Maggie Rider.
Me encontraba en el instituto.
Miraba todo el tiempo al maldito reloj que parecía que no se movía.
Quería irme a casa y poder descansar, tuve muchos exámenes esta semana y quería descansar este finde semana.
Una vez que tocó la maldita campana, guarde mis cosas y fui directo a mi casa.
Esta semana no había visto a nadie de la manada, tampoco había ido a la cabaña.
Tenía demasiados exámenes así que decidí no ir para poder estudiar y no suspender.
Al llegar no estaba mi madre, aún era temprano así que seguía en el trabajo.
Entré a casa y dejé mi mochila en la puerta. Subí las escaleras para ir directo a mi habitación.
Caminé hacia mi habitación y al abrir la puerta me encontré con Poe sentado en mi silla con sus pies arriba del escritorio.
-Que haces tu aquí?- dije algo sorprendida y confundida a la vez.
-Hola caramelo, estaba esperándote- dijo con una media sonrisa.
-Ah...- entré en mi habitación cerrando la puerta detrás de mi.
Me había acostumbrado a la presencia de Poe, ya no le temía tanto como antes, si no que se convirtió en algo así como un amigo para mi.
Poe sabia escuchar y aconsejar a las personas muy bien, prestaba atención a cada palabra que decías para luego dar su opinión y poder ayudarte.
Tomó mi cuaderno de arriba del escritorio y lo abrió observando mis dibujos.
Me gustaba dibujar cuando estoy aburrida, tampoco lo hago tan mal.
-Dibujas muy bien caramelo-dijo pasando una de las hojas para poder ver el siguiente dibujo.
-Gracias Poe- dije con una media sonrisa.
Me senté en el borde la cama y me quedé en silencio mirando a Poe o al piso.
-Te conozco hace poco tiempo pero aún así noto algo en ti, estas bien caramelo?- preguntó Poe, su voz era tranquila y podía notar que me miraba con algo de preocupación.
Tarde unos segundos en responder.
-Estoy bien- mentí mirando a Poe. Mi voz sonó suave.
Él solo suspiró y sacó unos papeles de su bolsillo -Ten- lo tome en mis manos -Son tus nuevas identificaciones-
Lo abrí para poder leer -Maggie Walker?- sonreí mirando a Poe.
-Es lo mejor que pude conseguir. Te queda lindo, combina con tu nombre- sonreí.
-Gracias Poe- él se limitó a mirarme con una sonrisa.
-Vas a decirme que te sucede?- se acomodó en la silla poniendo sus codos sobre sus rodillas.
Suspiré profundo y me acomodé en la cama.
Podía contarle a Poe, lo conocía hace poco tiempo pero se había ganado toda mi confianza, siempre me escuchaba, así que decidí contarle.
-Hace varios días que no puedo dormir, además de que e tenido muchos exámenes- jugué con mis dedos -Siempre tengo pesadillas con algo que ocurrió en el pasado, así que prefiero no dormir y desvelarme- Poe se sentó junto a mi en la cama -Cada vez que cierro los ojos ese maldito recuerdo vuelve a mi mente-
Poe escucha atentamente cada una de mis palabras mirando fijamente.
-Que te ocurrió caramelo- su voz sonó suave y algo bajo.
Miré a Poe por un momento, no estaba segura si contarle o no.
-Es una historia muy larga...- jugué con mis dedos -Seguro que tienes tiempo?- miré a Poe.
Él sonrió y luego dijo -Maggie, ahora eres parte de nuestra manada, claro que te escucharé-
Suspiré profundo -Viví aquí en Asfil hasta los diez años, mi madre un día me dijo que nos teníamos que mudar a otro lugar. Al llegar ella me contó que era un viejo pueblo donde ella y mi padre se conocieron, viví ahí hasta los 16 años. Una fría tarde de invierno al volver de la escuela, pude ver como Michael, nuestro vecino, estaba afuera sacando la nieve. Michael era amigo de la familia desde que yo era una niña, él decía ser amigo de mi padre mucho antes de que yo naciera. Él siempre viajaba fuera del pueblo, o eso era lo que él decía.- jugué con mis dedos- Esa tarde de invierno, él me invitó a tomar el té ya que había hecho algunas galletas con chocolate. Michael no era un desconocido para mi, así que acepté - Poe me escuchaba atento a cada una de mis palabras.
-Su casa esta muy ordenada y limpia, tenia adornos sobre los muebles y unos lindos cuadros sobre las paredes. Ambos nos sentamos a tomar el té mientras reíamos. Cuando ya era hora de volver a casa, intenté pararme pero comencé a marearme, vi todo borroso y cuando desperté estaba encadenada en un sótano. Tenía cadenas en mis brazos y piernas, y había un pequeño colchón justo al lado de mi. Lloraba y gritaba pidiendo ayuda, pero nunca nadie me escucho. Él venia todos los días a verme, cada vez que intentaba tocar mi cabello o mi cara yo lo golpeaba o me escondía en la esquina de la habitación. -mis ojos se empezaban a cristalizar.
-Cada vez que lo hacia enojar demás el me golpeaba hasta quedar inconsciente, cuando yo "lo desobedecía " él me llevaba con una venda en los ojos fuera de esa cabaña. Mis pies descalzos se congelaban con la nieve, él hacia un corte profundo en mi pierna para poder seguirme el rastro, el me soltaba y me hacia correr, el silbaba mientras me seguía gracias a las manchas de sangre. Si me encontraba, estaba acabada, me agarraba de la cabeza y comenzaba a golpearme hasta quedar inconsciente, y luego volvía a aparecer en esa horrible habitación- dije con lagrimas en los ojos, recordando como sufrí esa parte de mi vida.
Poe me miraba serio e inexpresivo, soltó un suspiro y con una voz suave preguntó.
-Y como escapaste?-
-Ese día recuerdo que me sentía preparada, así que cuando bajó las escaleras para darme algo de comer, lo hice enojar a tal punto que me dejó afuera en la nieve. Él hizo el corte en mi pierna y comencé a correr, me escondí detrás de un árbol y corte un pedazo de mi remera para poder tapar la herida. Cuando la herida dejo de sangrar comencé a correr lo mas rápido que pude, sin mirar atrás.
Podía escuchar el silbido detrás de mi pero no le di importancia, me escondí detrás de un árbol y cuando agarró por otro camino corrí por la carretera. Caminé por horas sin encontrar a nadie, mis piernas ya no podían mas, estaba sedienta y había perdido mucho peso. La herida en mi pierna estaba comenzando a infectarse. En un momento ya cansada de caminar, me senté sobre un árbol para poder descansar.
No sabia si iba a sobrevivir esa noche, ya casi no podía sentir mis pies por el frio de la nieve. Pero no podía parar, porque él me podría estar buscando. Caminé por unas horas mas, hasta que me desmayé justo al lado de la carretera. Desperté en el hospital con mi madre al lado, le conté lo que sucedió y luego volvimos a casa. La policía no pudo encontrar a Michael, poco tiempo después me volví a mudar a Asfil, y nunca más supe de él ni de su paradero- dije con lágrimas en los ojos.
Poe me miraba intentado procesar todo lo que le había contado, él sin decir una palabra paso sus brazos por mi espalda y me dio un cálido abrazo.
Yo abracé su cuerpo y seguí llorando, estuvimos así por un largo rato.
Él solo me abrazaba y acariciaba mi pelo, y yo intentaba calmarme.
Escuché como mi madre llegaba, así que le dije a Poe que debía irse.
Él me dió un ultimo abrazo y desapareció por la ventana.
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Obsession; Damian Fox.
أدب الهواةAsfil. Un pueblo de pocos habitantes, donde todos conocen a todos. O eso es lo que ellos piensan. Un pueblo que puede sacar lo peor de cada persona.