Capitulo 22

1.2K 99 2
                                        

Narra Maggie.

Al entrar observe la habitación.

A pesar de su aspecto antiguo, sorprendentemente, se veía bastante limpio. La alfombra debajo de nuestros pies estaba algo desgastada, como si mucho huéspedes hayan pasado por esa habitación.

La cama, un colchón de resortes que probablemente había tenido mejores días, se destacaba en el centro de la habitación. La colcha floral, que probablemente había sido testigo de décadas de cambios de estación, tenía un toque nostálgico.

Un pequeño escritorio de madera ocupaba una esquina, con una lámpara de lectura que amenazaba con extinguirse en cualquier momento. Sobre el escritorio, había un cuaderno de notas medio abierto que dejaba entrever garabatos de huéspedes anteriores.

Justo al lado de la cama, una ventana empañada dejaba ver la lluvia golpeando con fuerza. Las cortinas, descoloridas pero limpias, se mecían suavemente con la brisa húmeda que se filtraba.

Aunque la habitación del motel no era lujosa ni moderna, su sencillez y limpieza ofrecían una especie de comodidad familiar.

Escuché como la puerta se cerró detrás de mi, haciéndome sobresaltar.

Damián entró en la habitación y dejo las llaves sobre el viejo escritorio.

Caminé por la habitación hasta llegar a la ventana, podía ver como todavía seguía lloviendo y podía ver como las arboles y arbustos se movían de un lado a otro.

También podía escuchar los fuertes truenos, a decir verdad le tenia cierto miedo a las tormentas.

Me abracé a mi misma, hacia algo de frio.

-Quieres que prenda la calefacción?- dijo Damián detrás de mi luego de un rato de silencio.

-Esta bien- dije en voz baja metida en mis pensamientos.

-En que piensas?-

-En todo- dije con la vista todavía en la ventana.

-Que seria ese "todo"- dijo él -Que sucede?- no respondí.

El suspiró-Ven acá- dijo con una voz seria pero tranquila.

Yo me di la vuelta y pude ver como él estaba recostado sobre la cama, caminé hacia la cama y me acosté junto a el.

-Que te sucede?- dijo esta vez con una voz más suave mientras me miraba a los ojos.

-Nada-

-No te creo- dijo con firmeza.

-Me dan miedo las tormentas-

-Ah si?- dijo Damián mirándome -Eso no es lo único que pasa por tu mente, lo sé- dijo él acercándose más a mi rostro, pasando su vista por mis labios y luego desviando la mirada hacia mis ojos.

A decir verdad no mentía, si me daban miedo las tormentas, pero Damián me ponía nerviosa.

Muy nerviosa.

Damián se acercó a mí con una lentitud que elevó la tensión en el aire.

Su mano se deslizó suavemente hasta posarse en mi cuello, su contacto cálido enviando escalofríos por mi espina dorsal.

Sin pensarlo, mis labios se abrieron automáticamente, anticipando lo que estaba por venir.

El beso fue todo menos sutil. Fue fuerte, apasionado, un encuentro de deseos entrelazados.

Lo seguí, dejándome llevar por la intensidad del momento, perdida en la conexión que se forjaba entre nosotros.

Por unos preciosos segundos, me sumergí en la calidez de aquel beso, con mis ojos cerrados como si el simple acto de abrirlos pudiera romper el encanto.

Sin embargo, algo en mi interior se agitó, recuerdos vinieron a mi mente y decidí separarme abruptamente, como si una corriente eléctrica hubiera recorrido mi cuerpo.

Los ojos de Damián reflejaron sorpresa al separarme tan repentinamente. Permanecí con los ojos cerrados, luchando contra la turbación que había despertado en mí esa mezcla de sensaciones.

Un suspiro escapó de mis labios, y con voz suave, Damián preguntó con inquietud: -¿Que sucede Mag?-

Sentí su respiración, cálida y constante, mientras esperaba mi respuesta.

Mis ojos se mantenían cerrados, como si no quisiera enfrentar la realidad del momento. -Nada, es solo que...- titubeé, buscando las palabras adecuadas. -Es solo que... -suspiré- Esto de La Cacería no deja de retumbar en mi cabeza, al igual que...- no sabia si contarle o no- Al igual que viejos recuerdos.

-Malos recuerdos en realidad- dije cabizbaja.

-Que recuerdos?- yo no respondí- Mag sabes que tienes toda mi confianza, no te juzgaré ni nada parecido, si eso es lo que temes-

Obsession; Damian Fox. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora