblo mas cercano. -

Todos en el auto nos quedamos en silencio, Poe miro a Damián, que aun seguía dormido.

-Supongo que es lo que tengo que hacer- murmuro Poe mirando a Damián dormir.

- Él está muy mal y lo sabes.- le reclamó Nicolás de golpe. -¡Intenté ayudarlo! -defendió Poe-. ¡Busqué el maldito tratamiento para él!-

-¡¿Y no pudiste darte cuenta de que te mentía y no lo usaba?! -rebatió Nicolás, enfadado.

-Porque sí, Hanson les dijo a todos que Damián está en El Hito y a punto de perderlo. Nadie va a volver a aceptarlo en la cabaña porque saben que es un peligro y también un traidor. Este siempre fue el problema con la amistad de ustedes dos. Le crees todo, le permites todo, dejaste que esto llegara a este punto solo para complacerlo.-

Poe se vio alterado e indignado.

-¡Claro, ¿Por qué tu amistad con él fue lo mejor?! -le gritó.

-¡Querías cambiarlo y alejarlo de lo que era! ¡Le estabas metiendo en la cabeza que él era malo!-

-¡Lo es y ya no puedes seguir justificándolo porque estamos huyendo ahora por su culpa! -rugió Nicolás.

Eso hizo que Poe perdiera la paciencia, y las cosas sucedieron muy rápido, con el lateral de su puño rompió el cristal de la ventana del copiloto, rasgó un pedazo y lo apuntó directa cuello de Nicolás de una forma amenazante.

Desde mi asiento, la mandíbula de Verne apretada y la expresión furiosa.

-Voy a sacar a mi manada de tu auto de mierda si llegas decir una palabra más o si llegas a soltar más de lo que debes - advirtió -pero antes me daré el gusto de matarte.-

Sonó a una promesa. Sonó a que deseaba hacerlo, solo que Nicolás no le tuvo miedo.

-Matarme no va a cambiar el hecho de que nunca tuvo que haber formado una manada contigo.-

-¿Entonces por qué no lo convenciste de que se quedara en la tuya? -Poe ladeó la cabeza. Su sonrisa fue de rabia-. No, espera, nunca te consideró su amigo ni mucho menos su familia-

-Si a ti te considera eso, ¿por qué puso primero a...?-

Poe no lo iba a dejar terminar. Vi cómo agarró el impulso asesino con el trozo de vidrio, y yo estaba en automático, solo pasando la atención de uno a otro sin comprender el verdadero punto de la discusión, pero tuve que intervenir también con u grito para evitarlo:

-¡Dejen de pelear! ¡¿Qué demonios es esta conversación?! ¿ no nos estamos ayudando?!-

Poe apretó los labios para contenerse y miró hacia la ventana rota, muy enfadado y con el puño sangrando. Las manos de Nicolás en el volante estaban tensas y las venas marcadas por rabia con la que lo apretaba. No había nada del Noveno sereno que tanto me había intimidado.

Se quedaron callados al menos, pero una extraña tensión de las más inquietantes flotó en el interior del auto. Algo dentro de mi me reprendió por haber detenido la pelea, ya que tuve la sospecha de que tal vez se habría revelado algo importante, pero asumí q solo era mi paranoia.

-Hanson no puede ganarse el poder solo porque sí -refunfuñó Poe.

-Debo hacer algo. Debo mostrarles la verdad a los demás. Conozco a mucha gente y también puedo intentar encontrar u forma de ayudar a Damián...-

-Ya no hay forma de ayudarlo, Poe-dijo Nicolás entre dientes. -Entiéndelo de una buena vez.-

-Nicolás- le habló Archie de repente. -A Tatiana y a mí me dejarás en el pueblo más cercano.-

-¿Qué? -soltó ella.

Se veía muy pequeña ahí sentada. Estaba asustada, pálida.

-Lo que oíste - asintió Archie, seco. -Tú no irás a ese refugio. No iremos.-

-Archie...- intentó mediar Poe.

- Es mejor si nos separamos - dijo Archie, con inteligencia-. Van a buscarnos creyendo que estamos juntos. Si nos dispersamos les será más difícil.-

 Como Poe no lució de acuerdo con eso, él añadió-: Tú puedes intentar usar tu influencia y yo volveré a buscarlos si puedo.-

Poe soltó aire. Apoyó el codo en la puerta del copiloto y se frotó los ojos con los dedos manchados de sangre seca, frustrado.

-Esto no tenía que terminar así... -lo escuché susurrar.

Sentada junto a Archie, Tatiana temblaba. Se lo preguntó en un hilo de voz:

-¿Vas a matarme?-

-Eso sería tenerte piedad y no te la mereces -murmuró él.

Hasta a mí me puso los pelos de punta que sonó como un juramento de que la haría sufrir.

-En veinticinco minutos haremos una parada en uno de los puntos de evasión para cambiar de auto-informó Nicolás -No podemos seguir con este, podrían rastrearlo. Haremos eso varias veces para impedir que nos sigan.-

Miré de nuevo a Damián a mi lado. 

De todo lo que habían dicho en la discusión, solo una frase se había quedado en mi mente: "Ya no hay forma de ayudarlo." Y no quería creerlo. No quería aceptarlo. No quería ni siquiera pensar en tener que entregárselo a los Novenos para que lo eliminaran.

Me sentí impotente. Puse mi mano sobre su mejilla. Su piel estaba excesivamente caliente. Con afecto, pasé mis dedos por su cabello húmedo para echárselo hacia atrás y que el viento que entraba por la ventana lo refrescara. 

Era más guapo si mostraba su frente por completo, nunca lo había notado.

Era lo único que me quedaba. 

Ya no podía volver a casa. 

Ya no podía hablar otra vez con mis padres. 

Ya no tenía amigas. 

Mis razones para pelear se habían desvanecido.

Pero Damián seguía allí.

Si ya no tenía nada, debía arriesgarlo todo por él.

Eso significaba que, si se lo querían llevar, si querían lastimarlo, me tendrían que matar a mí primero.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2024 ⏰

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Obsession; Damian Fox. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora