Capítulo 2 | La apuesta

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"𝑰 𝒅𝒊𝒅𝒏'𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒘𝒉𝒐 𝑰 𝒘𝒂𝒔 𝒔𝒖𝒑𝒑𝒐𝒔𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒃𝒆 𝒂𝒕 𝒇𝒊𝒇𝒕𝒆𝒆𝒏"

𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭


En una realidad alternativa o en un universo paralelo, quizás Tiffany se habría tomado con humor las palabras de su mejor amiga. Pero en el momento en el que se encontraba ahora, el cual implicaba una crisis de pánico al estilo Hamilton, no podía tomarlo como una broma.

De hecho, lo tomó como un insulto.

—¿¡Se te zafó el único tornillo que te quedaba!? —la morena la miró extrañada por el tono que usaba. Tiffany no gritaba, ni alzaba la voz, jamás. La rubia se dio cuenta y cerró los ojos, realizando un conteo mental para calmar sus nervios y forzó su mejor sonrisa— ¿Cómo resolverá mis problemas tener una cita a ciegas?

El tono que ahora usaba irradiaba una calma que bien podría ser la de un psicópata a punto de cometer el asesinato más sangriento. Kelly apartó la vista un segundo, un poco intimidada, pero luego se recompuso y le regaló una sonrisa que trató de apaciguarla.

—Es que no lo estás viendo en perspectiva.

—¿¡Perspectiva!? ¿De qué perspectiva hablas? —el tono amenazante regresó—. Estás drogada, ¿verdad?

—¡Tiffany!

—Lo siento, no encuentro una explicación coherente a la estupidez que acabas de decir.

Su amiga acercó ambas manos sobre el desayunador hasta tomar las de la rubia y está la miró con una mezcla de miedo y curiosidad que se fundía con el pánico. Kelly era muy buena amiga, pero sus ideas eran un tanto... extrañas.

—Respira profundo.

—¿Ahora estamos en una clase de yoga?

—Eres imposible —murmuró con los ojos cerrados. Luego de un segundo los abrió y le regaló una pequeña sonrisa—. Solo escucha lo que tengo para decir y promete considerarlo, ¿sí? —la rubia negó—. Tiffany, tengo una idea, pero no puedo obligarte. Así que calla y escucha con atención, no hables hasta que termine, ¿sí?

No respondió, en lugar de eso presionó sus labios y la dejó hablar. No sabía a dónde quería llegar, pero estaba a punto de descubrirlo.

—Mi plan es simple, deja que te organice una cita a ciegas. Tú solo debes asistir y a cambio me encargaré del mes de renta. Así podrás aprovechar estos días para buscar otro empleo y ahorrar algo de dinero.

Entornó los ojos para mirarla. Un millar de banderas rojas se extendieron por su mente porque nada tenía sentido, pero su mejor amiga era inteligente, así que debía tener una razón en la profundidad de aquella locura.

—Tienes razón, no puedes obligarme. Así que la respuesta es no. Kelly presionó los labios y apartó las manos para cruzarlas a la altura de su pecho.

—¿Te das cuenta lo tonta que eres ahora?

—¿Disculpa?

—¡Te doy una oportunidad de no quedar en la calle y tampoco volver donde tus padres! Todo lo que debes hacer es ir a una cita a ciegas.

—Entiendes que no tiene ni pies ni cabeza lo que me propones, ¿cierto? —Tiffany la miró con exasperación. No comprendía nada de lo que su mejor amiga decía, pero algo en su interior, esa vocecita siempre molesta que aparecía en momentos inoportunos, le decía que había más en la propuesta, una parte que estaba omitiendo— ¿Por qué me propondrías encargarte de mis gastos solo por una cita a ciegas? Es una estupidez, ¿tú qué ganarías...? —en su cerebro algo hizo clic y todo cobro sentido. Le lanzó una mirada furiosa mientras la insultaba en dos idiomas diferentes dentro de su mente—. Eres una maldita.

Tus mentiras y mis verdades ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora