Capítulo 9 | Una visita inesperada

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"𝑰 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒛𝒆𝒅 𝒆𝒗𝒆𝒓𝒚𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒊𝒔 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒅𝒂𝒚 𝒈𝒐𝒏𝒏𝒂 𝒃𝒆 𝒈𝒐𝒏𝒆"

𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭


El ruido de algo estrellando contra el piso la sacó de la cama, no fue más que un golpe seco que llegó a sus oídos provocando que diera un respingo y le dijera adiós a su sueño. Se incorporó de repente, con el corazón galopando en su pecho de forma desbocada y con el terror invadiendo cada centímetro de su cuerpo.

Le dio pánico ver pura oscuridad. Hasta que recordó que llevaba un antifaz para dormir. Se deshizo de el con rapidez y buscó su móvil entre sus sábanas blancas. Cuando lo encontró, se lo acercó y al ver que el reloj marcaba las nueve de la mañana tuvo el impulso de seguir durmiendo. Después de todo era sábado y su día libre, no tenía nada para hacer. Así que volvió a acurrucarse convencida de que el ruido provenía del exterior del edificio.

Los ruidos regresaron.

Pisadas. Cajones siendo abiertos y cerrados. Platos. Cuchillos.

Separó los parpados ampliamente y consideró huir por la ventana de su habitación, aunque lo descartó al recordar que vivía en el sexto piso y las posibilidades de sobrevivir a esa caída intacta eran nulas.

Los ruidos continuaron y su temor creció, definitivamente había alguien en su apartamento y estaba revisando sus cosas, tomó el móvil con fuerza intentando permanecer lo más quieta posible, sin hacer ningún ruido que alertara a quien sea el intruso mientras trataba de pensar en posibles explicaciones lógicas: vive sola, no tiene mascotas porque tiene alergia al pelo de los animales y solo su mejor amiga tiene una llave de repuesto.

Tragó saliva con fuerza y buscó rápidamente el número de Kelly, respondió al tercer tono.

—Creo que hay alguien en mi casa —habló sin darle la oportunidad a su mejor amiga de saludar.

—¿Tiffany? ¿Eres tú?

Tras escuchar su voz somnolienta supo que la había despertado. No se sintió mal.

—Sí, soy yo. Concéntrate —gruñó—. Escuché ruidos extraños.

—Son las nueve de la mañana y es sábado, ve a dormir.

—¡No puedo dormir si hay alguien en mi piso!

-Entonces ve a ver, adiós.

—¡No, espera! —volvió a gruñir mientras se quejaba en voz baja—. No puedo salir así sin más.

—¿Y por qué no?

—¿Y si es un criminal? No tengo cómo defenderme.

Escuchó como maldecía lejos del móvil.

—¿Un criminal? ¿En serio?

—¿Quién más entraría a un apartamento que no es el suyo?

—Bueno, por suerte un ladrón no puede ser. A menos que quiera robar tus deudas.

Puso los ojos en blanco.

—Sí, muy chistosa —una pequeña risa malvada escapó de sus labios—. Y te recuerdo que ya no tengo deudas, te encargaste de eso cuando me obligaste a ir a una cita a ciegas con mi ex.

—No te obligué a nada —suspiró—. Por cierto, deberíamos hablar de lo que ocurrió en su oficina.

El terror fue reemplazado por una buena dosis de nerviosismo al recordar lo cerca que estuvieron, como todo aquel encuentro se sintió tan... íntimo. Sacudió la cabeza para apartar esas ideas.

Tus mentiras y mis verdades ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora