- Vik, papá se enteró que saliste del país, no te preocupes, me hice cargo de la empresa y parece que estará tranquilo y no te molestará, y bien, cuéntame ¿Qué tal te va?
Viktor sonrió y agradeció el sacrificio de su hermana, ella no quería llevar la empresa pero prefirió hacerse cargo para evitar que su padre intervenga en la felicidad de su hermano.
- Muy bien, hay un superior, no recuerdo su apellido pero me a dicho que ve mucho potencial en mi, me pone muy feliz pero la verdad los entrenamientos son el doble así que termino agotado - Informa muy feliz de su avance, ya empezó con entrenamientos básicos, físicos, psicológicos y una estricta formación en el desempeño de campo, su superior es muy amargado pero se ve que tiene experiencia en la formación de los nuevos cadetes y aunque termine agotado cada día agradece que alguien tan capacitado forje su camino.
Conversaba con emoción las vivencias hasta el momento, y su hermana no podía estar más feliz.
Su desempeño era el mejor comparado con el de sus compañeros, su primer robo a tienda negoció como si lo hiciera todos los días de su vida, se desenvolvía muy bien a la hora de negociar con los delincuentes y ni hablar de su asombrosa puntería, era el "alumno modelo" y aquello lo llevaba a escalar cada vez más rápido, su actitud seria y centrada lo impulsó aun más, no era por nada pero prefería entrenar en sus días libres, no como muchos de sus compañeros que se alcoholizaban hasta las patas, no los juzgaba, es más, apreciaba la capacidad de estrechar lazos con cualquier persona, capacidad que Viktor no tenia.
Gracias a su gentil sueldo alquiló una habitación, era algo pequeña al principio, pero conforme subía de rango -y por ende su sueldo- se daba el lujo de mejorar el lugar en donde vivía, muchas cosas cambiaban pero una cosa siempre tenia que estar junto a el, a pesar de los cambios de hogar la foto de Horacio junto a el permanecía siempre a su lado, en la mesita de noche, junto a un cerdito de peluche que lucia como nuevo a pesar de los años, siempre que ojeaba el peluche su corazón daba un vuelco, incluso su estomago se encogía al recordar muchas vivencias junto al menor que si no fuera por su foto habría olvidado su rostro hace mucho tiempo ya.
Pasaron ya cinco años, y con apenas vente y tres años de edad era subinspector, había pasado por cosas sumamente duras, y Los Santos era una ciudad bastante movida por la delincuencia, así que no era tan fácil relajarse un fin de semana, había perdido compañeros, incluso personas que consideraba amigos, pronto ascendió a Comisario, odiaba ese puesto porque le pertenecía a su amigo, que lastimosamente falleció a manos de una peligrosa mafia que tenia manía con los altos mandos, su superior había aceptado un puesto algo más alto, el CNI tenia muchos más recursos, por ende, la seguridad de sus agentes era algo que lastimosamente la policía no tenia.
- Volkov, no puedo permitir que esa mafia de mierda te mate, mira como te dejaron - Recalca su estado de salud, ya que se encuentra en una cama de hospital, ingresado por un par de disparos que impactaron contra su cuerpo.
- Gracias por preocuparse pero...
- No es por preocupación, es una mierda las cartas dando pésame a familiares de los agentes caídos, además, enviarlas a Rusia me va a costar un huevo - Decía camuflando la verdadera preocupación que sentía al ver a sus agentes así, en especial a Volkov - Te tengo una propuesta, es más complicada, pero seguramente estarás "más seguro" contra esa mafia, pero igual, tendrás que meterte en cosas muy chungas, te protegeré de todas formas, pero te dejo la propuesta para que te la pienses, luego me avisas que decides.
.
Su vida en Francia iba de maravilla, conoció a muchas personas que lo apoyaban siempre, gracias a sus diseños y su trabajo extra podía vivir cómodamente, el dinero de su madre trataba de guardarlo en su mayoría para tener un lugar fijo cuando vuelva a su hogar, si bien, Francia es su país natal no lo siente como su hogar.
ESTÁS LEYENDO
Inocente amor
RomanceUn inocente amor es cruelmente separado por la arrogancia y prejuicios de un padre pero ni la distancia, ni el tiempo, ni la maldad evitarán que esos dos corazones puros e inocentes vuelvan a encontrarse para luchar contra quien sea por defender su...