Tus mentiras y mis verdades ✔ [+18]

Capítulo 7 | Desayuno sorpresa

"𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒘𝒂𝒌𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒎𝒆𝒎𝒐𝒓𝒚 𝒐𝒗𝒆𝒓 𝒎𝒆,

𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍 𝒇𝒖𝒄𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒍𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚 𝒕𝒐 𝒍𝒆𝒂𝒗𝒆"

𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭

No supo de Tyler en la semana que siguió y aunque jamás lo dijera en voz alta, estaba molesta, pero no sabía que la irritaba más: si la repentina ausencia de él o que ella le diera demasiada importancia. Inevitablemente, se sintió como una estúpida, es decir, ¿cómo podía esperar que quisiera acercarse alguien que ya le había roto el corazón años atrás?

Pero quizás fue la táctica de traer al presente uno de sus recuerdos compartidos de la niñez lo que provocó que algo en su pecho revoloteara y se aferrara a la posibilidad de que podría ser diferente esta vez.

Estaba claro que era una ridiculez, pensó.

Pero, aunque ella supiera que era una tontería, no podía evitar molestarse, como si en su interior aguardara la esperanza de volverlo a encontrarlo en el camino al trabajo o apareciera de la nada fuera de su piso. Culpó a las comedias románticas de los noventa por tener esos pensamientos y su mejor amiga se encargó de dejarle en claro lo tonta que parecía.

—¿Te das cuenta que no te importaba en lo más mínimo y ahora quieres saber de él?

—No es que quiera saber de él —Tiffany rodó los ojos como si su mejor amiga pudiera verla del otro lado del teléfono y volvió a verse al espejo para asegurarse que la falda que había escogido esa mañana le sentaba bien. Amaba dedicar una hora completa a decidir su atuendo con el que enfrentaría el día—. Solo que no tiene sentido lo que dijo la última vez.

—Solo desapareció una semana, Tiff.

—Sí, pero ¿por qué?

Pudo escuchar la risa burlona de su mejor amiga del otro lado de la línea.

—Si tanto te interesa puedo darte su número.

—¿Qué? No, claro que no —se apresuró a decir, quizás tenía curiosidad, pero nada más.

En realidad, no quería saber de él, era mejor así. O al menos eso se repetía una y otra vez en su mente.

—¿Qué dijiste? No te escuché bien.

Se acercó a la cama para tomar el móvil y sacar el altavoz.

—Dije que no quiero su número —remarcó con un tono más elevado de lo habitual, como si se lo estuviera diciendo a ella misma.

—¿Qué estás haciendo?

—Me visto para ir a trabajar, Kelly —puso los ojos en blanco— ¿Con qué queda bien mi falda roja?

—¿La cuadrillé estilo bibliotecaria?

—No es de bibliotecaria —murmuró con voz dolida—. Es vintage.

Escuchó como Kelly suspiraba del otro lado de la línea.

—Usa la blusa negra.

—¿La de los botones con brillo?

—Sí, me gusta. Mucho glamour.

Tiffany se acercó a su armario para buscarla, cuando la encontró se volvió hacia el espejo de pie tras su puerta y visualizó como le quedaría. Hizo una mueca, no estaba segura si sería apropiado para el trabajo.