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-¿Estás muy seguro de que es verdad?

-Es la primera vez que estoy hablando muy enserio.

Jaemin se encontraba hablando por teléfono con Haechan. Últimamente su mejor amigo estaba muy ocupado con su nuevo sugar daddy;

Mark Lee

No era la primera vez que hablaban sobre él. Haechan ya le había contado cómo lo había conocido, su primera cita, los regalos caros que este le compraba y sobre todo lo bueno que era en la cama.

Y Jaemin aveces se moría de celos al saber que a su mejor amigo lo trataban y lo satisfacían como un príncipe.

-Deberías conseguirte uno Jae, no te vas a arrepentir.- Habló su mejor amigo por el teléfono.

-Mmmm no lo creo, eso de tener que soportar a un viejito con probabilidades de ataques cardiacos no me llama la atención.

-Pero Mark no es tan viejo. Solo tiene treinta años y ni se ve de esa edad.

-Tuviste suerte Hae, mayormente son viejitos de 60 años que quieren meter su pene flácido dentro de algún agujero joven.

-Pero el dinero muñeco, el dinero...

Jaemin rodó sobre su estómago ahora mirando hacía el techo con el teléfono en su oreja.- Tienes razón. Aunque creo que eso no es para mí. Estoy muy bien de echo.

-Tú te lo pierdes amigos.- Jaemin escuchó el suspiro de su amigo.- Tengo que colgar.

-Adivino, ¿verás a Mark?

-Adivinaste bien, seguro quiere jugar algún juego de rol. Es adicto a esa mierda.

-Pero bien que te gusta.- Jaemin sonrió juguetón.

-Me encanta.

-¡Eres un cerdo! -Los dos rieron a la par.

-Cuando tengas un chico así me vas a entender.

-Como sea, disfruta tu cogida Hae.- Los dos volvieron a reír para después despedirse y colgar.

"Por lo menos uno de los dos va a tener acción este día" pensó.

Jaemin no estaba muy desesperado por tener una pareja en este momento. Se sentía feliz y cómodo justo cómo estaba. Después de terminar su relación con Lucas hace meses, decidió trabajar en el mismo y en su bienestar personal.

No estaba desesperado.

No lo estaba.

-¡Hijo baja a cenar!.- La voz de su padre lo sacó de sus pensamiento.

Bajo rápidamente las escaleras encontrándose con sus padres sentados en la mesa principal.

-Ponte un suéter hijo, está haciendo frío.- Su madre lo miró de pies a cabeza notando que traía puesto un crop top de manga corta holgado. Ya estaban acostumbrados a la vestimenta de su hijo.

-Está bien, no tengo tanto frío.- Jaemin se sentó frente a sus padres.- ¿Qué hay para cenar?

-Tú padre me ayudo a preparar macarrones con queso y ensalada que quedo de esta tarde.- Su madre dio un sorbo del vino que estaba bebiendo desde hacía vario tiempo.

Sin decir nada más los tres se dispusieron a comer.

Parecía que todo en esa familia estaba bien.

Parecía que sus padres no estaban en trámites de divorcio porque ese matrimonio ya estaba echo mierda.

La madre de Jaemin había tenido al chico a la edad de diecisiete años.

No había sido para nada planeado, simplemente sus padres habían tenido una aventura pero se les había olvidado lo más importante; el condón. Su madre tuvo que dejar la escuela y su padre había dejado su banda de rock que estaba en ascenso pero en un dos por tres todo se había desmoronado. Los dos se habían casado a la fuerza. Aunque sí hubo sentimiento entre los dos, no habían sido suficientes para ser una familia 100% feliz. Aunque Jaemin creció sin la ausencia de alguno de los dos y le habían dado mucho cariño en la infancia, sabía que sus padres no se amaban y siempre había una tensión en el aire.

Our Little Secret | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora